El Madrid sufre como en los viejos tiempos para conseguir el billete a cuartos

El gol generado en una jugada aislada entre Bellingham y Vinicius sirvió al conjunto blanco para obtener un pase a los cuartos a pesar del dominio alemán

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Real Madrid 1 1 R. B. Leipzig

Llegaba el mes de marzo, y de su mano la época favorita de la afición del Santiago Bernabéu. Un año después, volvía la fase eliminatoria de la Champions League, competición fetiche del conjunto blanco a su feudo. Y lo hacía por todo lo alto, en la vuelta de unos octavos de final frente a un Leipzig que no solo estaba dispuesto a dar la campanada, sino que estuvo a punto de darla en el encuentro de ida, en el que el Madrid se impuso por solo un gol con una genialidad de Brahim.

Un resultado demasiado corto como para especular con él. Algo de lo que Carlo Ancelotti y los suyos eran plenamente conscientes. Para el envite, el técnico italiano recuperó a algunos futbolistas con los que no pudo contar en el encuentro de ida, destacando la presencia en el once de titularísimos como Bellingham o Rüdiger. Un regreso que, sin embargo, trajo consigo a una sorpresa, ya que Carletto sorprendía a todo el mundo conformando una medular con cinco hombres, siendo Rodrygo el damnificado.

Y si bien el Madrid salía con todo el encuentro, el conjunto alemán no iba a ser menos. Con Sesko y Openda en la punta del dibujo germano, dos de las grandes amenazas para el conjunto blanco en el partido de ida, especialmente durante la primera mitad del encuentro, Marco Rose aterrizaba en la capital para repetir la gesta del Ajax en 2019, y ganar al Madrid en su propio terreno: remontando una eliminatoria de Champions League en el Santiago Bernabéu.

Todo para la segunda mitad en el Bernabéu

El Madrid sabía que no podía especular, y en la primera jugada lo demostró: la altísima presión blanca obligó a Gulacsi a sortear el balón. No habían transcurrido ni diez segundos de encuentro y el Santiago Bernabéu ya estaba totalmente encendido. Los alemanes, por su parte, no estaban dispuestos a arrugarse, ni mucho menos, devolviendo al conjunto blanco esa alta presión en su campo, dificultando en gran medida la salida del esférico.

No obstante, y a pesar de que el paso de los minutos detuvo un poco el ritmo del encuentro, sería el Leipzig el primero en asustar. Un desajuste defensivo en la puerta zaga blanca dejó a Sesko y Openda prácticamente solos frente a la meta blanca. Una jugada que posteriormente quedaría invalidada por el asistente pos posición de fuera de juego del propio Sesko, que fue quien la terminó. Sin embargo, aunque no hubiera sido invalidada, n habría puesto por delante al Leipzig, puesto que se topó con un auténtico paradón de Lunin que puso en pie al respetable.

Un susto que espabiló al conjunto blanco, que poco a poco fue adueñándose de la pelota. Y tras una larga posesión y un centro lateral de Carvajal, Vinicius conectó un cabezazo que se marchó a escasos centímetros de la portería defendida por Gulacsi, demostrando que el peligro del conjunto blanco. Sin embargo, la sensación en el estadio era de intranquilidad, ante las vertiginosas conducciones del equipo alemán, generando siempre una sensación de peligro. Y es que poco después, era Openda el que rozaba el gol alemán.

El Leipzig se apuntaba las jugadas más claras de ataque, mientras que el Madrid trataba de sacudirse la presión de los visitantes. Y poco a poco, a pesar de que el Madrid no lograba acosar el área alemana, sí logró detener las constantes acometidas con un mayor control de la pelota. El Bernabéu, sin embargo, comenzaba a impacientarse ante la falta de contundencia arriba de los suyos, que no llegaban a intimidar a Gulacsi. Y es que en la zona de tres cuartos de campo, el Madrid no lograba conectar ningún balón entre sus hombres de ataque.

Una primera media hora insuficiente por parte de los de Ancelotti, que provocó silbidos por parte de la afición hacia los suyos. Rozando el minuto 40, y tras una segunda jugada en un córner, Openda se encontró con un balón suelto, que no dudó en fusilar, con un zapatazo que salió rozando la escuadra izquierda de la portería defendida por Lunin. Una jugada que hizo estallar a un Bernabéu que, ahora al unísono, reclamaba a los suyos más intensidad y mejor fútbol, algo que no se vio en toda la primera parte. Y con esa tremenda reprimenda por parte de los suyos, el Madrid enfiló el túnel de vestuarios, con la eliminatoria totalmente abierta.

La sociedad Vini-Jude salva al Madrid de la debacle

La segunda mitad comenzó con el claro reconocimiento de Ancelotti en el error de su planteamiento: dio entrada a Rodrygo en el lugar de Camavinga y cambió el dibujo, volviendo clásico rombo, que ha sido la formación más usada esta campaña. Pero la reanudación comenzó igual que lo hizo la primera mitad: con una clara ocasión para los visitantes tras una mala salida de Lunin, que el propio ucraniano logró resolver.

El Madrid, sin embargo, ahora sí se asomaba más al balcón del área alemana, y lo hacia con veloces transiciones laterales. El Bernabéu, que ahora notaba que los suyos necesitaban su apoyo, dejó atrás los pitos para insuflar ánimo a los mirlos de Carlo. Pero las sensaciones seguían siendo muy pobres por parte de los blancos, que cumplida la hora de juego no había entrado en el encuentro en ningún momento, con ninguno de los dos dibujos.

El Leipzig, por su parte, seguía sembrando el pánico en cada acercamiento al área blanca. Los de Ancelotti, con la eliminatoria en la cuerda floja, necesitaba una reacción. Y si no era por fútbol, tendría que ser por una genialidad individual. Y la primera de ellas corrió a cuenta de Vinicius, que enfiló el perfil izquierdo dejando a dos zagueros en el camino, para poner un centro atrás en busca de un rematador. La jugada, entre rebote y rebote, se enrevesó hasta que llegó a los pies de Toni Kroos, que firmó el primer tiro a puerta del Madrid pasada la hora de juego.

El Bernabéu, tras esa jugada, entró en ebullición, y el resto es historia. En la siguiente jugada, fue Carvajal el que se fue quitando rivales por la banda derecha. Y logró encontrar en el área a Rodrygo, que se plantó ante Gulacsi, obligando al meta visitante a hacer una gran intervención para evitar el primero del conjunto blanco.

Y tanto va el cántaro a la fuente, que al final la acaba rompiendo. Y a la tercera fue la vencida. En un contragolpe marca de la casa, Bellingham realizó una conducción de 40 metros hasta plantarse en el área alemana. Ya en la frontal, filtró un balón con la precisión de Picasso en busca de un Vinicius que, en carrera y con un gran golpeo, superó de una vez por todas a Gulacsi, quitando un enorme peso de encima al Bernabéu.

Sin embargo, la eliminatoria no estaba ni mucho menos resuelta. En la siguiente jugada, el Leipzig se volcó con todo al ataque, con una doble ocasión en la que Rüdiger llevó a cabo una doble intervención con valor gol. Los alemanes, sin embargo, no estaban dispuestos a perder el norte al partido. Y en la jugada posterior, tras un centro lateral, Orban se anticipó a Nacho en el área pequeña, mandando el esférico al fondo de las mallas y poniendo de nuevo las tablas en el marcador. Tocaba seguir sufriendo en el Bernabéu.

Y es que el gol alemán pareció devolver al Madrid al punto de partida: erráticos con el balón, y poco intensos sin él. Y las aproximaciones de los alemanes eran cada vez más peligro, e incrementando la sensación de disconformidad en el Bernabéu. Llegados los diez últimos minutos del encuentro, el Leipzig estaba a tan solo un gol de empatar la eliminatoria. Y el Madrid, por su parte, apenas lograba salir de su área.

En el tramo final, sin embargo, el Madrid parecía haber logrado apagar el incendio alemán, con un mayor control del balón, ante un Leipzig al que ahora le costaba más llegar con clarividencia. Y alcanzado el minuto 90, el colegiado decretó que el partido se alargaría hasta el minuto 94, una zona que, en este estadio y en esta competición, solía ser territorio blanco. Un tiempo de descuento en el que los alemanes no cejarían en su empeño, mandando un balón al larguero en una de las últimas del encuentro.

Apuraba el Madrid el cronómetro pidiendo la hora, sufriendo más de lo que incluso el más pesimista habría previsto. Sin embargo, en un partido en el que el conjunto blanco firmó una de sus peores actuaciones europeas de la temporada, firmó el final del encuentro con un billete directo a los cuartos de final. Un billete obtenido gracias a la genialidad de Brahim en la ida, y a la asociación Vini-Jude en la vuelta. Poco fútbol, pero, como única noticia positiva de la noche, con una plaza en los octavos de final.

Ficha técnica
Real Madrid C.F.: Lunin; Carvajal, Rüdiger, Nacho, Mendy; Kroos (Modric, 77′), Tchouaméni, Camavinga (Rodrygo, 45′), Valverde, Bellingham (Joselu, 84′) y Vinicius.
R.B. Leipzig: Gulacsi; Henrichs, Orban, Lukeba, Raum; Schlager (Baumgartner, 84′), Haidara (Kampl, 89′); Dani Olmo, Xavi Simons, Sesko (Elmas, 84′) y Openda (Poulsen, 77′).
Goles: Vinicius (65′), Orban (68′).
Árbitro: Davide Massa, del Comité de Arbitraje Italiano. En el VAR, Massimiliano Irrati, del Comité de Arbitraje Italiano.
Incidencias: Partido correspondiente a la vuelta de los octavos de final de la UEFA Champions League, disputado en el Santiago Bernabéu. (21:00h).
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