Dicen que las desgracias nunca vienen solas. También que a perro flaco todo son pulgas. En este caso esos dos refranes propulares se le aplican muy bien a lo que sufrió el Caudal en las últimas veinticuatro horas. El Caudal ayer no solo cayó derrotado en Tudela por 3-1, sumando así su decimoctavo encuentro consecutivo sin ganar. Por si la derrota, a pesar de empezar por delante en el marcador, no era suficiente castigo, el viaje de vuelta se tornó también en pesadilla.
El equipo de Josu Uribe acudía con la intención de romper su nefasta racha a tierras navarras. No le fue posible, a pesar de un gran inicio de partido y adelantarse en el marcador. Volvió a sucumbir debido a que su rival fue más efectivo. Un rival que volvió a castigar con dureza todos y cada uno de los fallos defensivos de los mierenses. Eso les condenó a una nueva derrota. Pero lo que no esperaban era que su viaje de regreso a Mieres iba a ser tan problemático.
El norte de España se está viendo sacudido estos días por un fuerte temporal de frío, lluvia y nieve. Pues fue precisamente la nieve la que dificultó, hasta el punto de impedirlo, el regreso del Caudal a Asturias. El conjunto mierense no pudo regresar a Asturias tras el partido, pues el temporal le impidió regresar al Principado. El autobús de la expedición no pudo cruzar el paso del Huerna de la AP-66 que separa Asturias de la meseta. Debido a ello tuvo que hacer noche en la ciudad de León ante la imposibilidad, debido al mal estado de las carreteras.
La expedición caudalista no pudo completar el viaje de regreso hasta hoy. Ya con las carreteras en mejor estado ya han podido regresar a Asturias. Se puso fin así a una pesadilla tanto en el plano futbolístico como en el desplazamiento. El Caudal empezará a preparar el encuentro frente a la UD Logroñés del próximo domingo. De no lograr vencer en ese enfrentamiento los mierenses sumarán una vuelta entera sin saber lo que es ganar.
Foto destacada – CD Tudelano