El Nàstic de Tarragona quiere hacer borrón y cuenta nueva y conseguir que este sea el año del ascenso que se le ha resistido, no sin polémica, en las últimas temporadas. La primera piedra en ese camino a Segunda será un recién llegado a la categoría como el Ourense que viene de hacer un año para enmarcar en Segunda RFEF y que no se pone techo. Será un partido atípico porque salvo que el TAD se pronuncie antes del encuentro se jugará a puerta cerrada tras la sanción impuesta por los incidentes reflejados en el acta de la vuelta del play-off ante el Málaga.
Nàstic: olvidar y ascender
El Nàstic vivió el pasado curso una temporada que se podría calificar de excelente a la que solo le faltó la guinda y tuvo una final duro. El equipo de Dani Vidal se mostró como una auténtica bestia competitiva. Un conjunto sólido que marcó unos registros impresionantes. Acabó la temporada regular con 70 puntos en las 38 jornadas de Primera RFEF lo que le hubiera bastado para conseguir el ascenso directo el curso anterior, que se llevó el Amorebieta con 69 puntos. El play-off fue ir a la guerra y el equipo mostró un espíritu de lucha que lo hizo superar la eliminatoria contra el Ceuta. En la final, bregó contra la adversidad arbitral, pero finalmente cayeron de la forma más cruel ante el Málaga. El Deportivo finalizó la liga con 78 puntos, pero el Nàstic fue el mejor en dos aspectos importantes. Fue el equipo menos goleado de la categoría y el mejor local del grupo 1.
Repetir esos números pero lograr el premio gordo es, sin duda, el objetivo de este curso que comienza. El Nàstic empezó la pretemporada ganando ante Sabadell y Terrassa, pero tuvo dos baches perdiendo contra Castellón y Zaragoza. Luego han podido remontar y ganarle al Huesca,al Atlétic Lleida y finalmente el pasado fin de semana al Espanyol B. La pretemporada ha sido positiva porque el equipo ha transmitido que mantiene su idea de juego clara. Al Nàstic este verano han llegado nombres como Álex López, Antoñín, Rebollo, Antonio Leal, Gorka Pérez o Víctor Narro, entre otros, que vienen a completar y mejorar el equipo que tantas alegrías dio el curso pasado.
Ourense: sin presión y sin techo
CAMPEÓN en mayúsculas se proclamó la pasada temporada el Ourense certificando un ascenso a Primera RFEF más que merecido tras una temporada para enmarcar. No estar en las quinielas de nadie a principio de curso, jugar sin presión y con toda la ilusión sumado al talismán que ha supuesto lo que al principio parecía un engorro, jugar en Oira, hizo que el Ourense sea hoy equipo de Primera RFEF. Los de Rubén Domínguez vivieron una temporada de ensueño con números espectaculares que, con el ascenso consumado, premian el trabajo bien hecho. Tras salvar la categoría en un agónico Playout nada hacia presagiar lo vivido el pasado curso pero los resultados y los números están ahí.
Ahora toca disfrutar de lo logrado y dar la talla en esta nueva categoría para lograr la permanencia que no será tarea fácil. Los gallegos llegan tras una pretemporada en la que cayeron ante el Dépor, vencieron a Racing de Ferrol, Compos y Bergantiños y empataron con Pontevedra y Lugo. Una pretemporada positiva que ahora trasladar la competición oficial buscando la salvación pero como siempre con este equipo sin ponerse techo. En palabras del míster, «la pretemporada no tiene mayor importancia que empezar a conocernos y trabajar». Además, Rubén Domínguez acepta que llegan «verdes» y tendrán que ir creciendo con el paso de las semanas. Son nueve los fichajes que ha realizado hasta ahora el club pontino, que todavía tiene la plantilla sin cerrar y espera incorporar más calidad al plantel.