El estado anímico a prueba en el Tartiere

El fútbol está -y estará- eternamente ligado al estado anímico. Definido como la actitud emocional, y que expresa a la perfección lo que ocurre en la previa al partido entre Real Oviedo y Nástic de Tarragona. En el Carlos Tartiere de la capital de Asturias se ven las caras dos equipos totalmente opuestos, con objetivos diferentes y rachas sin definir. En juego tres puntos que en la mañana del domingo pueden cambiar todo

El Real Oviedo fue el equipo de moda durante las primeras semanas de 2019. Ganaban partidos y jugaban un fútbol brillante, lo que hacía que se colocasen en los puestos de privilegio. Ahora, ha cambiado un poco el panorama para los de Juan Antonio Anquela, ya que llevan tres semanas consecutivas sin sumar tres puntos. Aun así, las mejores noticias son que sus rivales tampoco están “muy católicos“, y no hay equipos que puedan distanciarse en posiciones de fase de ascenso. La otra cara de la moneda es el Nástic. Están en puestos de descenso y con una suma de puntos que los comprometen. A siete está el Real Zaragoza de Víctor Fernández, y aunque ganaron el último choque ante el Albacete Balompié, no corren buenos tiempos por la ciudad catalana.

El partido correspondiente a la primera vuelta supuso buenas noticias para el conjunto grana. Vencieron por dos goles a uno sobre la bocina. En aquella ocasión, Raúl Albentosa -que ya no está en la plantilla- fue el héroe en el Nou Estadi. Además era un momento importante, pues debutaba su ahora técnico, Enrique Martín Monreal, “la bruja de Campanas”. Esos tres puntos fueron importantes, pero no supusieron un punto de inflexión, ya que el Gimnástic sigue en una situación parecida.

Anquela contra Monreal

En esos momentos, se vivían los perores momentos en la casa oviedista, e incluso se llegó a temer por la continuidad de Juan Antonio Anquela. Ahora ha cambiado todo bastante, aunque los miedos regresaron tras el gris partido en Mallorca. El tren del playoff se puede marchar si no hay una reacción inmediata, aunque en Segunda División nadie puede predecir algo. Para ello, se pide concentración ante el Nástic y que no piensen en el Derbi ante el Sporting de Gijón de la próxima semana. Para el partido dos jugadores importantes en las alineaciones del técnico jienense no serán de la partida. Por un lado, el mejor jugador del equipo en las últimas semanas, Sergio Tejera, que cumple ciclo de amonestaciones. Por otro, Juan Forlín -con menos importancia en los últimos esquemas- aquejado de una gastroenteritis. La clave azul pasará por no creerse superiores, y no cometer errores que aparecieron ante el Lugo, por ejemplo, cuando eran mejores y en los últimos instantes todo se torció.

Si nos centramos en el Nástic, en los días previos a este duelo, Enrique Martín Monreal ha elogiado mucho a su rival. Afirma que el Real Oviedo volverá a la Primera División antes o después, ya que son un equipo muy serio y consistente. En su visita al Principado de Asturias seguirá el esquema de su tremenda victoria ante el potente Albacete, y solo pierde a Thioune por sanción. El navarro es consciente de que las cosas están muy complicadas, pero cree que el efecto contagio del pasado fin de semana será clave para sus aspiraciones.

Así llegan al enfrentamiento los dos conjuntos. En la mañana del domingo de la capital del Principado de Asturias se verán las caras. Un partido entre dos técnicos muy carismáticos y con las cosas claras, pero con objetivos diferentes. En mente un objetivo: cambiar el estado anímico y entrar en una nueva dinámica.