Boubacar Toure se apunta a la revolución taronja

Valencia Basket apuesta por el físico de Toure añadiendo el perfil de pívot protector de aro tan demandado durante las últimas temporadas.

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En la primera semana de julio, Valencia Basket, sigue con su revolución de la primera plantilla masculina. Después de las duras despedidas a leyendas, y futuras camisetas retiradas, como Bojan Dubljevic y Sam Van Rossom se han unido otros nombres. Jonah Radebaugh, Klemen  Prepelic, Kyle Alexander y Shannon Evans también han dicho adiós al club taronja. A todos ellos hay que sumar el que más tiempo llevaba en Valencia: Chechu Mulero, anterior director deportivo. Y es que la pasada temporada y su balance negativo entre las tres competiciones ha pasado factura. Para ocupar este último cargo llegó Luis Arbalejo, quien con las dos primeras incorporaciones ha dejado claro el perfil que busca para confeccionar el nuevo grupo que devuelva la motivación a la hinchada valencianista. En primer lugar llegó Semi Ojeleye, alero de 2,01 m procedente de la Virtus y ahora ha llegado el senegalés, Boubacar Toure pívot de 2,13 m, desde el Tofas Bursa turco.

 

Toure: potencia física interior

Toure cumple con el perfil de pívot más clásico para elevar el apartado físico y desempeñar el rol de protector de aro reboteador que tantas temporadas se ha demandado en Valencia. En su última temporada en la NCAA con los Eagles de la Eastern Michigan University registró 10,7 puntos, 9,3 rebotes, 1 robo, 1,4 tapones y 16,6 de valoración por encuentro, alzándose como el cuarto mejor reboteador de su conferencia.

En su salto al baloncesto profesional fichó por el Chorale Roanne francés y posteriormente en el Tofas Bursa promediando unos numeros similares. Eso sí, con el handicap del porcentaje de tiros libres. En la temporada 21/22 se quedó en un bajísimo 47,4% pero en la pasada los mejoró hasta los 66,7%.

Sin embargo, la estadística más llamativa para el baloncesto actual es el número acumulado de triples intentados en las últimas cinco temporadas: 0. Y es que a pesar de que no ser su rol, hoy en día cuesta encontrar interiores que ni siquiera miren al aro desde la línea de tres. Resulta más propio de los lejanos 80.

Temperamento impulsivo

Otro apartado de su faceta como jugador que ha sido destacado lamentablemente ha sido su carácter. En ocasiones, los impulsos son difíciles de controlar en una cancha de baloncesto cuando se está metido en el fragor del enfrentamiento. Sin embargo, nunca debería traspasar la línea de lo estrictamente deportivo a la violencia. Ahí, Toure cometió un error en el Chorale Roanne al agredir a Mirarem Halilovic del Boulogne-Levallois en pleno partido. Esta acción le valió una suspensión de 10 partidos, una condena de 10 meses de prisión condicional y una multa de 2500 €. 

Perfil necesario

La Euroliga ya ha demostrado que para competir hacen falta centímetros y quilos. La alargada sombra de Tavares marca el camino de la batalla físico interior. Ahí será donde Boubacar Toure tendrá que marcar la diferencia en favor del equipo de Álex Mumbrú. Porque en baloncesto no siempre gana la plantilla más talentosa y con más renombre, sino aquella más balanceada y que tiene a diferentes tipos de jugadores que entre ellos potencian sus virtudes y compensan las desventajas. Ahí es donde Toure tendrá que hacerse grande y fuerte para intentar llevar a Valencia Basket a cotas más altas, como el TOP 8 de la máxima competición.

Para más información y actualidad sobre baloncesto sigan a @G3Basket@mpouscas (Marcos Pous Casas) en Twitter.

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