Jannik Sinner viene demostrando en las últimas temporadas que va camino de convertirse en uno de los mejores tenistas de la historia. Junto a Carlos Alcaraz, el italiano ha formado con el español un dúo imparable en todos y cada uno de los torneos, donde la mayoría de rivales han sufrido en sus propias carnes la extrema dificultad por ganarles. No obstante, la forma de ser del de San Cándido ha provocado multitud de críticas.
Y es que el actual número 1 del mundo no es igual que Alcaraz. Mientras que el español es una persona más visceral, que trata de ganarse al público en cada punto, en cada juego y en cada torneo, el italiano es una persona más reservada, que apenas muestra sus sentimientos. Ni cuando gana y mucho menos cuando pierde. Y eso es algo que no gusta a mucha gente, ya que según sus críticos, también se debe al público que acude a verle por todo el mundo.
Y eso mismo ha ocurrido la pasada semana en París. Sinner se llevó con autoridad el Masters 1000 de París venciendo en la final a Auger-Aliassime, pero volvió a mostrar una versión muy propia. Suelen decirle que es un robot ya que no muestra sus sentimientos, ni para bien ni para mal. Uno de sus críticos fue el ex jugador de baloncesto Stephen Brun, que ahora trabaja como comentarista. El francés mostró su cariño y amor por el italiano, aunque no le gustó nada su actitud en la capital francesa.
Pero el italiano se ha defendido en varias ocasiones durante esta temporada por las críticas que recibe en torno a su actitud. «No es así en absoluto. Tengo una tormenta dentro de mí, pero el tenis es un deporte muy mental y uno intenta no mostrar demasiado sus emociones al rival. Al principio de mi joven carrera, la tormenta también estaba fuera, no sólo dentro», dijo en la pasada edición de Roland-Garros.
Críticas a Sinner por su actitud en París
El mismo Stephen Brun, tras la victoria de Jannik Sinner en el Masters 1000 de París este domingo, lanza una crítica al tenista italiano ya que no tuvo ningún tipo de buen gesto o sonrisa al público. Un público que le apoyó durante toda la semana: «Le tenía mucho cariño a Sinner, ¡pero esta semana me ha puesto de los nervios!», llegó a declarar Brun, pasando a explicar sus motivos. «Ni una sonrisa, ni una emoción, en la rueda de prensa; no cumple con su trabajo. No es que sea el tipo más divertido del mundo, pero ahí es aún más antipático».
El italiano defiende su forma de ser
Pero esta temporada, cuando ganó en el Open de Australia a principios de año, reconoció y explicó su forma de ser tanto dentro como fuera de las pistas: «Quiero ser una persona humilde, sinceramente. Siempre recuerdo mis raíces; una casa pequeña, en un pueblo de montaña y con una familia maravillosa. Se me da muy bien hacer un deporte y eso me convierte en inspiración para muchos jóvenes, pero nada más. No estoy cambiando el mundo. Entonces, ¿por qué el éxito me va a cambiar a mí?».
«Mi vida gira en torno al tenis, pero sé que cuando tenga entre 35 y 40 años todo habrá terminado y tendré que decidir qué hago en mi vida. No me gusta alardear de que soy el número 1 del mundo, siempre he sido una persona muy humilde. Considero que para llegar a esa posición necesitas ser ejemplar con tu comportamiento dentro y fuera de la pista», comentó el italiano también durante el US Open de esta misma temporada.
