El Real Madrid cumple su primera misión europea, pero se llevará los deberes a Noruega
El equipo blanco ha vuelto a la UWCL con una victoria por la mínima ante un Valerenga completamente defensivo que no salió del autobús
La UEFA Women’s Champions League (UWCL) ha vuelto al Alfredo Di Stéfano. El himno de la competición europea sonó sobre el césped de Madrid para darle la bienvenida a las anfitrionas, que volvían a la Champions después de no superar la fase de grupos la temporada pasada, para enfrentarse al Valerenga noruego en el partido de ida de la Ronda 2, previa a la fase de grupos, cuyo sorteo tendrá lugar el próximo 20 de octubre.
Un Real Madrid muy diferente al que disputó el último partido de Champions, sin Esther González ni Caroline Weir, saltó al terreno de juego con la intención de firmar una cómoda ventaja que le facilitara las cosas de cara al partido de vuelta, que se jugará el 18 de octubre, en el Intility Arena de Oslo. Y, aunque el resultado terminó reflejando una victoria por la mínima, el equipo de Alberto Toril salió del estadio con un merecido triunfo, que tendrá que revalidar en Noruega.
El Real Madrid domina el primer tiempo, pero tropieza con Rogic
La rapidez del equipo blanco movió el marcador antes de que el luminoso señalara el minuto cinco. Una primera ocasión de Bruun, que avisó, sin éxito de cara a portería, en los primeros suspiros del partido, dejaron ver las claras intenciones del Real Madrid. La polivalencia de Athenea del Castillo, que se turnaba las bandas con Linda Caicedo, a pesar de empezar el partido en la derecha, definió el estilo del Real Madrid en ataque. La cántabra aprovechó su velocidad para despuntar sobre la defensa del Valerenga y meter al área un centro que se terminó envenenando y tuvo que sacar Tompkins. La guardameta no atajó el balón y este quedó suelto dentro del área, donde Claudia Zornoza no perdonó, al llegar desde la segunda línea, y rematar a placer con la portera y la defensa descolocada.
Zornoza firma el primer gol blanco
El gol de Zornoza la convirtió en la primera madridista en estrenarse en Champions de cara al gol esta temporada, que además supuso su quinto gol en la competición. Una diana de oro que la señaló como la máxima goleadora disponible de la competición del Real Madrid, con 5 tantos, tan solo por detrás de Esther González y Caroline Weir (6).
El equipo vikingo dominó el esférico casi sin oposición durante toda la primera mitad con más de un 80 % de posesión. La línea defensiva del Valerenga, compuesta por hasta 5 jugadoras, pareció no detener al Real Madrid en su empeño, que liderado en ataque por Athenea y Linda Caicedo, no dejó de probar fortuna, a pesar del blindaje noruego que protegió el área de Tompkins, cada vez, con más jugadoras dentro del área.
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El Valerenga sorprende y se encuentra con la red
En el 27 de partido, el marcador sorprendió sobre el Alfredo Di Stéfano con un inesperado empate que llegó de las botas de Felicia Rogic. Un error defensivo de Kathellen Sousa, que no logró robarle la cartera a su rival, dejó a la delantera sueca dentro del área, que no desaprovechó la oportunidad de reiniciar el partido al encajar la primera llegada ofensiva del equipo visitante. La estirada de Misa Rodríguez, que no se esperó el error, no bastó para placar el disparo y las tablas volvieron a lucirse en el marcador. Lo que reforzó la estrategia defensiva del Valerenga y desató los mensajes de ánimo de la afición madridista desde las gradas.
El Real Madrid siguió peleando por adentrarse entre la barrera noruega y poco le faltó a Signe Bruun, sobre el 35 de partido, para volver a decantar la balanza. Tras un pase de Toletti, que salió rozando el palo izquierdo de la portería. El equipo nórdico plantó cara tras el empate, a pesar de seguir más que firme en defensa, y retó a Misa bajo palos en un par de ocasiones, gracias a la velocidad en ataque de Löfwenius, que le ganó la carrera a Gálvez y obligó a la canaria a lucirse.
Las blancas afrontan el partido con cabeza
Pero el Real Madrid, que había sido mejor que su rival en la primera mitad, no quiso irse al descanso sin volver a mover el marcador. Y así lo hizo. Un saque de esquina que propuso Teresa Abelleira, encontró a Rocío Gálvez, que removió el avispero con la testa y firmó el 2-1 que le devolvía la victoria al conjunto madridista. La ventaja momentánea calmó las aguas y motivó a las locales en ataque, que volvieron a encontrarse a escasos minutos de irse al vestuario. E incluso pudieron haber aumentado distancias, de no haber sido por el buen hacer de la defensa noruega, y la fortuna, que sacó el balón con el cuerpo casi en la línea de gol.
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El Real Madrid no consigue volver a colarse en el autobús
El equipo local retomó el partido, nuevamente, con las riendas del encuentro. El equipo noruego echó el cerrojo en la retaguardia y se centró en ocupar espacios para complicar el juego asociativo del Real Madrid, que aunque se encontró con dificultades para progresar en ataque, pudo crear peligro por la banda izquierda gracias a e Olga Carmona, que destacó con detalles técnicos de calidad y trató de abrir una vía de ataque desde su lateral.
El paso de los minutos pareció meterle prisa al Real Madrid por aumentar su ventaja, mientras que un Valerenga inamovible pareció haber echado raíces en los límtes del área, que defendían con uñas y dientes ante las intentonas madridistas. Aún así, el equipo nórdico aprovechó al máximo sus pocas oportunidades en ataque, en las que Kathellen Sousa sufrió más que nadie al intentar pararle los pies a Löfwenius, que incluso se deshizo de su par mediante un caño, que acomodó su posición antes de retar a Misa, con un disparo potente que salió desviado y descolocó a su rival.
El Valerenga durmió el partido, a pesar del resultado
A falta de 20 para el final, el juego de las locales fue perdiendo creatividad y la monotonía definió los movimientos del Real Madrid, que ante la estrategia de su rival, plenamente defensiva, poco más pudo hacer para intentar arañar la armadura nórdica. Puesto que el Valerenga pareció dar por bueno el resultado, a pesar de que las anfitrionas no estuvieran nada de acuerdo y no cesó en su empeño. Tanto que sobre el minuto 80, un centro de Ivana Andrés que encontró a Maite Oroz dentro del área, se estampó en el travesaño, como seña de que el Real Madrid todavía quería más. Aunque el partido llegó a su fin tras los 5 minutos de añadido y después de que Tompkins viera la amarilla como sanción a sus constantes pérdidas de tiempo al sacar de portería.
