Ganar para ahuyentar fantasmas

El Villarreal CF recibe, este jueves 13 de diciembre, al Spartak de Moscú en el Estadio de la Cerámica, para disputar el último partido de la fase de grupos de la UEFA Europa League. Un partido que decidirá el devenir del equipo español en la competición, puesto que una derrota podría suponer casi con total seguridad, su eliminación.

Necesidad de un punto

El ‘submarino amarillo’, en estos momentos, es el líder del grupo G, sin embargo, no está del todo clasificado. Es cierto que se presenta con la mejor posibilidad para pasar, solo necesitaría puntuar ya que el segundo clasificado, SK Rapid Viena, se enfrenta al ocupante de la tercera plaza, Rangers FC, el equipo austriaco tiene los mismos puntos que el español, en cambio el equipo escoces cuenta con un punto menos que ambos.

El próximo rival, y último clasificado del grupo, suma cinco puntos, tan solo dos menos que su rival. Una clasificación muy apretada, donde no hay cabida a la especulación, por ello, solo le vale ganar al equipo español y disfrutar de su condición de líder, contando así con las ventajas que ello supone. Ser primeros ofrece la posibilidad de evitar a los equipos que recalan en esta competición procedentes de la Champions League, y entre ellos pueden encontrarse equipos de la élite futbolística.

Luis García, el nuevo técnico del conjunto ‘groguet’, pretenderá plantear un partido en busca de la victoria local, dando así un nuevo aire en la ciudad castellonense que hasta la fecha solo cosecha, principalmente en LaLiga Santander, fracasos. Hasta el punto de llevar al conjunto amarillo a una situación insostenible donde se han visto a prescindir de los servicios de Javi Calleja. El anterior entrenador ha dejado al equipo al borde del descenso y la última derrota a domicilio por dos goles a tres frente al Celta de Vigo ha provocado su destitución.

El Spartak llega en racha

El Spartak de Moscú no ocupa el lugar que querrían sus aficionados en Europa. Pero hasta la última fecha cuentan con posibilidades reales de clasificarse a los dieciseisavos de final de la competición. El equipo dirigido por Oleg Kononov visitará el Estadio de la Cerámica con la intención de gastar su última bala. A diferencia de su rival, en la competición local, llevan un total de cinco partidos sin conocer la derrota, sin mencionar dos partidos de copa, que le han llevado a ocupar la cuarta posición de la tabla a tan solo seis puntos del primer clasificado, el Zenit de San Petersburgo.

Todo por decidir a las 18:55, horario peninsular, en Villarreal, los aficionados locales se agarran a la esperanza de que aquel dicho futbolístico: “entrenador nuevo, victoria segura”, se cumpla. Ven al equipo cualificado para afrontar esta gran cita. Sin ninguna duda el apoyo desde la grada será decisivo en aquellos momentos en los que el equipo se vea desbordado, que los habrá.

La primera de muchas finales, de aquí a revertir la situación actual, donde con tan solo puntuar permitirá al equipo español estar en el bombo del sorteo de la siguiente ronda. Esta ventaja no debe manifestarse en un exceso de confianza. Si no más bien, en un pequeño colchón que permita al equipo jugar con un punto menos de presión. Una situación muy aprovechable para que los jugadores de gran peso en el vestuario den un paso al frente y muestren su interés por querer cambiar las cosas.