Los principios siempre son difíciles. Eso es algo de lo que Arda Güler es plenamente consciente. Y desde su fichaje por el Real Madrid hace ya nueves meses, la joven joya del fútbol turco no ha tenido un camino fácil, en la que se presuponía que sería una temporada de ensueño para él.
Primero, las lesiones no solo lo mantuvieron alejado del terreno de juego, sino que incluso lo obligaron a pasar por el quirófano, pasando casi tres meses en dique seco tras una lesión medianamente grave en el menisco. Después, la falta de continuidad ha sido el gran lastre que ha impedido al turco hacerse importante en el esquema de Carletto.
La perla turca y su adaptación al fútbol moderno
Entre los muchos aspectos que pudieron condicionar las lesiones musculares que retrasaron el debut de Güler, más allá del estrés por vestir una camiseta como la del Real Madrid o por una gran intensidad en los entrenamientos, el aspecto físico también jugó un papel fundamental. Y es que el conjunto blanco vio en el turco un diamante por pulir en términos de talento, pero con mucho camino por recorrer a nivel físico.
No obstante, uno de los grandes secretos del Real Madrid a lo largo de las últimas temporadas no es otro que Antonio Pintus, el preparador físico del conjunto blanco, que ha sido capaz de realizar auténticos milagros, y hacer que los jugadores blancos tengan un físico sumamente dominante, algo completamente imprescindible en el fútbol actual.
Un hecho del que no se iba a escapar Arda Güler. Poco queda de aquel joven delgadito que aterrizó en el Santiago Bernabéu allá por el mes de julio con las botas repletas de talento. Y es que, a pesar de tener un papel menor que residual en los encuentros para Ancelotti, el turco se encuentra en pleno proceso de transformación física, tal y como él mismo ha demostrado en Instagram.
Un gran cambio que no solo demuestra el éxito del método Pintus, que quiere hacer con Güler algo similar con lo que hizo con Eduardo Camavinga entre 2021 y 2022, convirtiendo al francés en una auténtica máquina a nivel física. Y es que también demuestra el compromiso de Güler, dispuesto a hacer todo lo que esté en su mano para hacerse con un hueco en el proyecto blanco.
Es cierto que, hasta el momento, ni la suerte ni las oportunidades han acompañado a la perla turca en el Real Madrid. Sin embargo, si a su indudable talento se suma un trabajo físico que le permita competir con algunos de los futbolistas más preparados del panorama actual, parece difícil vislumbrar un escenario que no consiste en Güler triunfando con la camiseta blanca.