Llegó la hora de la verdad

Seis partidos separan a ambos conjuntos de la final del torneo de la Copa del Rey. El cual han ganado en dos ocasiones cada uno: la última de los txuri-urdín en la temporada 1986-87 y, más recientemente la de los heliopolitanos, alzándolo en la 2004-005. Por tanto, las aficiones de ambos equipos reclaman una mayor importancia a la competición de la que se le ha dado últimamente, ya que la temporada pasada ambos fueron eliminados por equipos de menor categoría.

La Copa como bálsamo bético

Los dos últimos partidos ligueros del Real Betis han sembrado ciertas dudas en un sector de la afición y dejando unas sensaciones dispares entre el cansancio, el bajo estado de forma de varios jugadores y las limitaciones de una plantilla corta: en el empate frente al Eibar para cerrar el 2018, el equipo compitió durante una parte, mientras que en el Alcoraz nunca se encontró a gusto en el campo y vio como le remontaban con los teóricos titulares ya en el campo, como Lo Celso o Guardado.

Con tales signos, no parece lo idóneo para remontar el vuelo una eliminatoria de Copa entre semana; no obstante, empiezan a recuperarse efectivos de lesiones y estos minutos pueden servir para que vayan cogiendo la forma adecuada y necesaria para afrontar el mes tan cargado de partidos del equipo, en caso de ir superando ronda. También algunos jugadores que no están en su mejor momento, como Javi García o Barragán, tiene la oportunidad de resarcirse y cambiar su dinámica personal con la acumulación de tiempo de juego para contribuir a la causa.

Además, se espera que este sea el año en que se dé un paso más en el torneo copero, puesto que pese a la insistencia de la afición y las campañas del club el año pasado, se concluyó la travesía a las primeras de cambio con un ridículo en casa frente al Cádiz, de Segunda División. Este año ya se espantaron los fantasmas frente al Racing de Santander; ahora, toca ir partido a partido.

Imanol Alguacil como remedio a todos los males

Asier Garitano fue despedido como entrenador de la Real Sociedad el 27 de Diciembre, una semana después de haber perdido en casa frente al Deportivo Alavés en el derbi vasco, dejando al equipo más cerca de los puestos de descenso que de los privilegiados de la tabla y con la impresión de no saber qué hacer para cambiar la dinámica tan negativa. El club anunciaba como sucesor al entrenador del filial, Imanol Alguacil, quien ya cogiera al equipo en la recta final de la pasada campaña, dejando muy buen sabor de boca con su trabajo.

Ahora, firma con un año y medio de contrato, margen suficiente para poder ir amoldando el equipo a su gusto; sin embargo, quizás no sea necesario, puesto que su debut liguero fue nada menos que en el Santiago Bernabéu, saldado con una victoria por 0-2 cargada de mucha personalidad, ya que en ningún momento el equipo se encerró atrás y buscó continuamente la portería de Courtois. Por lo tanto, las próximas jornadas pueden ser claves para ver qué Real Sociedad se verá y qué jugadores van a ser importante para el nuevo míster, aunque ya se ha empezado a esbozar un boceto.

Y, por ello, quizás esta eliminatoria les venga mejor a los donostiarras que a su rival para continuar las probaturas a nivel de sistema o dar oportunidades a todos los integrantes de la plantilla para demostrar su valía, pero, al igual que los verdiblancos, tendrán la losa de tener que hacer un buen papel en Copa tras el desastre frente al Lleida de Segunda ‘B’ del año pasado.

Rotaciones habituales coperas en ambos equipos

Será difícil augurar un once en cualquiera de los dos técnicos, puesto que se prevé muchas entradas y salidas en el equipo para dar descanso a los más habituales y conceder oportunidades a los teóricos suplentes e incluso a algún canterano. Además, ambos tienen pocas bajas, debido a que los locales solo tienen fuera a Inui en la Copa Asia y lesionados a Junior y Sidnei, mientras los visitantes viajarán, presumiblemente, sin Raúl Navas ni Kevin Rodrigues por lesión.