Llorente arrebata al Madrid media Liga en el 93

Pasado el ecuador de la temporada, la vigésimo tercera jornada de la Liga EA Sports deparaba a los aficionados del fútbol español un derbi por todo lo alto. Un encuentro que cerraría la trilogía de derbis que arrancó en el mes de enero, y que se había saldado con una victoria para cada equipo. El Real Madrid se impuso en Arabia, en unas semifinales de infarto que llevaron al conjunto blanco a llevarse la Supercopa de España, mientras que el Atlético de Madrid hizo lo propio en territorio conocido, en el Cívitas Metropolitano, dejando al conjunto blanco sin la posibilidad de revalidar el título copero.

Dos encuentros marcados por una igualada absoluta, algo que quedó demostrado en las dos prórrogas que tuvieron lugar en ambos envites. y el tercero y de momento último de la temporada, tendría lugar en un Santiago Bernabéu con sed de revancha tras lo acontecido en el encuentro de Copa del Rey. Para ello, tendría que derrotar a un Atleti que contaba con el honor de haber sido el único equipo que ha derrotado al Real Madrid esta temporada. Y no una vez, sino dos, y ambas en el feudo rojiblanco.

Precisamente por esto, y tras el pinchazo del Girona frente a la Real Sociedad, el encuentro era visto por el conjunto blanco como una auténtica final, en busca de abrir la brecha respecto al conjunto catalán, dueño de la segunda plaza. Pero para ello, tendría que enfrentarse a los colchoneros con una defensa en jaque, después de que Rudiger no lograse llegar a tiempo, y con un Vinicius que fue baja de última hora aquejado de unas molestias en el calentamiento. Por su parte, Diego Simeone contaría con todos sus efectivos para tratar de asaltar el Bernabéu, incluido un Álvaro Morata que llegó in extremis al encuentro, pero logró terminar formando parte del once inicial.

Brahim destapa el tarro de las esencias en la primera mitad

Un comienzo que se anticipaba muy igualado, pero que comenzó con un Real Madrid siendo claramente superior en los primeros compases del juego, acaparando casi toda la posesión del esférico. De hecho, ni dos minutos tardó Brahim en probar suerte de cara a la meta rojiblanca, con un golpeo desde la frontal que detuvo sin mayores complicaciones Oblak. Pero la premisa merengue era clara: mucho balón y transiciones rápidas en busca de llegar a la portería de Oblak con pocos pases. Y durante los primeros minutos, la táctica de Carletto funcionó a la perfección.

Sin embargo, pasaban los minutos y el Atleti buscaba sacudirse de ese claro dominio inicial del conjunto merengue. Y en la primera posesión larga de los de Simeone, Morata puso a prueba a Lunin con un golpeo mordido tras un gran pase filtrado de Griezmann, pero el meta ucraniano acertó a despejar el golpeo del ariete colchonero. No obstante, tras el aviso rojiblanco, el domino del encuentro seguía siendo totalmente blanco, especialmente en la zona de tres cuartos, pero sin crear un peligro constante sobre la meta Oblak.

El Atleti, por su parte, jugaba cuidadosamente sus cartas, sabiéndose sabedores del gran dominio aéreo en jugadas ofensivas con el que contaban sobre la zaga blanca, especialmente tras la lesión de Rudiger. Tal fue así, que los centros laterales eran la principal vía por la que el conjunto del Cholo trataba de desentrañar la telaraña blanca, sin llegar a encontrar a Morata, su principal arma en el ámbito aéreo.

No obstante, y como parecía estar al caer, fue el Madrid el que golpeó primero. Y lo hizo tras una jugada ciertamente enmarañada, en la que los rebotes se aliaron con los de Ancelotti. Primero con un balón que cayó sobre un Lucas Vázquez, que buscó sin éxito un compañero en el área rojiblanca. No obstante, el rechace cayó sobre los pies de un Brahim que firmó un gran eslalon para colarse entre los zagueros colchoneros y picarla ante un Oblak que no pudo hacer nada, poniendo el primero en el marcados.

Sin embargo, el plan de Simeone no varió en lo absoluto: el juego aéreo seguía siendo la principal baza de su equipo, y justo tras la reanudación a punto estuvo Morata de mandarla al fondo de las mallas, como ya hiciese en el encuentro de la primera vuelta, pero se encontró con una gran intervención de Lunin que evitó que el canterano blanco pusiese las tablas en el marcador. Pero a pesar de ello, el conjunto blanco seguía siendo el que llevaba el peso ofensivo del encuentro, y el segundo gol blanco parecía mucho más cercano que el primero rojiblanco.

Fueron varios los avisos blancos de cara a la meta de Oblak, probando suerte Kroos, Rodrygo e incluso Lucas Vázquez. En lo que al Atleti respectaba, Morata parecía ser el único baluarte ofensivo a través del cual crear peligro en la meta de Lunin. Se apuntó también al filo del descanso Fede Valverde tras un contragolpe muy bien ejecutado por el conjunto blanco, pero sin que el uruguayo lograse encontrar puerta. Y con esa ocasión concluyeron unos 45 minutos en los que la igualdad que se preveía se tradujo en un claro dominio blanco, pero con todo abierto de cara a la segunda mitad.

Llorente contrarresta el claro dominio blanco

Una segunda mitad que comenzó con un ritmo muy inferior al arranque de la primera, más similar con lo visto en los últimos compases del primer tiempo. Pero todo lo que no le salió a los colchoneros en la primera mitad, le salió en la reanudación de la segunda. No habían transcurrido ni dos minutos cuando, en un córner, Savic evidenció el poderío aéreo del conjunto rojiblanco, superando a Lunin. Con lo que no contaba Simeone era con que Saúl intervino en la trayectoria del balón y Lunin, en una posición de fuera de juego posicional, por lo que el tanto colchonero no terminó por subir al marcador, a pesar de las airadas quejas del banquillo del Cholo.

Y con esta jugada, toda la calma con la que parecía haber comenzado la segunda mitad, desapareció por completo. El partido se rompía por momentos y ahora eran ambos equipos los que generaban una sensación de peligro constante. Sin embargo, el Madrid seguía llegando con más peligro, tal y como demostraron un potentísimo golpeo de Kroos desde la frontal, que acertó a detener Oblak, y una jugada en la que Lucas Vázquez pidió penalti, pero Sánchez Martínez no determinó la acción como punible.

Conforme pasaban los minutos el partido estaba cada vez más roto, y a pesar de que el Madrid llegaba con más frecuencia, el Atleti también amenazaba el área blanca, especialmente a través de un Griezmann mucho más expeditivo que en la primera mitad. Y por si no había suficientes ingredientes, ahora la polémica cayó del otro lado, tras un derribo sobre Bellingham en el área rojiblanca en la que el colegiado tampoco vio pena máxima, ante el enfado de Ancelotti, del Bernabéu y del propio Bellingham.

Tras la polémica acción, el Cholo quiso hacer reaccionar a los suyos con un triple cambio, en vista del nuevo signo del partido. Unos cambios que hicieron que el partido terminase de romperse por completo. Y al contragolpe estuvieron a punto de hacer el segundo los locales, en una situación de cuatro para dos que finalizó Rodrygo directamente al cuerpo de Oblak.

Con esto, Ancelotti también decidió a mover el banquillo, dando salida a Joselu por el autor del gol, Brahim. Pero antes de retirarse del césped, el malagueño regaló una jugada Maradoniana al Bernabéu dejando sentados a dos zagueros rojiblancos, pero sin acertar a poner el balón entre los tres palos, en una ocasión que bien podría haberse convertido en uno de los goles de la temporada.

Eran los mejores minutos del Real Madrid, con un dominio incontestable, especialmente en campo rival. Pero en el fútbol no hay nada escrito, y menos con un equipo como el Atleti en frente. Bastó un error de Mendy para que el conjunto rojiblanco se plantase en superioridad numérica en el área blanca. Sin embargo, el recurso de enorme calidad de Griezmann, que buscó firmar el empate con la espuela, se encontró con una mejor aún reacción de Lunin, que volvió a evitar que los colchoneros pusieran las tablas en el mejor momento del Madrid.

Con la entrada de Modric al terreno de juego, el conjunto blanco se recompuso en la medular y puso fin al ida y vuelta de los minutos anteriores, volviendo a retomar el control absoluto del juego. Pero el Atleti no había abdicado aún, ni mucho menos, apostando por una altísima presión que ponía en apuros a la zaga blanca cuando el tiempo ya rozaba el 90. En el añadido, el conjunto blanco protegía el marcador por primera vez en el encuentro, mientras que los colchoneros ponían en verdaderos apuros a los de Ancelotti.

Y cuando el añadido rozaba su final en el Bernabéu, la última jugada del encuentro heló a un Madrid que ya se veía ganador de los tres puntos. La zaga blanca no logró a despejar un balón que cayó llovido, quedando el esférico muerto en el corazón del área. Ni Nacho ni Carvajal se decidieron a atacar el balón, ni Lunin salió para despejarlo. Algo que aprovechó Marcos Llorente llegando en segunda línea con un cabezazo a la escuadra. El Atleti sacaba del Bernabéu un punto que le sabía a gloria, y le arrebataba al conjunto blanco una victoria que, de haberla conseguido, podría haber sido prácticamente la sentencia de La Liga.