El Real Madrid de Xabi Alonso recibió una dosis de realidad tras el derbi disputado hace dos semanas en el Metropolitano, pero eso tampoco debe eclipsar el buen arranque en este inicio de campaña y poder apreciar las cosas que han mejorado con la llegada del tolosarra. Porque el equipo juega mejor, su disposición táctica gusta más, y el equipo encaja menos goles.
Un mejor Real Madrid
Si se compara con la temporada pasada, el Real Madrid está mejor, aunque tampoco es algo complicado en un equipo que estuvo desdibujado en la última campaña de Ancelotti al mando. Incluso con la derrota ante el Atlético de Madrid, la mejoría es evidente, y este partido debe ser lo que haga poner los pies en el suelo a una plantilla (y a uno afición), que se las prometían muy felices antes de llevarse el varapalo en el derbi.
Mirando los números, la mejoría brilla especialmente en el aspecto defensivo. Obviando los cinco goles recibidos ante el vecino, los de Xabi Alonso han encajado 4 goles en 7 partidos de Liga, 5 en 9, si sumamos los dos partidos de Champions League (es decir, han encajado los mismos goles ante los de Simeone que en los otros 9 partidos).
Estos números se explican por la forma de jugar del equipo: ahora las líneas están mucho más adelantadas, pero también más juntas, apenas hay separación entre defensa, centrocampistas y delanteros. Además, los jugadores presionan la salida del balón. Solo con esto, el equipo logra embotellar a sus rivales, que cuando recuperan el balón, apenas tienen efectivos arriba para poder generar peligro. El tiempo que tarda el equipo en recuperar el balón se ha reducido de manera drástica.
Un equipo menos partido
Otro de los problemas que tenía en Real Madrid el año pasado era, ya no solo la distancia entre líneas, era la manera de defender: al perder el balón, el equipo corría para replegarse, para cerrarse en torno al área, pero no todos lo hacían, lo que provocaba muchos huecos en todo el campo que permitía a los rivales hilar jugadas hasta la llegada al área, con espacios. La efectividad defensiva en el centro del campo brillaba por su ausencia y la defensa, lastrada por las lesiones, no daba abasto. Ya no solo se encajaban más goles que ahora, también había una sensación de peligro constante. Pese a ello, Courtois estuvo luchando por el “zamora” hasta la última goleada sufrida ante el Barcelona.
Mejoría en el juego colectivo
El juego colectivo también ha mejorado gracias a que las líneas están más juntas. La calidad individual, como es lógico, sigue siendo determinante, sobre todo con defensas pobladas, pero ahora, son los centrocampistas los que buscan generar la superioridad, al contrario del pasado año, donde la única opción en ataque era buscar a los hombres de calidad. Jugar más cerca del área, con más efectivos, provoca más situaciones de peligro, más opciones, ya no solo para los jugadores determinantes, también para los jugadores que llegan en segunda línea. Este aspecto, aún está en proceso de mejora, hay mucho camino por recorrer, pero la intención se ve, y es cuestión de tiempo que todo encaje.
La derrota ante el Atlético de Madrid valió para frenar la euforia, para mostrar a la plantilla y al entrenador que hay mucho que mejorar, sobre todo en los partidos contra los grandes rivales, la gran asignatura pendiente. Ahora vienen tres, Juventus, Barcelona y Liverpool, un buen termómetro para saber si el equipo ha trabajado tras el duro golpe de los rojiblancos. La mejoría esta ahí, pero lo que cuenta, como es habitual en el Real Madrid, son los resultados.