Oscar Piastri ha dado otro mordisco a su lucha particular por el Mundial de pilotos ganando en Bélgica en una carrera que se ha llegado a atrasar más de 40 minutos a causa de la lluvia. Una carrera en la que el australiano supo adelantar a su errático compañero Norris en la resalida después de que la FIA ordenara que fuese bajo el coche de seguridad. Tercero ha sido Charles Leclerc que ha aguantado a un Verstappen que ha acusado la falta de velocidad punta. Alonso y Sainz terminaron 17º y 18º en una carrera para el olvido.
Piastri obtiene una victoria importante en Bélgica en seco, como todos querían
Y es que la Fórmula 1 ha cambiado mucho. Nadie quiere recordar épocas pasadas porque, en muchos casos, los escenarios suelen llegar a ser mejores. No en términos de velocidad, de competición o de que estos sean los mejores coches de Fórmula 1 jamás. Sino, especialmente, en la toma de decisiones que hacen que esta sea la competición reina del motor. O quizás ahora un poco menos.
En Bélgica, en el mítico trazado de Spa-Francorchamps, todo un símbolo para la Fórmula 1 y el automovilismo, ha ganado este domingo Piastri. Lo hizo llegando a meta tras una carrera en la que supo aprovechar su ocasión para ganarle a Norris en el primer momento que el coche de seguridad desapreció de la pista. Porque sí; después de 40 minutos de espera, en donde la FIA y la Fórmula 1 decidieron que había que esperar y que lo mejor era correr en condiciones de seco y no sobre mojado, optaron porque Bernd Maylander, conductor del Safety Car, fuera el encargado de dirigir la resalida.
Como si quemase, como si asustase más de lo debido. Cuando cae el agua, la categoría reina pasa a ser un espectáculo dantesco. Pasó en Spa, otra vez. Aunque a diferencia de 2021, esta vez sí hubo carrera y Oscar Piastri supo dignificar la categoría. En resumidas cuentas, la lluvia es un obstáculo y no se cambia por nada. Banderas rojas, vueltas tras el coche de seguridad y la sensación para todos de tiempo perdido.
El agua quema en la Fórmula 1
Y esto ha sido un problema. Para el aficionado, claro, no para los pilotos. De hecho, como pudo saber GRADA3, en el paddock se insinúa que son muchos los pilotos que se conforman con ello, y ya ahora escogen no quejarse por no correr en lluvia por el simple hecho de que no conseguirán nada. Lo tienen claro; prefieren una carrera en seco que una con suelo mojado.
La culpa es de estos coches tan grandes, pero sobre todo de Pirelli, que este 2025 ha vuelto a repetir su gran talón de aquiles: sus neumáticos de lluvia extrema no sirven. No se puede correr con ellos porque no expulsan la suficiente agua. Y cuando se utilizan los intermedios, estos lo hacen con muchas dificultades para que los pilotos sean vistos. Y más en trazados como el de Spa, donde a lo largo de sus 70 ediciones, al menos en un 60% la lluvia ha hecho su aparición. Aunque eso ya es de otros tiempos…
Hamilton se hizo gigante
En cuanto a la carrera, el australiano supo gestionar desde entonces una victoria que tuvo en todo momento en su haber, sobre todo porque a Lando Norris se le vio bastante confuso, tanto a la hora de escoger sus neumáticos de seco (los más duros) por los medios que utilizaron en cabeza de carrera. Con esta victoria, la distancia entre los dos McLaren en el Mundial se eleva a 16.
No era día para fantasear con adelantamientos, por eso tiene mucho mérito la remontada de hasta once lugares de -hoy sí- un gigante Hamilton, con un primer ‘stint’ para el recuerdo aún con las ruedas de intermedias. Pasó a Sainz, Colapinto, Hulkenberg y Gasly, clavó su carrera a secos para llegar a una importante 7ª plaza después de haber salido desde el pitlane.
El cambio de intermedios a secos, clave de la carrera
Piastri y el grueso del pelotón siguieron su ejemplo una vuelta después, excepto Norris, que alargó su parada y montó neumáticos duros, decisión que condicionó su ritmo en el tramo intermedio. El error desde el muro de McLaren con Norris permitió que Piastri ampliara su ventaja a más de ocho segundos.
Aunque el británico redujo diferencias en las últimas vueltas, nunca estuvo realmente en posición de atacar. La victoria estaba bien asegurada para el piloto australiano, que es más líder aún.
Por el contrario, Fernando Alonso y Carlos Sainz protagonizaron simple y llanamente una carrera para el olvido, terminando decimoséptimo y decimoctavo respectivamente, sin opciones reales de competir en ningún momento. McLaren volvió a brillar en Bélgica con un sólido doblete que refleja el dominio de su monoplaza bajo condiciones mixtas, aunque el día fue todo de Piastri.