Riazor vuelve a sonreir. Tuvo que esperar a superado el minuto noventa y tres de encuentro para que el Deportivo lo lograse; pero lo hizo gracias a un gol de Pablo Mari. El Sporting pagó caro su conservadurismo y se fue muy molesto con el arbitraje del vasco Sagués Oscoz, que perjudicó al cuadro rojiblanco en varias acciones, pero que no fue el detonante de su derrota.
El partido comenzó con escaso ritmo. El Deportivo intentaba hacerse con el dominio del encuentro, pero le costó mucho en estos primeros inicios. El Sporting, por su parte, hacía gala de la disciplina táctica que quiere Baraja de su equipo. Impedía al cuadro coruñés circular con comodidad el balón. Así iba avanzado el encuentro; sin peligro; sin ocasiones y con los porteros siendo meros espectadores o siendo un jugador de campo más con los pies en el mejor de los casos.
Superado el ecuador de este periodo, el Depor empezó a encontrarse más cómodo. Pero el Sporting seguía cerrando sin problemas y dando sensación de mucha solvencia, pero sin prodigarse en ataque. Esperaban los rojiblancos -hoy de verde- su ocasión, pero sin fortuna o acierto para acercarse a la meta de Dani Giménez.
El partido se iba a tornar para el bando local superada la media hora. En una acción doblemente polémica, Sagués Oscoz señaló un inexistente penalti por un supuesto derribo dentro del área de Babin a Carlos Fernández. La jugada venía precedida de un robo en campo contrario con una clara falta sobre Cofie que el colegiado vasco no decretó y que comenzó a enfadar a la expedición sportinguista con el colegiado. Didier Moreno ejecutó el penalti, pero Diego Mariño lo rechazó.
No obstante el partido era ya del Deportivo. Los de Natxo González eran claros dominadores y empezaron a inquietar con peligro el área del portero vigués. Lo probó el cuadro coruñés con dos lanzamientos de Pedro y Vicente Gómez que no vieron portería. El Sporting sufría en esta fase, pero el marcador no se movió en la primera parte.
La segunda parte comenzó con una nueva clara ocasión para el Deportivo. Centro de David Simón que Carlos Fernández remata de cabeza, pero sin poder dirigir entre los tres palos. Fue un aviso, pero el partido volvió a decaer en el aburrimiento de la primera parte. El Depor dominaba, pero apenas creaba peligro. Solo un disparo cruzado de Carlos Fernández estuvo cerca de poder inaugurar el marcador.
Baraja no quiso tomar riesgos. Todo lo contrario. No pudo ser más conservador con las sustituciones e hizo que su equipo se echase cada vez más atrás. No sufría apenas en defensa, donde mostraba un orden y disciplina tácticas encomiables. Pero a su vez tampoco pasada del mediocampo salvo en alguna cabalgada personal de André Sousa o André Geraldes que era rápidamente abortada.
El Sporting, con diez y derrota en el último suspiro
Cofie vería la segunda amarilla, justa, por derribar en la frontal a Domingos Duarte. Si el Sporting ya daba sensación de que con el empate se conformaba, la expulsión del ghanés no hizo más que confirmarlo. El Depor entonces. en superioridad, sí que acrecentó al máximo su dominio. No logró crear apenas ocasiones. Solo un disparo de Carles Gil que atajó Mariño en dos tiempos. Pero logró acertar en la más clara que tuvo tras un córner en el que centró Cartabia y remató Pablo Mari al fondo de la portería. Fin del partido y Riazor vuelve a acoger fútbol con una victoria del Deportivo.
Victoria justa del Depor ante un Sporting paupérrimo y que denotó una falta de ambición alarmante para un candidato al ascenso. No le sirve al equipo de Baraja escudarse en el parcial arbitraje de Sagués Oscoz, pues aunque fueron perjudicados en varias acciones, no fueron el detonante de su derrota. Ambos afrontar ahora una semana de doble compromiso de Copa y Liga. El Depor visitará Zaragoza en el torneo copero y al Alcorcón en Liga. Por su parte los gijoneses tendrán doble compromiso frente al Numancia. En Los Pajaritos en Copa y en El Molinón en Liga.