Dos gigantes, una plaza en cuartos

Esta segunda jornada de Champions nos trae la vuelta de un enfrentamiento entre dos grandes de Europa. El Futbol Club Barcelona recibe al Chelsea en el Camp Nou para decidir quien de los dos consigue una plaza en la siguiente fase. Sevilla, Madrid, Juventus de Turín, Roma, Manchester City y Liverpool esperan que se complete el bombo con los partidos restantes. Si algo está claro es que quien salga victorioso de este encentro será un rival poco deseado por los clasificados.

En la ida pudimos disfrutar de un partido muy disputado. El marcador, 1-1, aunque favorable para el Barça por marcar en campo rival, es prueba de ello. En Stanford Brigde pudimos ver a un Chelsea que no le importa esperar sin balón. Regalaron la posesión con una defensa muy coordinada salvo en una ocasión, la del gol de Messi. Cuando cortaban el pase, salían rápido y se plantaban en tres cuartos de campo sin mucha dificultad, desde donde pusieron a prueba a Ter Stegen. Sobre todos los demás, destacó el partido de Wilian. Fue un martillo contra la portería blaugrana. Regateó, hizo jugar a sus compañeros y marcó, al tercer tiro peligroso desde fuera del área, el gol del Chelsea.

Frente a ellos, los culés salieron muy centrados en lo que querían. Sabían que el balón iba a ser suyo, cosa que en can Barça siempre gusta, por lo que se limitaron a moverla y generar huecos en la defensa Blue para poder hacer el gol. Como siempre, no se puede pasar por alto la labor de Messi. El crack argentino volvió locos a los defensas. Arrastró jugadores, dribló a todo el que se le puso sin mucho esfuerzo, dio pases que sólo él ve… A lo que nos tiene acostumbrados cada jornada que salta al campo.

Pese a todo, y como ya hemos comentado, el resultado fue un empate a 1. Es un resultado que a priori no es muy favorable para ninguno. Pero si recordamos que el Barça logró el empate en los últimos compases del partido, y la importancia en competiciones de ida y vuelta de los goles como visitante, es parcialmente favorable para los culés.

Aún así, el futbol es caprichoso e incierto. Un plan urdido durante dos semanas se te puede venir a pique con un gol tempranero que te obligue a cambiarlo todo. Por tanto, no queda más que prepararse para disfrutar de uno de los enfrentamientos del año.