Fernando Alonso rara vez deja una frase al azar. Su recuerdo del 2007, el año más turbulento de su carrera, volvió a escena en Brasil, aunque esta vez con otra perspectiva. «Recuerdo a Ron Dennis diciendo que corrían contra mí”, lanzó el asturiano, con una sonrisa que contenía tanto ironía como memoria.
Fernando Alonso revive su etapa más tensa en McLaren y encuentra las diferencias con 2025
Pero el dos veces campeón del mundo no buscaba reabrir heridas. Más bien, quería dejar claro que lo que vive hoy McLaren con Norris y Piastri no tiene nada que ver con aquella tormenta interna que lo enfrentó al equipo, a la prensa y al paddock entero.
Han pasado casi dos décadas, y el tiempo lo ha puesto todo en su sitio. Alonso ya no corre contra nadie dentro del box, ni necesita reivindicarse. Observa desde la distancia -ahora vestido de verde Aston Martin- y analiza el presente con la calma del que lo ha vivido todo. Por eso, cuando ve a los dos jóvenes pilotos de Woking luchar en igualdad de condiciones, no puede evitar recordar cómo se torció todo en 2007, cuando su llegada al equipo británico coincidió con la irrupción explosiva de Lewis Hamilton.
18 años después, en la previa del Gran Premio de Brasil, Zak Brown dejó claro que no piensa repetir los errores del pasado. Prefiere dejar que Norris y Piastri compitan en libertad, incluso si eso recuerda al 2007, antes que decidir desde el muro quién debe pelear con Verstappen, y que ambos pierdan el Mundial que tan encarrilado llevan.
Alonso habla sobre McLaren y recuerda su año más polémico con Hamilton
«Ahora las cosas son diferentes«, repitió Alonso en Interlagos, lugar donde fue dos veces campeón del mundo en Brasil, y donde también perdió aquel título de 2007 por un punto debido a la inoperancia de aquel grupo. Y lo son. Porque McLaren ya no es aquel gigante rígido y hermético que respiraba tensión. Es un equipo mucho más abierto, con otra filosofía, con un liderazgo que entiende mejor los equilibrios. Zak Brown no es Ron Dennis, y eso, según el propio Fernando, lo cambia todo. «En 2007 la situación era muy distinta. Recuerdo a Ron diciendo en China ‘corremos contra Fernando’. No creo que Zak diga eso de ‘corremos contra Piastri'», apuntó, en referencia al recuerdo que aún sobrevuela la historia reciente de la Fórmula 1.
La comparación, sin embargo, es inevitable. Norris y Piastri forman una de las parejas más equilibradas de la parrilla, pero su relación, basada en el excesivo respeto, está muy lejos del fuego cruzado entre Alonso y Hamilton. Aquello fue una guerra fría -y a veces no tan fría- por el poder interno de un equipo dividido. Hoy, McLaren parece haber aprendido la lección: la competitividad no se confunde con la hostilidad. Ambos pilotos compiten, pero suman. En 2007, las victorias individuales pesaban más que el bien común.
La evolución de la Fórmula 1 también ha contribuido a esa transformación. Los equipos ya no pueden permitirse crisis internas prolongadas; la exigencia del calendario, los patrocinadores y la exposición mediática exigen otro tipo de gestión. Y McLaren, que durante años buscó recuperar el prestigio perdido, ha encontrado en la estabilidad su mayor virtud. Norris, con su serenidad, y Piastri, con su madurez impropia para su edad, son el reflejo de un proyecto que ha madurado sin sobresaltos.
En 2007 la situación era muy distinta. Recuerdo a Ron diciendo en China ‘corremos contra Fernando’. No creo que Zak diga eso de ‘corremos contra Piastri'»
McLaren ha cambiado, Fernando también
Alonso, que vivió aquel 2007 como una batalla emocional y deportiva, reconoce ahora que fue un punto de inflexión en su carrera. «Aprendí mucho de aquello”, suele repetir en varias entrevistas a falta de sus autobiografías, las cuales todavía no han salido a la luz… pero que tienen mucho que contar.
Su salida del equipo marcó el inicio de un largo viaje que lo llevó a Renault, Ferrari, McLaren de nuevo y, finalmente, a Aston Martin. Y si algo ha aprendido en el camino es que la Fórmula 1 se construye tanto dentro como fuera del coche. El talento, sin gestión, no basta.
Quizá por eso valora tanto lo que ve ahora en McLaren. El Alonso de 2025 no mira con rencor, sino con cierta admiración. «Oscar y Lando están en un gran momento, y el equipo también”, reconocía en Brasil. Lo hace con la perspectiva del veterano que sabe que cada palabra pesa, que los jóvenes lo escuchan y que su voz, incluso desde fuera, sigue teniendo un gran eco.
En Interlagos, Alonso volvió a ser noticia no solo por sus declaraciones, sino también por su rendimiento. Quinto en la clasificación al sprint, solo por detrás de los McLaren y Mercedes, volvió a demostrar que sigue siendo competitivo a los 44 años. Pero más allá del resultado, su pensamiento sobre McLaren fue la más significativa. En cierto modo, fue un cierre de círculo. El del hombre que un día se sintió solo contra el mundo en busca de su tercer título consecutivo, ahora observa cómo un equipo que lo marcó ha aprendido a no repetir los mismos errores.
McLaren ha cambiado, Alonso también. La gestión emocional, la comunicación y la mentalidad son otras. En 2007, la rivalidad interna terminó rompiendo al equipo. En 2025, la armonía entre Norris y Piastri lo ha convertido en un modelo de equilibrio. Si el año de Alonso y Hamilton fue el de la desconfianza, este es el de la colaboración. La historia, con sus contrastes, parece dar la razón al tiempo.
Throwing back to 2007, when McLaren teammates duelled in the USA! 💨
Fernando Alonso pressured Lewis Hamilton with all he could in Indianapolis ⚔️#F1 #USGP pic.twitter.com/IUZxdEThXb
— Formula 1 (@F1) October 15, 2025
«Entonces éramos dos gallos en el mismo corral», admitió Fernando hace un tiempo. Hoy, Norris y Piastri comparten box sin dramas, con un entendimiento que refleja otra era. Y eso, en palabras del propio Alonso, “ya lo cambia todo”. Porque la Fórmula 1, como la vida, también aprende. Y si algo demuestra el caso McLaren es que el pasado puede servir para no tropezar dos veces con la misma piedra.
