La situación en la que llega el Real Zaragoza al partido se podría catalogar como limite. El equipo de Natxo González comienza la segunda vuelta con dos obligaciones muy claras. La primera cambiar la dinámica de resultados para huir de la zona peligrosa y tratar de reengancharse con la ilusión del ascenso. La segunda, ganar de una vez por todas en La Romareda. El hastío de la afición es grande y reclama ya un triunfo como local. Una afición que ha pasado un año de sequías en su estadio, con solo cuatro triunfos en todo el 2017 y solo 2 puntos conseguidos de los últimos, 12 posibles.
Y es que el propio Natxo González podría estar jugándose el puesto si el conjunto maño no vence. Este es el sombrío propósito de un equipo que ha manifestado el claro propósito de enmendar la temporada en una segunda vuelta, que se inicia ante el Tenerife. El Tenerife por su parte tras hacer una primera vuelta irregular aunque últimamente parece haber encontrado una línea de juego, los canarios consiguieron su primer triunfo a domicilio de la temporada el pasado fin de semana ganando al Albacete.
La gran temporada 16/17 puso las expectativas muy altas y hubo grandes incorporaciones como Juan Villar, Longo y Paco Montañés. El ariete italiano, que es el que acapara la faceta goleadora, con 9 goles, no estará en La Romareda por lesión, tampoco Casadesus o Montañés formarán parte de la convocatoria. Con 25 puntos, los tinerfeños ocupan la décimo primera plaza en la clasificación, mientras que el Zaragoza se encuentra solo a 3 puntos del descenso.
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