En la Fórmula 1 cada detalle cuenta. Más todavía si tu rival lleva un par de meses comiéndote terreno en la lucha por el campeonato cuando pensabas que tenías atado el título. Es normal que las piernas te tiemblen si Max Verstappen, que parecía muerto, se asoma por tus retrovisores en la carrera por el Mundial. El neerlandés ha recortado 64 puntos y ya está a solo 40 del líder Oscar Piastri. Red Bull, que introdujo una mejora determinante en el monoplaza del campeón en Monza, está haciendo todo lo posible para que Verstappen gane su quinto título.
Todo lo posible significa perjudicar a los pilotos de McLaren en lo que puedan. El último ejemplo se apreció en la parrilla de salida del Gran Premio de Austin, donde Red Bull tiró de experiencia y de triquiñuelas para tratar de desestabilizar a Norris, tal y como hicieron en 2021 con aquella encarnizada batalla por el título contra Lewis Hamilton. Su maniobra, por cierto, ha sido sancionada por la Federación Internacional, aunque el castigo no ha sido deportivo sino económico. Pero, ¿qué hizo Red Bull ayer antes de que se apagaran los semáforos?
Desde la FIA, llamaron a un representante del equipo de las bebidas energéticas a declarar ante comisarios por haber infringido un procedimiento en la parrilla de salida. La resolución llegó tarde en España, ya de madrugada, y se saldó con una multa de 50.000 euros –25.000 de ellos quedan suspendidos con la condición de no reincidir en lo que resta de curso– porque «un miembro del equipo entró al área de la puerta 1 –de entrada a la parrilla– después del inicio de la vuelta de formación», reza el documento. Es decir, según revela The Race, un miembro del equipo Red Bull volvió a entrar en la zona de puertas de acceso a la parrilla y llegó a tocar el muro a la altura de la posición de parrilla de Norris, algo que no está permitido.
¿Con qué intención? El objetivo de ese trabajador del equipo era intentar arrancar una cinta adhesiva que McLaren suele colocar en la parte baja de la valla como referencia para que Norris pueda situarse bien en su casilla de salida. Para que frene exactamente en el cajetín donde toca y no se pase o se equivoque a la hora de detener su coche antes del protocolo de inicio. Los comisarios intentaron pararle los pies pero este no reaccionó. Se desconoce si consiguió su objetivo de arrancar esa tira para tratar de confundir a Norris. El británico siempre tiene esa referencia antes de que se apaguen los semáforos y, en caso de haberla perdido en Austin, podría haberle despitado.
Un precedente con Alonso
No es que se fuera a equivocar pero, en una situación de presión como la que atraviesa, inmerso en plena lucha por el título, todo cuenta. Verstappen está demostrando lidiar mejor con los nervios que los pilotos de McLaren por haber vivido ya en el pasado un escenario parecido del que, por cierto, salió victorioso en 2021. Red Bull ya empleó estratagemas similares con Hamilton, como cuando colocaban a uno de sus mecánicos lo más fuera posible en el pit lane para marear al británico cuando aceleraba tras una parada en boxes.
Sobre la jugarreta intentada en Austin, hay un precedente de hace diez años. En el Gran Premio de Bélgica de 2014, los mecánicos de Alonso en Ferrari cometieron un error similar al quedarse en parrilla más de lo permitido, trabajando además en el coche. En aquella ocasión, Alonso recibió cinco segundos de sanción, un castigo que si hubiera recibido Verstappen, no hubiera afectado a su victoria. La hubiera mantenido por haber cruzado línea de meta con más de siete segundos sobre Norris.