Reparto de puntos en el Sánchez Pizjuán en un partidazo repleto de intensidad y polémica
Sevilla y Real Madrid ofrecieron una guerra sin cuartel durante cien minutos en un partido que acabó con De Burgos Bengoetxea señalado por ambos equipos
Regresaba La Liga EA Sports a los campos del futbol español tras el parón de selecciones. Y en esta décima jornada liguera, la competición nacional nos deparaba todo un partidazo en el Ramón Sánchez Pizjuán, en un partido de viejas y nuevas caras. Las caras viejas estarían ejemplificadas por un Sergio Ramos que se enfrentaba por primera vez al Real Madrid desde que allá por 2005 pusiese rumbo a La Casa Blanca, con la intención de privar del liderado al que fue su club durante 15 temporadas.
En las caras nuevas nos topábamos con un Diego Alonso que debutaba por todo lo alto en banquillo del Sevilla, cogiendo la patata caliente que le suponía este gran encuentro tras la destitución de José Luis Mendilibar, con una complicada pero excitante tarea: llevarse los tres puntos ante el líder de la competición liguera.
Mucho fútbol sin goles en la primera mitad
Un partido que comenzó como lo hacen las grandes citas del fútbol: por todo lo alto. Y es que el Real Madrid trató de imponer su ley desde que el balón echó a rodar en el feudo sevillista. Por ello, desde los primeros minutos, el conjunto visitante instauró una altísima intensidad que complicaba la salida del balón de los de Diego Alonso. Avisó el conjunto blanco por primera vez con una internada de por banda que, ante la llegada de Vinicius, acertó a despejar Jesús Navas.
Sin embargo, en la siguiente jugada, a la salida de un córner, el conjunto blanco daría a la afición sevillista el primer gran susto de la tarde. Y es que en la segunda jugada, llegó en la frontal del área Fede Valverde ante un esférico que le llegó a Jude Bellingham, que se adelantó a la salida de Nyland. Posteriormente, el esférico cayó precisamente en los pies de Fede Valverde, que acertó a mandarla al fondo de las mallas. No obstante, en el inicio de la jugada, el propio Bellingham partía de una posición de fuera de juego, por lo que el tanto no subió al marcador.
Un traspiés que no detuvo al Real Madrid, que siguió con una altísima presión que no dejaba respirar al Sevilla. Y antes del minuto 10, la polémica hizo acto de presencia en el encuentro. Y es que en un lance en el que Rüdiger se llevó limpiamente el encuentro, Ocampos terminó llevándose un golpe del zaguero alemán. El colegiado no señaló falta, pero detuvo el encuentro a pesar de que el protocolo indica que debe aplicarse cuando los golpes son en la cabeza, por lo que la jugada prosiguió y terminó con un nuevo tanto de Bellingham que, de nuevo, no subió al marcador, ante un fuera de sus casillas Carlo Ancelotti que parecía no entender qué había señalado el colegiado.
No habían pasado ni diez minutos y el encuentro ya estaba con las pulsaciones al máximo, con un Sevilla que intentaba respirar en la salida del balón ante el gran comienza del conjunto blanco. Pero poco a poco, los hispalenses lograron rebajar el dominio del Madrid, y consiguieron empezar a tocar balón en el campo de los de Carletto. De hecho, comenzó a avisar el conjunto local, en una jugada con una doble ocasión en la que primero estuvo a punto Rakitic de adelantar al Sevilla, pero Carvajal acertó a despejarla en la misma línea cuando el cuero se colaba. En el rechace, el balón cayó en los pies de un Ocampos que no se lo pensó y pegó un derechazo desde fuera del área que obligó a Kepa a firmar una gran parada.
El partido estaba loco, ya que en la jugada inmediatamente posterior Vinicius se plantó solo en terreno sevillista, pero cuando iba a encarar a Nyland acertó Jesús Navas en el último momento a detener el ataque. Y en la posterior, fue el Sevilla el que estuvo a punto de deshacer la igualada, tras una gran jugada coral que llegó a los pies de un Sow que busco cruzársela a Kepa, y el balón de marchó rozando el poste de la portería del Real Madrid.
Cuando el marcador señalaba la media hora de juego, el ritmo del partido parecía haber disiminuído ligeramente, pero la sensación de peligro constante en ambas áreas seguía siendo una constante. Y el siguiente acercamiento tendría lugar a balón parado y para el conjunto visitante. En una falta lateral, el encargado de colocar el balón fue Toni Kroos. Un Kroos que sorprendió buscando el golpeo directo en lugar del centro. Y cuando el balón se colaba bajo los palos, fue Sergio Ramos quien negó el gol al que en su día fuese su gran aliado. Sin embargo, a pesar de la claridad de la jugada, nuevamente De Burgos Bengoetxea otorgó saque de puerta en lugar de córner, dando lugar al enésimo enfado del partido del conjunto blanco.
Continuaban los dos conjuntos buscando su gol, y aunque el ritmo disminuyó, no lo hizo la tensión. En un córner favorable al Sevilla, tras un golpe de Sergio Ramos sobre Bellingham, que De Burgos Bengoetxea tampoco alcanzó a ver, tuvo lugar un careo entre Rüdiger y el propio Ramos, que terminó con los jugadores visitantes apartando al que en su día fuese su compañero, y la sangre no llegó al río. Con la tensión in crescendo, hubo tiempo para poco más en el descuento de tres minutos, y los jugadores encararon los vestuarios en una primera parte sin goles pero con mucho fútbol y, sobre todo, mucha intensidad.
Una segunda parte con fuerzas igualadas que acaba en tablas
Y la segunda mitas comenzó con las misma seña de identidad con la que terminó la primera: con una enorme intensidad. Y no tardó en llegar el primer encontronazo, del mismo modo que sucedió durante la primera mitad, esta vez teniendo como protagonistas a Mendy y Jesús Navas, con una temperatura que no parecía disminuir respecto a lo visto en la primera mitad. Y del mismo modo que ocurrió en la primera parte, el primer acercamiento fue visitante, con un golpeo marca de la casa de Kroos que se marchó rozando el poste.
Poco a poco, los de Ancelotti volvían a hacerse con el dominio de la pelota sobre el verde, con Kroos dirigiendo las operaciones en la medular. El conjunto visitante tocaba y tocaba, y tras una larga posesión en campo sevillista, Carvajal colgó un balón al área que Rodrygo pinchó de forma magistral, y cuando sacó un derechazo que parecía deshacer el empate, Nyland sacó un pie aún mejor para evitar que el Madrid se adelantase en el marcador.
Poco a poco, la intensidad del Madrid disminuyó, a la par que el Sevilla buscaba sorprender a la zaga merengue con balones largos. Sin embargo, esa constante sensación de peligro disminuyó conforme el encuentro se acercaba a la hora de partido. Por ello, ambos equipos movieron los banquillos, Ancelotti dando entrada a Camavinga y Modric, y Alonso haciendo lo propio con Suso. Y al parecer le hicieron más efecto al técnico uruguayo, ya que tras una jugada por el perfil izquierdo, un balón centrado terminó con Alaba marcando en su propia portería, en un rechace que no pudo sacar Kepa.
Y todo lo que no había entrado durante la primera hora del encuentro, entró en cuestión de dos segundos. Y el Madrid empató el partido con Carvajal de protagonista. Y lo fue porque el lateral madrileño provocó una falta lateral en el perfil derecho. Y lo que es menos habitual aún, el centro de Toni Kroos encontró al propio Carvajal en el primer palo, y con un testarazo inapelable, logró superar a al meta sevillista, poniendo las tablas.
Pero todo parecía señalas a un final de partido de infarto, ya que en la siguiente jugada Sergio Ramos estuvo a punto de volver a adelantar al Sevilla con una jugada con la que tantas veces dio puntos al Madrid, con un testarazo casi desde el punto de penalti que, en esta ocasión se topo con un espectacular vuelo de Kepa, que mantenía momentáneamente las tablas en el marcador. Y es que el gol de los de Ancelotti pareció sentar mejor a un Sevilla que, por primera vez en el partido, parecía ser el dominador del encuentro.
Y conforme se acercaba el minuto 90, subían las revoluciones del partido, con constantes manganas y patadas a destiempo que derivó en tarjetas amarillas para ambos bandos. El partido se convirtió en una lucha sin cuartel en el que todos los escenarios eran posibles, desde el empate hasta que cualquiera de los dos equipos se llevase la victoria. Y así continuó la batalla en los nueve minutos de descuento, en los que Ramos y Kroos tuvieron las últimas ocasiones para deshacer el empate. Pero no, terminó con empate a uno un auténtico partidazo en el que el buen fútbol, la intensidad y la polémica hicieron acto de presencia.
