El Valladolid quiere aprovechar el bache que está sufriendo el Barça para sacar algún punto del Camp Nou, pero delante se encuentra con un Barça que necesita ganar antes de enfrontar partidos vitales para seguir vivo en las otras competiciones, por lo tanto los vallisoletanos llegan a la ciudad Condal para ser la presa fácil para lo que viene y para excusar algún que otro empate anterior. O leyéndolo con otros ojos, la ocasión perfecta para que el Valladolid se creciera y diera la sorpresa.
Tal y como se presentaba la primera parte, lo segundo no era ningún disparate. Con la defensa del Valladolid por el asunto y el Barça siendo un desastre en los últimos metros, aquí podía pasar cualquier cosa. Alguna que otra genialidad de Messi con Dembelé que rechazaba Antoñito o que se iba pocos metros fuera de la portería. Sin esas genialidades el Barça estaba un poco desbancado. Tampoco le ayudaba a los de Valverde que se perdieran algunos balones tontos.
Por la parte que le tocaba al conjunto dirigido por Sergio González, aprovechar la situación e intentar hacer sangre, tampoco lo estaban gozando demasiado. Esos balones de cortesía blaugrana solían acabar o por arriba de la portería o a las manos del meta alemán. Sergi Guardiola iba asomando la cabeza de cuando en cuando pero no era capaz de nada más.
Llámalo nerviosismo, necesidad de no defraudar como quieras pero el Barça quería irse al descanso con el marcador a favor. Ese deso llegaría en calidad de penal sobre Gerard Piqué. El gol lo transformaba el de siempre que también lo llaman Leo Messi.
Del tándem formado por Míchel y Sergi Guardiola podía llegar el empate, aunque esta asociación no acabó de funcionar del todo para finalizar. Jordi Masip sacaba a pasear una mano para ser complice de la complicación que estaba teniendo el Barça para marcar. Boateng también sería víctima del genial meta que estaba bajo palos pucelanos. Y volvía a plantarle cara a Suárez después de la pérdida de Verde, una ocasión donde medio Camp Nou ya tenía la palabra gol en la boca.
El Valladolid le seguía poniendo mil y una trabas a los blaugrana, aunque en la segunda mitad ganaran algo más de seguridad. Aunque tendría que volver a aparecer la pena máxima, esta vez revisada por el VAR y con su aprobación, Masip le dejaría con la miel en los labios al crack argentino para que anotara el segundo. Una doble parada del meta de Sabadell, cada cual más espectacular, se alzaba como uno de los mejores jugadores del partido, sino el mejor. La segunda mitad acabaría como la primera, con los locales nerviosos por no poder hacer más.