Fernando Alonso no solo pelea cada domingo contra rivales en la pista. También lidia con un invitado cada vez menos invisible: las inspecciones técnicas de la FIA.
La FIA ha revisado hasta cuatro veces el Aston Martin de Alonso en busca de irregularidades. En Zandvoort, también
El asturiano ha visto cómo su coche ha pasado por el ojo clínico de los comisarios en varias ocasiones esta temporada. Una rutina que, lejos de ser excepcional, forma parte del protocolo habitual de la Fórmula 1. Sin ir más lejos, la última de ellas ocurrió el pasado viernes en Zandvoort.
Casualmente, claro, cuando el Aston Martin ‘despertó’ y ofreció un rendimiento poco antes visto, llegando a sorprender a todos durante los primeros y segundos entrenamientos libres de ese Gran Premio en Países Bajos.
Pero pongámonos en contexto. Hablamos de un duelo entre las normas, la ley de la F1, y los que ajustan sus coches para llegar al máximo establecido de esas normas. Así, 2.500 ingenieros de diez equipos piensan día y noche como poder ir más allá del reglamento contra 10 técnicos de la FIA para controlar que todo está en orden. Un trabajo de supervisión que comienza el martes de cada Gran Premio y que no termina hasta cinco horas después de haber ondeado la bandera a cuadros el domingo.
Qué y cómo son las inspecciones técnicas de la FIA en F1
Para esta supervisión, hablamos de tres oficinas, dispositivos electrónicos de medición, un laboratorio de combustible, tres camiones de apoyo con plataformas de medición y dos camiones de auto caravana. En ellos, diferentes analistas de combustible, electrónica, neumáticos, unidades de potencia y transmisiones trabajan codo con codo para que todo esté en regla.
La acción comienza de manera oficial el miércoles de cada Gran Premio a las 12:00 horas. Esto, con los llamados controles voluntarios de peso y flexibilidad de los alerones. De igual modo, se inicia el desprecintado de los motores, labor que suele llevar unos 15 minutos. Se comprueba si los sellos del propulsor se han dañado o alterado, así como se permite a los fabricantes observar si la transmisión sufre algún daño.
El jueves se sigue un estricto horario que se inicia a las 9:30 horas de la mañana con la primera sesión de información para los controladores del país organizador de la carrera. Pero es el viernes cuando toca una de las inspecciones más interesantes; y, a la vez, las que pueden hacer porque todo el fin de semana ese coche que ha sido vigilado se cambie por completo.
Aunque son habituales, sorprende la de veces que el Aston Martin es inspeccionado
De todas formas, vale la pena mencionar que, en lo que va de 2025, el Aston Martin número 14 ya ha sido examinado a fondo al menos en cuatro Grandes Premios, cinco si contamos la investigación que también pasó el monoplaza del Aston Martin de Fernando el viernes después de los Libres 2 en Países Bajos.
Pero más claro fue en Hungría, después de firmar una de sus mejores carreras del año con una sólida quinta posición. Entonces, los comisarios revisaron minuciosamente los neumáticos y sensores del AMR25. Todo quedó en orden, aunque la noticia empezó a circular por las redes con un claro tono irónico: «la FIA vuelve a mirar el coche de Alonso. Otra vez. Qué sorpresa…», comentaron algunos aficionados.

En Budapest, como expresó la Federación Internacional en su documento, indagaron en el sistema TPMS del coche, que se utiliza para ofrecer datos reales de las presiones de las ruedas, temperaturas, temperaturas internas y de las carcasas. Esto es muy útil para las escuderías para chequear al completo el estado del monoplaza.
Aunque estas inspecciones son habituales por parte de la FIA entre los coches que terminan en el ‘top 10’, sorprende la frecuencia con la que Aston Martin aparece en la lista, casi cada fin de semana, como si los comisarios buscaran alguna anomalía.
¿Por qué siempre Alonso?
Primero fue en Bahrein, sin ningún resultado en contra. Luego también sucedió en Barcelona, cuando los técnicos detuvieron en la parte baja del pedalier y en los propios pedales. Lo hicieron en busca de cualquier detalle que pudiera rozar la línea del reglamento. De nuevo, concluyeron con que no había nada irregular. Posteriormente también se centraron el Aston Martin de Alonso en Silverstone, tras el Gran Premio de Gran Bretaña. El español fue elegido de nuevo dentro de ese grupo selecto de coches que pasan por el quirófano de la FIA. Desde controles de admisión de aire, cableado, sensores, centralita… de nuevo, todo conforme a la normativa.
¿Por qué ‘siempre’ la FIA elige a Alonso? La respuesta es más sencilla de lo que parece. Desde esta temporada, la organización aplica un sistema de inspecciones aleatorias a los coches que terminan entre los diez primeros. Hasta esta última vez, no habido más recorrido. Para el caso del AMR25, eso sí, el coche verde es mucho mejor de lo que era en el inicio de campaña. Y casi con seguridad ese es un buen motivo para que realicen en él diferentes comprobaciones.
El procedimiento consiste en desmontar piezas específicas y compararlas con lo que marca el reglamento técnico. Para los equipos, la elección es ‘aleatoria’ porque no saben a quién le va a tocar. Sin embargo, los comisarios combinan ese azar con cierta vigilancia informada. Es decir; si los datos de telemetría o el comportamiento del coche despiertan curiosidad en los comisarios, aumenta la probabilidad de que este o cualquier otro monoplaza caiga en el ‘sorteo’.
El Aston Martin cumple con todo
El objetivo está claro: apartar cualquier intento de saltarse las reglas y garantizar que todos compiten en igualdad. Al fin y al cabo es imposible revisar al milímetro cada coche tras cada carrera. Por lo que la FIA concentra recursos en controles profundos y aleatorios. Escáneres láser, comprobación de sensores, sellos de seguridad… la tecnología desplegada en estas revisiones es casi tan sofisticada como los propios monoplazas.
En el caso del español, cada inspección se ha saldado con el mismo resultado: el Aston Martin cumple con todo. Pero eso no impide que cada vez que la FIA anuncia que Alonso ha sido elegido para pasar por el taller improvisado de los comisarios, surja el runrún entre los aficionados. Algunos lo interpretan como sospecha, otros como simple mala suerte.