La temporada no ha empezado como el Real Madrid esperaba. Y no a nivel de resultados, donde el conjunto blanco se mantiene en lo alto tanto en competición nacional como en la Champions League. Y es que en un año atípico en lo que respecta al conjunto blanco, las lesiones han llenado la enfermería merengue. Y no precisamente con lesiones menores.
El último en unirse a la lista de lesionados durante un parón de selecciones, fecha en la que los clubes suelen sufrir duros reveses en lo que a bajas respecta, ha sido Eduardo Camavinga. Una acción fortuita con Dembélé en el entrenamiento en Clairefontaine, el mediocampista francés sufrió en duro golpe en su rodilla. Y el primer diagnóstico no puede ser más negativo: dos meses de baja.
La última de una larga lista en un año negro para el Madrid
Una situación que pone en jaque a un Carlo Ancelotti que ve cómo pierde a otra de sus piedras angulares en la medular. Y es que en cuestión de dos semanas, el técnico italiano ha perdido a Aurelién Tchouaméni, indiscutible en el pivote blanco, tras una fractura en el segundo metatarsiano de su pie izquierdo, y también a un Jude Bellingham, que arrastra molestias en el hombro tras una acción fortuita en el encuentro liguero frente al Rayo, y lo han mantenido fuera del once en los dos últimos encuentros.
Lesiones que, lejos de lo habitual en el panorama futbolística, no tienen causas musculares provocadas por la sobrecarga de partidos o por el estrés, sino que tienen relación con acciones fortuitas que acaban en desgracia, o, lo que es lo mismo, mala suerte. Una mala suerte que, además, el conjunto blanco viene arrastrando desde el principio de la temporada.
Ni siquiera había arrancado la temporada cuando Thibaut Courtois se rompió el ligamento cruzado, siendo el primer de muchos varapalos que estaban por venir, y que dejaba al belga, uno de los jugadores clave en la espina dorsal blanca, fuera de competición durante casi toda la temporada.
En el Madrid pensaban que no podía haber peor suerte que la sufrida con el belga, pero en la primera jornada de liga, otro de los grandes pilares del Madrid, Eder Militao, sufrió la misma suerte que el belga: una lesión de ligamentos cruzados que dejaba al Madrid en jaque en la parcela deportiva en muy pocos días.
Y es que este año, como si alguien externo se estuviera cebando con el Real Madrid, las desgracias no han parado de sucederse. La gran sensación de la pretemporada, Arda Güler, sufrió una lesión de menisco en otra jugada fortuita en un entrenamiento que le obligó a pasar por quirófano. Y tales han sido las complicaciones de la rehabilitación, que después se tradujeron en lesiones musculares, que el turco aún no ha debutado.
La realidad es que prácticamente nadie se ha librado de este mal de ojo. Ni siquiera Vinicius Jr., un futbolista con un físico prodigioso. Y es que el brasileño se perdió un mes y medio de competición debido a una lesión en el bíceps femoral de su pierna derecha, dejando a Carlo Ancelotti con un auténtico papelón, teniendo que hacer todo tipo de maniobras para elaborar un once.
El último en unirse ha sido Camavinga, no por motivos médicos, ni de carga de trabajo, sino por un aspecto de, simple y llanamente, mala suerte. Dos meses de baja que dejan en jaque a la medular blanca, y que obligará a Ancelotti ante la plaga de lesiones a recurrir a aquellos que nunca fallan: Kroos y Modric.