Así debe cambiar Aston Martin para que Alonso luche por el Mundial en 2026

Fernando Alonso ha sufrido en pista los fallos acumulados del AMR25 durante toda la temporada. Aston Martin encara 2026 con la urgencia de corregir errores si quiere competir de verdad por el Mundial.

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Cuando Fernando Alonso bajó del coche tras acabar décimo en Austin, o incluso después de abandonar en México, dejó claro algo que ya muchos venían intuyendo. Y es que el camino de Aston Martin hacia 2026 está lleno de trampas, y el equipo británico debe ponerse a trabajar ya para subsanar varios errores.

Fernando Alonso ha ido sufriendo en pista las carencias acumuladas de Aston Martin durante toda la temporada

«No había mucho más que hacer. No teníamos ritmo«. Esta es una frase que Alonso ha dicho sin rodeos en varias ocasiones en esta temporada. Lo dijo en la última carrera en el Hermanos Rodríguez, también en Estados Unidos, en Bélgica, e incluso en Silverstone a pesar de acabar novenos.

En Austin, de hecho, añadió para lo que viene en 2026. «Habrá muchas incógnitas con los nuevos motores, las cajas de cambios y toda la parte técnica. Será un reto enorme, pero también una oportunidad si damos con la tecla correcta desde el principio».

Para un piloto de su talla, definido para pelear por victorias y campeonatos del mundo, esta situación es un golpe. Aston Martin arrancó esta temporada con grandes esperanzas, y no solamente por la llegada de Adrian Newey, el cual estuvo siempre ideando el concepto del próximo año.

Sino más bien con la promesa de un monoplaza que pudiese estar un paso por delante del que estuvo en 2024, un año venido a menos después del ilusionante y casi antológico 2023. Pero la cruda realidad ha sido otra: el AMR25 ha quedado rezagado respecto a los grandes y, según Alonso, la falta de ritmo no es algo puntual, sino estructural.

¿Qué debe cambiar en Aston Martin para 2026?

De hecho, y como algo a tener en cuenta, es que tanto en ciertas partes de su primer año en Aston, como en 2024 y este 2025, la escudería comandada por Lawrence Stroll ha tenido suficientes errores que se han ido repitiendo en el tiempo; y que a día de hoy todavía no se han solucionado.

Y ya no solamente con los numerosos desaciertos o equivocaciones de Aston Martin en cuanto a las estrategias desde el muro. Sino, sobre todo, a los diferentes fallos de fiabilidad que ha tenido este monoplaza en este curso. Bien por el motor Mercedes, por fallos en la suspensión, por la no correlación de algunas partes del coche…

Es verdad, claro, que el equipo de Fernando Alonso ha dado un impulso con las ‘mejoras’ introducidas este año. En 2025, la mayor parte de las piezas aerodinámicas (suelo, pontones, bargeboards, alerones, apéndices aerodinámicos…) han funcionado. De hecho, en cada carrera que han añadido este tipo de evoluciones de rendimiento el monoplaza ha dado un salto cualitativo. Especialmente desde Imola no han dejado de crecer. Pero llegó un momento de la temporada, tras el verano, que en Aston Martin dejaron el desarrollo del coche actual para involucrarse el 100% en nuevo coche.

El fin de semana en Austin lo dejó muy claro. Pese a su experiencia y capacidad, Alonso se encontró con un coche que no respondía. Y no se limitó a señalar fallos puntuales: advirtió que el equipo debe asumir que la temporada 2025 está más que olvidada y que los verdaderos deberes empiezan de cara a 2026.

Problemas de frenos, fallos de motor, estrategias equivocadas, pit stops lentos, volantes que se desprenden…

El camino hacia la competitividad en Aston Martin no ha sido sencillo, y los fallos acumulados durante la temporada han lastrado al equipo más de lo esperado. No se puede pretender pelear por un Mundial de F1 llevando una mochila tan grande a la espalda. La lista de problemas ha sido larga y variada, afectando tanto al coche como a la estrategia de carrera.

En Australia, Alonso tuvo que abandonar tras pisar la grava en pista. Este fue un contratiempo que ya dejó claro que el AMR25 tenía carencias importantes en su puesta a punto. En China, los problemas de frenos volvieron a aparecer, mientras que en Bahréin, el volante, básicamente, se desprendió, se salió. Luego, la transición de lluvia a neumáticos slicks en Miami y Gran Bretaña volvió a exponer la falta de estabilidad desde el muro.

Italia tampoco fue amable. Allí, el equipo sufrió un abandono por la rotura de la suspensión delantera derecha, desencadenada por un golpe de gravilla lanzado por otro coche. Antes, en Imola, una mala gestión del Safety Car afectó la estrategia cuando Alonso peleaba por ser 6º en carrera. En Singapur, un pit stop excesivamente largo -de casi diez segundos– y en Mónaco la rotura del motor cuando se encontraba 6º se sumaron a la lista de obstáculos. Incluso en Países Bajos, dos Safety Car después de paradas imprevistas complicaron aún más la situación. Finalmente, en México, los problemas de frenos volvieron a aparecer, recordando que todavía hay mucho trabajo por delante.

Alonso ha perdido cerca de 50 puntos por fallos ajenos a su pilotaje

Estos fallos no solo han afectado a resultados concretos. Sino que a la larga también han tenido un efecto acumulativo sobre la moral del equipo y la confianza de Alonso. Cada problema, cada retraso, cada fallo mecánico o estratégico se traduce en muchos puntos perdidos (alrededor de unos 50) que podían haber resultado decisivos en un campeonato tan reñido como el actual.

Con ello, Fernando Alonso está experimentando de primera mano el trabajo insuficiente que se ha hecho a lo largo de esta temporada en la fábrica de Silverstone. De ahí que en Grandes Premios como en Estados Unidos o México el bicampeón, que le está sacando el máximo rendimiento posible a su monoplaza, se tuvo que conformar con rascar un punto en dos carreras que sabe realmente a poco antes de la gran escena.

Por eso, la llegada de Adrian Newey a Aston Martin se percibe como una necesidad urgente. Su labor no solo implicará mejoras técnicas, sino también reorganizar la coordinación interna del equipo. Solo corrigiendo todos estos problemas, Aston Martin podrá reducir los fallos que han lastrado a Alonso y permitirle extraer todo su potencial en pista.

Alonso no busca solo mejorar; ansía volver a estar entre los mejores. Para eso, Aston Martin tiene que recuperar la regularidad y la fiabilidad que hace apenas dos años lo hicieron destacar. Este año ya se han oído muchas palabras; ahora hacen falta hechos y resultados que confirmen que Alonso puede llegar a alcanzar alguna de las mieles del éxito que se atisban.

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