Derbi sin dueño en Alcalá: las tablas apagan las ascuas del Atlético
El derbi madrileño terminó en empate, con un gol para cada equipo, y repartió puntos en Madrid a las puertas de la ventana internacional
El Centro Deportivo Wanda Alcalá de Henares lo tenía todo listo para volver a acoger uno de los encuentros más esperados del curso: el derbi madrileño. Esta vez, atléticas y madridistas se verían las caras en liga, después de que la semana pasada ambos equipos se enfrentaran en los cuartos de final de la Copa de la Reina en un partido que terminó por teñirse de rojiblanco, para recuperar la Jornada 14 de la Liga F, que fue aplazada hasta el día de hoy por la disputa de la Supercopa. Tanto el estadio como la afición estaba expectante ante el nuevo derbi, que enfrentaba a los dos equipos por primera vez en la competición doméstica este curso, incluida la seleccionadora Montse Tomé que mañana presentará la lista de convocadas de cara a la Nations League, que volverá a los terrenos de juego la próxima semana.
El Atlético de Madrid buscaría repetir la hazaña y volver a hacerse con la victoria en su feudo, mientras que el Real Madrid volvería a territorio comanche, con la espinita de la Copa, en el que será el partido centenario de su entrenador, Alberto Toril, que ha sumado 100 partidos al mando del vestuario blanco.
La balanza no se decanta en Alcalá
El equipo anfitrión saltó al terreno de juego con la batuta sobre las botas y así se lo hizo saber a su rival desde el principio. Tanto, que no necesitó más de 5 minutos para adelantarse en el marcador, gracias a un saque de esquina que propuso Boe Risa que terminó convirtiéndose en el 1-0, después de que Sheila Guijarro rematara el rechace de Menayo, tras un primer despeje forzado de Misa Rodríguez ante el centro envenenado de la noruega.
El partido acababa de empezar y el Atlético de Madrid asumió el encuentro con una ventaja tempranera, que pareció destensar a Ajibade en ataque, pero no desmotivó a sus rivales. Y al Real Madrid no le quedó de otra que remar a contracorriente y se volcó en ataque con Caicedo y Bruun como cabezas pensantes del ataque blanco. El paso de los minutos pareció avivar la hoguera blanca, que empezó a combinar y avanzar metros con el balón en los pies, primando el dominio del esférico y jugando con calma, en lugar de dejarse llevar por la necesidad de empatar el partido.
Olga Carmona empata desde el punto de penalti
El juego del Real Madrid volvió a apoyarse con las bandas, ante la dificultad de desarrollar el juego por el interior y tanto Caicedo como Athenea del Castillo gobernaron las intenciones blancas, que buscaron de mil y una formas pisar el área de Gallardo. Lo que sembró dudas en la retarguardia colchonera, que aumentó en intensidad para frenar a la colombiana. Y tanto fue el cántaro a la fuente, que el Real Madrid recuperó las tablas.
En el minuto 21 de partido, la colegiada detuvo el encuentro y señaló la pena máxima, tras una mano de Gaby García que detuvo la jugada, la cuál había terminado con un gol de Athenea, que debido al penalti, no subió al marcador. Olga Carmona fue la encargada de enfrentarse cara a cara con la guardameta sevillana, que consiguió engañarla mandando el balón al fondo de la malla con un disparo centrado, que despistó a su paisana.
El Atlético aplaca las prisas madridistas
La igualada le echó todavía más leña al fuego madridista, que siguió fuerte en ataque, ganando confianza arriba y apostando por el juego asociativo, en el que tanto Toletti como Zornoza, desde el medio campo, como Moller unos metros por delante, conectaban las líneas con las atacantes que dominaban los laterales del campo. A su vez, las rojiblancas tuvieron que encogerse para fortalecerse en defensa y eso le cortó las alas a Ludmila en la línea más ofensiva, que no encontró la forma de salir con ventaja en velocidad, topándose con Kathellen Sousa, que no le dejó ni un milímetro.
La polémica está servida
El Atlético arrancó la segunda mitad con fuerza y ganas de decantar la balanza a su favor, con Ludmila y Eva Navarro liderando al equipo con velocidad y liderazgo en campo contrario. Tanto que la murciana probó fortuna desde la frontal del área, y cerca estuvo de tocar la campana, con un potente disparo lejano, típico de Navarro, pero que esta vez repelió el travesaño. El cuadro de Manolo Cano trató de mantener el balón en su posesión e ir ocupando espacio blanco, sin prisa, pero con seguridad, pero la defensa madridista no se lo puso nada fácil y la figura de Ivana Andrés pareció extenderse por toda la retaguardia, trabajando en equipo con su pareja de baile, Sousa, y Olga Carmona por la izquierda.
En el 61 de juego, un choque dentro del área, que no señaló la colegiada, entre la brasileña y Sheila Guijarro, detuvo el encuentro tras las quejas de la valenciana, que recibió un golpe en la cara y tuvo que abandonar el partido, pasado el 60 de juego, con la cara parcialmente hinchada. La tensión aumentó rápidamente tras la polémica y el Atlético no tuvo otra que hacer falta, incluso en zona peligrosa, para contener las prisas del Real Madrid, que lideradas por Athenea del Castillo, no necesitaban mucho para pisar el área de Lola Gallardo.
Intensidad con reflejo a cartulina amarillo
La tensión era cada vez más latente, lo que obligó a la colegiada a mostrar hasta 6 cartulinas amarillas, y la personalidad de las guardametas impregnaron el partido en cada acción. El Atlético de Madrid se volcó completamente en ataque con la entrada de Crnogorcevic al campo, en lugar de la lesionada Sheila Guijarro, e hizo sudar la camiseta a las zagueras blancas, que cada vez eran más, puesto que todo el equipo bajaba a defender cada jugada. Por lo que la presencia de Bruun en el área de Misa cada vez fue más habitual en los últimos 20 minutos.
Pero el equipo local quería el gol y no dejó de pelear por adentrarse en el área blanca, la cuál estaba más que blindada. En el 77 de partido las rojiblancas pudieron romper las tablas gracias a un disparo de Gaby, que blocó Misa al salir con todo, y que terminó topándose con la madera en un segundo intento por firmar el desempate.
Tablas en Madrid
La fiereza ofensiva del Atleti obligó a Toril a adaptar su pizarra y optar por una estrategia completamente defensiva, que terminó de clarificarse tras la entrada de Frej Siri en lugar de la danesa, Signe Bruun. El Real Madrid empezó el partido por detrás en el marcador y tuvo que echar de corazón para arañar las tablas, pero en la segunda mitad pareció conformarse con la igualada y optó por replegarse, para centrarse en labores defensivas, y mantener a raya a un rival que logró doblegar ligeramente durante el primer tiempo.
