Muchos se preguntan hoy en día cómo Joan Laporta y desde el Barcelona se vende que la economía del club está saneada, pero siguen arrastrando problemas para acometer fichajes, sobre todo a la hora de inscribirlos. Estos problemas vienen desde atrás y Josep María Bartomeu es uno de los grandes señalados, pero esa herencia la ha recogido el actual presidente del club culé. La realidad es que a día de hoy se sigue necesitando en Can Barça de palancas, que más bien son ventas de activos, traspasos o rebajas salariales para poder seguir construyendo una plantilla competitiva.
Y uno de los claros reflejos actuales que demuestran esta situación económica delicada es la cantidad de canteranos que están jugando a las órdenes de Hansi Flick. Nadie niega que en el Barcelona estén acostumbrados a dar oportunidades a esos jóvenes que se han ido formando en la filosofía culé, pero a nadie se le escapa que los blaugranas, al igual que Real Madrid o resto de equipos potentes del viejo continente, buscan esas oportunidades de mercado o a esos futbolistas que están despuntando en otros equipos y que quieran dar un salto en su carrera marchándose a un club más grande.
La deuda del Barcelona sigue estando por encima de los 1.000 millones de euros y es cierto que Joan Laporta ha conseguido estabilizar la situación de las arcas del club y ha conseguido evitar que se convirtiera en una Sociedad Anónima. Desde que llegó Joan Laporta a la presidencia del Barcelona se han ido haciendo famosas las palancas, pero no es otra cosa que la venta de activos. Además, surge la polémica cuando algunos de esos movimientos son controvertidos, ya que se realizaron ventas, como la de Barça Studios con las que al final no se recibió el dinero de empresas como Libero, pero que funcionaron en su día para inscribir a futbolistas.
El origen con Messi y Neymar
Uno de los grandes protagonistas del Barcelona de las últimas décadas, para lo bueno y lo malo es Leo Messi. El futbolista argentino cobraba por encima de sus posibilidades, como también muchos de sus compañeros, ya que Josep María Bartomeu infló esos contratos sin haber un retorno económico, que les permitiese mantenerse. Fruto de esa mala gestión, además de la llegada del Covid, llegaron esas renovaciones difiriendo los salarios. De hecho, el rosarino ha terminado de cobrar hace unas semanas dinero del club azulgrana a pesar de haberse marchado ya hace varias temporadas. Cabe recordar también que su marcha estuvo marcada por esta crisis económica, ya que Joan Laporta no podía inscribirle.
🚨Ojo a la PORTADA de El Mundo🚨
⚠️El CONTRATO FARAÓNICO de MESSI que ARRUINA al BARÇA: 555.237.619 €.
➡️Firmó en 2017 un contrato que le da hasta 138 MILLONES por TEMPORADA. pic.twitter.com/3USXSZl2sw
— El Chiringuito TV (@elchiringuitotv) January 30, 2021
Pero para empezar a comprender esa crisis económica de los culés hay que remontarse un tiempo atrás. Neymar salió en 2017 rumbo al PSG a cambio de su cláusula de rescisión, que era de 222 millones. Todos sabían el dinero que tenía el Barcelona y los fichajes de Philippe Coutinho y Ousmane Dembélé costaron más de lo que llegó a las arcas azulgranas por el brasileño. Ninguno de los dos funcionó. El primero de ellos está ahora mismo en Brasil después de varias aventuras fallidas sin dar el nivel, mientras que el francés rechazó las ofertas de renovación del Barça y decidió irse gratis. Su destino, el club parisino, donde hace algo más de un mes conquistó la Champions League siendo protagonista y convirtiéndose en uno de los candidatos a ganar el Balón de Oro.
Las inscripciones
Uno de los grandes problemas que se ha encontrado el Barcelona es el de las inscripciones de los futbolistas. Javier Tebas, que adora hablar en público de la economía azulgrana, ha expuesto en varias ocasiones que las finanzas culés no son tan bonitas como las pinta Joan Laporta. El caso más reciente y mediático ha sido el de Dani Olmo. El egarense se perdió los primeros partidos de la pasada temporada y se le concedió una cautelar hasta enero por la lesión de Christensen, pero en el primer mes de 2025 pudo acabar jugando gracias a una decisión polémica del CSD.
❗️ Acusan a Javier Tebas, presidente de LaLiga, de interferir en el ‘NO’ fichaje de Nico Williams.
Sus declaraciones públicas y su reunión con el club Bilbaíno podrían haber sido claves.
[Vía @MiguelGalanCNFE ] pic.twitter.com/yJlprTL7BJ
— Som I Serem FCB (@Somhiseremfcb) July 7, 2025
Si nos vamos un año o dos atrás, el Barcelona acometió varias contrataciones a coste cero porque cada euro contaba. Los Christensen, Íñigo Martínez o Gündogan que llegaron libres tenían una cláusula en su contrato que podían quedar libres si no eran inscritos en LaLiga. Y es que la famosa regla 1:1 con la que se controla el fair play financiero en España no deja mucho margen a un Barça que, supuestamente, ya estaría cumpliéndola, pero que en la práctica parece no ser así porque siguen necesitando hacer malabares para inscribir a las incorporaciones.
Nico, el último damnificado
Ahora mismo existe un exceso de la masa salarial y es por ello que los futbolistas fichados no pueden ser inscritos inmediatamente después de estampar su firma en su contrato. Ha sido Nico Williams el que ha vuelto a exponer esos problemas que tiene el Barcelona en el apartado financiero. El jugador del Athletic Club fue el que se ofreció para cambiar San Mamés por el Camp Nou, pero lo cierto es que las declaraciones de Javier Tebas dejando en el aire su inscripción, hizo que el internacional español, ante el miedo de no poder jugar, renovase con el Athletic Club hasta 2035.
NICO WILLIAMS 2035. pic.twitter.com/UaasodVXFb
— Athletic Xtra (@AthleticXtra) July 4, 2025
La dirección deportiva tiene un duro trabajo por delante para dar salida a jugadores y aligerar la masa salarial. La marcha de Ansu Fati, aunque sea cedido, ya que también ha renovado su contrato para diferir su salario, pero todavía necesitan diferentes ingresos para poder fichar a sus objetivos. Entre ellos están Luis Díaz o Rashford, que no serán baratos, y mientras que en las oficinas del club venden públicamente que es posible, estos jugadores tienen ese miedo de no acabar siendo inscritos.