El centrocampista francés acaba de llegar a una cifra tan simbólica como importante, 100 partidos con la camiseta blanca. Tchouaméni llegó con la complicada misión de suplir a todo un Casemiro, y el camino no ha sido sencillo, pero ahora, llega a esta cifra en su mejor momento, cuando su rendimiento está muy cerca de lo que se esperaba de él.
Tchouaméni, 100 partidos en el Real Madrid
Si miramos las cifras, sin sacar mayores conclusiones, el balance de Tchouaméni con el Real Madrid es bastante positivo, con 71 victoria, 13 empates y 16 derrotas. En total, ha anotado tres goles, una cifra un poco más baja de lo que se podría esperar de un futbolista con un gran juego aéreo y un gran golpeo desde fuera del área, como ha demostrado en más de una ocasión con Francia.
Pero si nos detenemos a valorar su rendimiento, la cosa cambia un poco. El futbolista llegó al club hace tres años, es decir, esta es su cuarta temporada en el Real Madrid, y vino para reforzar el centro del campo, para ser un muro como lo fue Casemiro. Por desgracia, es habitual que los nuevos jugadores reciban etiquetas de las referencias pasadas, es injusto y más si la comparación es con el brasileño, pero es lo que tiene llegar a la capital de España, la exigencia va a ser máximas. Y como es lógico, alcanzar ese nivel es muy complicado, y lidiar con la presión que eso genera, también.
Su desempeño en el terreno de juego generó muchas dudas en sus dos primeras temporadas, pero los éxitos colectivos lo eclipsaban todo, para no. Pero la pasada temporada, el francés tocó fondo. Ancelotti se empeñó en que jugara de central, fuera de sitio, y tuvo malas actuaciones, hasta el punto de recibir una pitada de un Santiago Bernabéu descontento con lo que veían en el terreno de juego.
La reivindicación de Tchouaméni
Pero lejos de venirse abajo, esa pitada sirvió de motivación para que el futbolista por fin sacara su mejor versión (y también que Ancelotti lo devolviera a su posición natural). Desde ese día, el juego del francés comenzó a mejorar notablemente, y comenzó a mostrar la versión que siempre le hemos visto con el combinado francés, pero no con el Real Madrid. Su final de temporada fue de lo mejor del equipo, convirtiendo incluso, los pitos del Bernabéu en aplausos.
Xabi Alonso lo cambia todo
La llegada de Xabi Alonso no ha hecho más que confirmar el cambio de Tchouaméni. Que los centrocampistas estén más juntos, que tenga menos responsabilidad a la hora de jugar con el balón, le ha hecho mejor futbolista, incluso con el propio balón. En defensa, es determinante y la disposición táctica del nuevo entrenador le permite estar más liberado y, por tanto, ayudar en la transición de balón con sus compañeros.
Se está convirtiendo en un futbolista capital para el entrenador vasco, un futbolista necesario en cualquier equipo para liderar la transición defensiva del equipo. Llega a su partido número 100 en el mejor estado de forma posible, con el viento de cara, y con la confianza que le genera el entrenador y su rendimiento sobre el césped. En un fútbol donde la potencia y la calidad deben ir de la mano, contar con un jugador como Tchouaméni y que esté logrando sacar su mejor versión, ya no solo es necesario para pelear por los títulos, es una buena noticia para un Real Madrid, que aún debe solucionar muchos problemas en el centro del campo, pero no este.