Piccini, de menos a más en una temporada irregular

El lateral italiano fue mejorando conforme avanzaron los partidos. De los errores tácticos del principio de temporada a los desdoblamientos con sentido y las coberturas con concentración.

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Cristiano Piccini llegó el verano pasado como recambio de Martín Montoya para ocupar el lateral derecho de una defensa que había encajado demasiados goles la temporada pasada. El técnico asturiano no estaba contento con el rendimiento del ex-barcelonista y el club buscó una alternativa en el mercado.

De joya de la cantera viola a trotamundos del fútbol

El lateral transalpino fue una de las joyas de la cantera de la Fiorentina, club con el que debutó muy joven de la mano de Mihailovic. Tras varias cesiones en clubes de diferente categoría, debutó con el Livorno en la Serie A pero no le valió para hacerse un hueco en la plantilla viola. Con la intención de relanzar su carrera, Piccini marchó cedido nuevamente al Betis. Un año más tarde, los verdiblancos se hicieron con sus derechos federativos. Con los de Heliópolis consiguió el ascenso a la Liga Santander y se hizo el amo de ese lateral derecho durante las dos siguientes temporadas. Pese a ello, volvió a hacer las maletas para fichar por el Sporting de Lisboa desde donde llegó al Valencia CF a cambio de 8 millones de euros.

Un inicio prometedor

Tras la salida de Montoya, Marcelino confió de inicio en Piccini como lateral derecho titular. Una buena pretemporada le valió para ilusionar con un alto rendimiento a la afición valencianista. Buen despliegue físico, correcto en lo táctico y con capacidad suficiente para desbordar en el 1×1 y surtir de buenos balones a los delanteros blanquinegros.

Sin embargo, el comienzo irregular del equipo le pasó factura y algunos despistes en defensa suyos costaron goles en contra. Vinieron también algunas lesiones musculares que le impidieron rendir con regularidad y ofrecer sus mejores prestaciones, tanto a nivel defensivo como ofensivo.

Ese gol que lo cambió todo

El punto de inflexión para Piccini lo marcó su gol ante la SD Huesca en el minuto 93. Supuso para él una inyección de confianza y autoestima y para el equipo un motivo para no dejarse llevar el resto de la temporada. Desde ese partido, el rendimiento del lateral ex-bético fue en aumento al mismo ritmo que el del equipo. Su fútbol fue asentándose, sus errores defensivos desapareciendo y sus subidas ganaron en productividad y regularidad. No subía tanto pero cuando lo hacía generaba peligro y sorpresa en la defensa contraria.

Piccini se afianza y el equipo comienza la remontada

Marcelino confía en él, sus presencias en el once inicial son constantes y la grada recupera la confianza y el aplauso para su juego. Tras el parón navideño, la Copa del Rey es una competición donde el Valencia da su mejor versión y va pasando rondas. Cristiano es un habitual de las alineaciones y su aportación es cada vez mayor y más completa.

El Valencia se dispara y Piccini es un fijo

Con la llegada de la primavera, el juego, las sensaciones y los resultados del conjunto che crecen exponencialmente y el lateral italiano es un fijo en las alineaciones y vuelve a ser convocado por la selección azzurra. Es su mejor momento de la temporada. Pese a todo, y con la competencia de Daniel Wass en dicha posición, es suplente en la final de Copa. El club espera más de su rendimiento esta temporada.

@VicentSarrion

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