Luego dicen que en las salidas de las breves y cortas carreras al sprint nadie arriesga. Que todos son cautos y nadie busca heroicidades. Que es más sensato mantener posición por muy piloto que seas y no hay que buscar el famoso hueco que cualquier piloto añora. En Austin, nada de eso. La salida fue caótica y dejó a cuatro coches fuera de combate en la curva uno, entre ellos el de Fernando Alonso.
Mala suerte para el asturiano cuando iba a colocarse segundo, detrás del ganador Max Verstappen, que cada vez mira más de cerca a los McLaren. No es que Alonso fuera a terminar ahí, pero perdió una oportunidad de llevarse un buen botín de puntos. Siempre que está en las posiciones delanteras, ocurre algo, normalmente en su contra. Su carrera se terminó a los pocos metros de empezar.
A Oscar Piastri no le gustó el incidente que sucedió en la salida del pasado Gran Premio de Singapur con su compañero Lando Norris y dijo basta. En la salida de la sprint, el australiano pecó de optimista y de agresivo y quiso adelantar al británico realizándole una contratrazada en la curva uno. Se pasó y se llevó puesto a Nico Hulkenberg y, de rebote, tocó a Alonso. El australiano golpeó también a Norris y ambos terminaron KO, perdiendo ocho puntos con Verstappen en la lucha por el Mundial.
La acción se reemprendió en la vuelta seis después de que se limpiara la pista durante varias vueltas. El desastre en la salida fue total, con los McLaren, Hulkenberg y Alonso, fuera de carrera, y dejaron piezas por todos lados. El caos inicial dejó a Carlos Sainz en tercera posición, detrás de George Russell y Verstappen. Dos giros más tarde, el Mercedes, que no se separaba del Red Bull, le tiró el coche buscando el liderato.
Russell se comió el vértice y ambos monoplazas se fueron fuera de pista. El neerlandés, que no te deja pasar, mantuvo la posición y el liderato de la sprint. El vigente campeón, que sabe que cada punto es clave en la lucha por el campeonato, quería la victoria y empezó a alejarse de Russell. Fue cogiendo aire limándole décima a décima hasta meterle un par de segundos y quitarse de encima el sufrimiento.
Gran gestión de Sainz
Las diecinueve vueltas, a diferencia de lo habitual, dieron mucho juego. Lewis Hamilton, por ejemplo, regaló uno de sus mejores movimientos como piloto de Ferrari. Se lanzó por el interior en la contrarrecta para quitarle la cartera y sobrepasar a su compañero Charles Leclerc. Apenas sin espacio, el británico fue valiente y mantuvo el pie abajo para completar una maniobra brillante que le colocó en cuarta posición. Desde entonces, Hamilton persiguió a Sainz por la tercera posición pero el madrileño fue capaz de mantenerla.
Heroico. El español gestionó con temple su corta ventaja con el piloto de Ferrari y se lo pudo quitar de encima para mantener la P3. Hamilton seguía a poco más de un segundo con el paso de las vueltas pero no llegó a entrar en distancia de DRS. Antes del final, hubo otro accidente para animar todavía más la sprint. En la vuelta dieciséis, el coche de seguridad cerró la carrera por culpa de Lance Stroll. El canadiense se llevó puesto con torpeza a Esteban Ocon en la curva uno cuando se lanzó al interior desde el más allá.
Se fue muy largo. Entró muy colado y pidió perdón al francés nada más ver el accidente que causó. Ambos terminaron fuera de combate y la prueba terminó con quince pilotos persiguiendo a baja velocidad al coche de seguridad.