Hace exactamente 10 días que se confirmó el ascenso del Girona Futbol Club en la máxima de las categorías del fútbol español. El sueño se hizo realidad después de caer y volver a caer en las finales del playoff de ascenso a la primera división.
Todo era un mar de alegrías tanto en el club de fútbol como en la ciudad debido también al ascenso del club de básquet Girona a la ACB. Girona se vestía de lujo para celebrar este hito histórico que nunca había sucedido y las calles se llenaron de gente a altas horas, gente que demostró un amor por unos colores, gente que demostró la realidad del Orgull Gironí del que tanto se habla en la ciudad catalana.
Todo era felicidad y alegría hasta que ayer al mediodía, el Girona Futbol Club publicó los precios de renovación y altas para la nueva temporada, y aquí es donde han empezado a llegar las discrepancias entre club y afición.
Históricamente, el Girona ha sido un club muy modesto que ha navegado por categorías territoriales sin mucha gente detrás, principalmente familias de Girona que lo seguían debido a la proximidad. Poco a poco, gracias también a la estabilidad del club en categorías profesionales, los catalanes consiguieron mantener y crear una buena masa de aficionados y socios del club que ya no son todos de Girona, es decir, se ha ido expandiendo la red de aficionados incluso fuera de la provincia de Girona.
Una afición que siempre ha estado de lado del equipo, apoyándolo en la máxima plenitud posible, mostrando un carácter y un amor por los colores que son difícil de igualar, viendo como han ido los resultados estos últimos años y las decepciones y alegrías, en este orden, que han habido.
Un buen ejemplo para definir como es la afición del Girona es fijarse en el pico más alto de socios que el club ha tenido, que fue después del descenso de primera a la segunda división, con la desilusión que conllevó dejar la primera división al cabo de dos años de ascender. La gente se reivindicó y quiso dejar claro que apoyarán al club sea cual sea la división en la que esté.
Como se ha dicho, ayer se presentaron los precios de los abonos al Estadi de Montilivi, separados por las franjas de edad correspondientes y separado también por la ubicación respecto al terreno de juego. Evidentemente, el club tiene que ingresar más dinero en los abonos en primera división que en segunda, hasta aquí todo el mundo tiene que entenderlo. Las discrepancias empiezan cuando el abono más económico en primera división es un 128% más caro que el año pasado (más del doble!) y sin tener en cuenta la renovación anual para mantener la calidad de socio del club.
Traducido en números, un aficionado adulto situado en los goles (grada de detrás de la portería) debe pagar los 50€ de cuota anual para ser socio más los 300€ para tener un asiento en la grada. Evidentemente los cambios son más elevados aún si nos desplazamos a tribuna o preferente dónde estos superan con creces los 500 y 600€ por temporada.
Si comparamos con el primer año del club en primera división, el abono más económico ha subido de 230€ a 300€ mientras que si lo comparas con los abonos que han ido saliendo de otros clubes de primera división, de momento el del Girona es de los menos económicos.
Si volvemos a repasar de dónde viene el Girona y el vínculo que tiene este club con muchas familias, veremos muchos casos dónde hay familias que tendrá que pagar una fortuna para poder ver al club de fútbol de su ciudad.
Muchos son los aficionados y, buena parte, socios del club, que se han manifestado vía redes sociales para reclamar explicaciones sobre el motivo de estos importes, ya que no ven las razones para que sea así y ven también la diferencia de la gestión del dinero en comparación con otros clubes que han aprovechado los cobros para hacer mejoras en sus instalaciones, cosa que en Girona aún no ha sucedido.
Otro motivo de discusión que ya se ha pasado por alto y que aún duele a muchos socios y seguidores del Girona es la obligatoriedad de cambiar el escudo del club, dejando sin opción a mantener la insignia que llevaba al club representándolo desde 1930. Se valoraron 2 diseños de escudo en los que los socios podían dar su opinión a través de una votación en la que no se podía contemplar la opción de seguir con el mismo escudo, cosa que enfureció a muchos de los seguidores.
Veremos cómo acaba la historia en uno de los veranos que más felicidad y alegría se tendría que haber respirado en las calles de Girona.