Dos clubes en distintas categorías pero con destinados a encontrarse desde el pasado verano se veían las caras en el Arcángel en el primer partido de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey. Una eliminatoria con miga y tensión que comenzaría con dos plantillas sin querer arriesgar y buscándose sobre el césped.
Intensidad y gol en propia
La polémica comenzaría desde muy temprano y sería con una caída dentro del área de Erik Expósito. El delantero conseguía llegar a un balón por un malentendido entre los centrales y por un supuesto toque de uno de ellos caía en lo que podría haber supuesto penalti. Pero no quedaba todo ahí ya que un minuto después sería Iván Alejo quien pediría lo mismo al caer delante de Lavín, teniendo el mismo resultado por parte de Cuadra Fernández.
Aunque el Getafe parecía estar llegando más, era el Córdoba quien estaba intentado adueñarse del balón. Con Blati Touré a la cabeza, el centro del campo blanquiverde trataba de superponerse a Cristóforo y Maksimovic buscando a Expósito arriba.
Todo tenía que llegar con la paciencia que estaba teniendo el equipo de Sandoval y acabaría llegando el gol local. En una bonita jugada por la banda izquierda entre Quezada y Quim Araujo, el lateral pondría un centro buscando a Erik una vez más pero, con la intención de anticiparse, Bruno metería el pie dejando a Chichizola a medio salir y entrando el esférico en su portería.
Penalti y empate al descanso
La tensión no iba a disminuir con este gol, sino que se incrementaría y ambos guardametas tendrían una oportunidad de lucirse poco después. La intensidad sobre el césped estaba aumentando, pero el Córdoba podría complicar su destino con dos amarillas muy seguidas a sus dos laterales, algo que se vería más tarde si tendría peso o no.
Ya al borde del descanso los blanquiverdes podrían cometer otro gol en propia puerta pero el destino daía al Getafe la oportunidad de empatar desde el punto de penalti. Una caída dentro del área hacía que Cuadra Fernández pitara el punto de penalti y Mata pusiera el 1-1 en el marcador justo antes del pitido del descanso.
Más intensidad y más defensa todavía
El paso por vestuarios no haría que se rebajara la intensidad que se estaba viendo sobre el césped, y así se vería desde el primer minuto de la segunda mitad. En esta ocasión, el Getafe quería más protagonismo y saldría con más fuerza a por el partido, aunque tenía en frente a un Córdoba bien posicionado.
Los minutos iban pasando y ambos técnicos iban haciendo distintos cambios ofensivos. Sabían que el partido estaba abierto y era momento de arriesgar en busca del segundo gol en su cuenta particular. Bordalás quería más profundidad en sus bandas, mientras que Sandoval buscaba más músculo con el que luchar contra Bruno y Djené.
El problema que estaban teniendo es que las defensas estaban haciendo a la perfección su trabajo, imposibilitando cualquier ofensiva. Y en las pocas ocasiones que tenían reales los equipos o erraban en la definición o estaban Marcos Lavín o Chichizola para salvarle los muebles a los suyos.
Ángel sale para dar el segundo
El partido estaba siendo controlado por ambas defensas y parecía ir a un empate por uno final, pero un jugador azulón no había dado su última palabra. Bordalás sacaría a Ángel para buscar los huecos que podía dejar la zaga blanquiverde y así lo haría cuando se cumplía el minuto 90. Con un pase largo a la banda, Ángel recibía con todo el campo abierto y solo tendría que encontrar a Mata en el punto de penalti para que este empujase el balón sin darle oportunidades al guardameta local.
Esto era lo que nadie esperaba en la grada y daría fin a un encuentro con poca asistencia y que deja al Getafe con pie y medio en la siguiente ronda a falta de disputar la vuelta en el Coliseum a principios de diciembre.