Dos equipos con necesidades se veían las caras. Los blanquiverdes con la necesidad de sumar, pero sin meterse la presión que llevan acumulada tanto tiempo con la llegada de Sandoval. Por su parte, el Granada llegaba al Arcángel con la obligación de ganar tras siete salidas consecutivas sin llevarse los tres puntos, algo que le está evitando disputar las primeras posiciones. El partido no podía empezar de peor manera. Una de las nuevas estrellas del Córdoba CF, Juanjo Narváez, tenía que abandonar el terreno de juego nada más comenzar. Un encontronazo con Saunier haría que un dolor en la espalda le hiciese salir.
El control del juego era por completo de los nazaríes. Volcados por ambas bandas, era la única manera que encontraban para llegar al área de Pawel Kieszek, ya que Edu Ramos y Valentín habían cerrado el centro del campo por completo. Pero, a pesar de todo ello, el conjunto cordobesista se hacía fuerte atrás y no acusaba de errores que le hiciera daño.
El despertar que necesitaban los cordobesistas
Pero en cuestión de minutos el encuentro cambió. Una caída de Jovanovic en el área y otra llegada del serbio darían alas al Córdoba que empezaba a hacerse fuerte y creérselo. Tanto el extremo por la derecha como Galán por la izquierda estaban haciendo daño por las bandas y la afición sabía que podía llegar el primer pronto si seguían trabajando así. La más clara sería al borde de la media hora de partido, donde un gran pase interior de Aguza dejaría al ’22’ cordobesista solo ante Javi Varas, pero la definición no sería la mejor.
Nuevamente los de Oltra se adueñaron del esférico e hicieron al Córdoba cerrar filas, pero no había dicho la última palabra los blanquiverdes. Un gran jugada entre Guardiola y Alfaro daría el 1-0 al borde del descanso con una gran definición del media punta sevillano que haría estallar el júbilo en la grada del Arcángel.
Un gol siempre cambia la perspectiva
El gol cambió el inicio de la segunda mitad por completo. El Córdoba CF se sentía poderoso, así que comenzaría adueñándose del esférico. Distintas llegadas harían que el Granada se encerrara atrás a la espera de alguna genialidad de Machís por la banda derecha, quien sería el único que haría hacer temblar a la grada cordobesista.
Poco a poco el espíritu del venezolano contaminó a su equipo que buscaba la portería de Kieszek y aprovechaba distintos errores de Caro que finalmente los salvarían sus compañeros. El encuentro se estaba poniendo cada vez más intenso en ambas áreas y así lo certificaría Guardiola con una gran jugada individual que pondría a prueba a Javi Varas en el uno contra uno.
Machís la buscó y Kunde sentencia
Los nazaríes estaban oliendo la sangre y querían hacer daño. Tal vez arriba seguían teniendo peligro los cordobesistas, pero el hueco de Caro estaba siendo un problema para su equipo y el Granada quería aprovecharlo. Distintas jugadas de Machís traerían algunas ocasiones para los suyos pero el portero polaco no quería permitir que entrara ningún balón en su portería pero, al final, el extremo nazarí tendría su recompensa con un gran tiro desde la frontal sin ninguna oposición de la defensa blanquiverde.
El gol del venezolano había dolido y el equipo de Oltra sabía que tenía su oportunidad al alcance de su mano. Nuevamente, sin ninguna oposición, Kunde remataría dentro del área a bocajarro, sin darle ninguna oportunidad a Kieszek de hacer nada y dejando a todo el estadio sin habla.
Con esto, el Granada CF consiguió sacar los tres puntos cortando así su mala racha fuera de casa, mientras que el Córdoba sigue metiéndose en líos y no consigue aprovechar el efecto que suele traer consigo la llegada de un nuevo técnico.