El Hereda San Pablo Burgos, colista de la competición, da la campanada ante su gente. Sorprendió al Unicaja de Málaga planteando un partido muy serio y demostrando que quieren quedarse en la Liga Endesa. Anthony Clemmons, y sus 18 puntos, cortó de raíz la mala racha del equipo burgalés (5 derrotas consecutivas). Por parte del equipo visitante, Axel Bouteille (en la primera parte) y Matt Mooney (en la segunda parte) fueron los únicos que estuvieron acertados de cara al aro.
El encuentro en el Coliseum de Burgos comenzó con un ritmo muy dinámico. Ambos equipos hacían uso de su plenitud física en ataque, pero en defensa se echaba en falta un poco más de intensidad. Por parte del Hereda San Pablo Burgos los mandos los tomaban Jarell Eddie y Anthony Clemmons; en cambio, el Unicaja se bastaba con los 15 puntos de Axel Bouteille en el primer cuarto. El equipo malagueño tomó la primera ventaja del partido (21-23).
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El tiempo entre cuartos le vino de maravilla al conjunto de Paco Olmos. El inicio de segundo cuarto fue arrollador, obligando a Ibon Navarro a parar este recital anotador (parcial de 7-0 a favor de Hereda San Pablo Burgos). Los minutos de Matt Mooney como organizador de su equipo no fueron buenos, cosa que aprovechó el equipo burgalés para seguir abriendo brecha. Anthony Clemmons seguía de dulce, y fue el culpable de que el entrenador cajista volviese a pedir otro tiempo muerto. Finalmente, nos iríamos a vestuarios con un +9 favorable al Hereda San Pablo Burgos.
El Hereda San Pablo Burgos no se rinde
La dinámica del encuentro tras volver de vestuarios era un toma y daca constante. Parecía que el partido tenía un solo color, el azul, pero Axel Bouteille sacó de nuevo a relucir su versión anotadora. Las buenas ayudas defensivas de los locales y las constantes pérdidas del Unicaja aumentaban las diferencias en el luminoso. El Hereda San Pablo Burgos, con garra, demostraba por qué quiere quedarse en esta Liga Endesa, y llegó a los últimos diez minutos con 14 puntos de ventaja (68-54).
El último cuarto comenzaba con un hombre enchufadísimo en pista, Maksim Salash. Dos triples del ala-pívot bielorruso casi sentenciaban al Unicaja de Málaga. El encuentro llegó a tener una diferencia de 22 puntos, algo que no iba a tolerar Ibon Navarro. La arenga del banquillo funcionó, y parece ser que el único que entendió lo que pedía su entrenador fue Matt Mooney. No obstante, la seriedad defensiva que ofreció el Hereda San Pablo Burgos hizo que la victoria cayese de su lado (89-74).
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