La Real Sociedad regresó a la senda del triunfo y confirmó su aspiración a clasificar a la Liga de Campeones al derrotar 2-0 al último clasificado, Elche, con goles de Take Kubo y Ander Barrenetxea. Además, David Silva demostró su habilidad excepcional y su nivel sobresaliente, lo que sugiere que sigue siendo un jugador eterno.
Silva comenzaba a entrar en juego
El equipo donostiarra tiene una ventaja sobre la mayoría de sus rivales gracias a la presencia del brillante centrocampista de Arguineguín, quien sigue dando lecciones magistrales en cada partido a pesar de estar en los últimos años de su carrera. Contra los jugadores de Elche, tomó rápidamente el control del juego, proporcionando pases a sus compañeros y generando casi todas las oportunidades de peligro del equipo ‘txuri urdin’.
Kubo no supo aprovechar al principio la magia de Silva
Kubo fue el primer jugador en beneficiarse de la habilidad de Silva, quien le entregó un balón para que rematara solo frente a Badía. Sin embargo, el jugador japonés quiso resolver rápidamente y su tiro, que parecía destinado a la portería, salió por encima del travesaño del Elche.
Silva volvió a impresionar a la multitud en el estadio Reale en otra jugada combinada con el delantero japonés, a quien dejó en una excelente posición para disparar. Sin embargo, nuevamente el balón buscó las gradas en lugar de la portería del Elche. Luego, Sorloth perdió la oportunidad más clara del partido cuando Badía estaba vencido y la portería estaba vacía.
Remiro también entraría en escena
La Real Sociedad se apoyó en las habilidades de Remiro para contener los intentos del Elche, quien se había dado cuenta de que tenía que cortar las conexiones de Silva para evitar sufrir en el partido. Además, el equipo visitante estiró sus líneas y provocó dos sustos serios a la afición local con dos disparos de Gumbau desde fuera del área que habrían sido goles de no ser por la intervención de Remiro para desviarlos.
El Elche no cumplió con su deber al comienzo del segundo tiempo y pagó el precio, ya que en la primera jugada en la que Silva tocó el balón, realizó una asistencia impecable a Kubo, quien no desperdició la oportunidad y anotó por debajo de Badía.
Finalmente Barrenetxea sentenció el encuentro
El marcador incierto mantuvo el suspense hasta el último minuto, cuando el joven Barrenetxea, quien acababa de ingresar al campo, culminó una jugada individual con un buen remate que hizo que los cerca de 30,000 aficionados que acudieron al estadio Reale Arena disfrutaran del final del partido.