El Atlético de Madrid de Simeone está atravesando un momento de transición. Tras una racha irregular, el equipo busca reactivar su identidad ofensiva y recuperar esa contundencia que lo hizo temible en los momentos decisivos. Este giro no se limita a los nombres: se trata de matizar el estilo, ajustar la pegada y regenerar la confianza de todo el grupo.
Simeone cambia el guion del Atlético más ofensivo
En los últimos partidos se ha hecho ver un cambio visible al mando de Simeone. Esto es, más movimiento entre líneas, mayor implicación de los extremos y una búsqueda constante de romper las defensas por dentro.
El mensaje que llega desde el vestuario del Atlético es que los jugadores quieren soltarse de la presión de tener que aguantar atrás siempre. Ya no se trata solo de defender bien y esperar una ocasión; ahora se busca recuperar el protagonismo con el balón y la confianza en el juego ofensivo.
Algunos nuevos jugadores, como Álex Baena, han aportado naturalidad y descaro en ese proceso. No se trata de una revolución radical, sino de una evolución que era más que necesaria.
Una plantilla más adaptada al cambio
Esa evolución no llegó de la nada. En el vestuario se percibe que se ha deslizado un pacto tácito de que cuando se cambia la dinámica, se puede ganar partidos más allá de lo esperado. Esa idea, repetida el pasado fin de semana cuando se jugó frente al Sevilla, juega como mantra. Un recordatorio constante de que no basta con defender bien, sino que también hay que atacar con convicción.
El mérito de este cambio del ‘Cholo Simeone‘ se ha visto en los últimos partidos de liga ante el Sevilla (3-0), Betis (0-2), u Osasuna (1-0). Aunque no responde solo a ajustes tácticos. Hay detalles menores -como el posicionamiento de los interiores, los desdoblamientos de laterales o la insistencia en remates lejanos- que están expresando una voluntad clara. Y es que el Atlético ya no se conforme con el mínimo. En el césped se ve ese mensaje cuando un mediocentro arriesga llegar al área o cuando un extremo trastoca la banda para abrir espacios internos.
También influye la confianza en el equipo. Los jugadores comentan que existe un aire diferente. Hay más valentía, menos miedo a equivocarse. Frente a ese pensamiento, los errores se toleran si hay intención. Y cuando llega el gol, como el estupendo de Baena ante el Betis en Sevilla, el impacto se eleva. Porque no es algo casual, es la señal de que el rumbo se está cambiando.
La mentalidad, el motor del cambio de este Atlético
Pero claro, esta transformación no está exenta de riesgos. No todos los rivales permiten ese estilo que ha empezado a coger Simeone. A veces esa agresividad deja espacios que equipos contrarios aprovechan. Además, ciertas tardes el automatismo defensivo -marca de la casa- se resiente si no se vigilan los repliegues. El Atlético debe encontrar ese equilibrio delicado entre proyección ofensiva y solidez de siempre.
Estos ajustes también se han hecho ver cambiando algunos aspectos del día a día. Desde entrenamientos más dinámicos, charlas más cortas, trabajo total por líneas y una comunicación más directa entre staff y jugadores. Se busca recuperar la conexión competitiva que hizo grande al Atlético, pero adaptada a los tiempos actuales.
Aun así, nadie en el club se engaña: el proceso llevará tiempo. Las viejas inercias no desaparecen de un día para otro. Pero el paso más difícil -reconocer que había que cambiar- ya se ha dado. “Antes se pensaba más en no perder que en ganar”, admiten desde el entorno de los del Metropolitano. Ese tipo de pensamientos muestran por qué el Atlético se encuentra ahora en plena reconstrucción futbolística.
Con todo, el ‘nuevo’ Atlético de Madrid de Simeone quiere ganar desde el juego, no solo desde el esfuerzo. Y eso, en un club que siempre ha presumido de carácter, supone un cambio histórico. Lo que vive el Atlético ahora es un proceso de cambio profundo, de esos que no hacen ruido pero se sienten en cada detalle. El equipo busca reencontrarse con esa identidad competitiva que siempre lo caracterizó, aunque adaptada a un fútbol más moderno. Dentro del equipo muchos creen que el Atlético ya no quiere limitarse a aguantar, ahora busca imponer su juego y recuperar la sensación de poder.
