Análisis: La jugada maestra de Mercedes en Hungría

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A base de ritmo, tanto Lewis como Max se desmarcaron del resto desde la primera vuelta, terminaron doblando hasta al quinto y con más de un minuto de ventaja sobre el tercero. Pero entre ellos la igualdad fue máxima y fue el muro de Mercedes el que marcó la diferencia.

Si bien daba la sensación de que el Mercedes tenía un ritmo ligeramente superior en carrera, la primera parte de la carrera nos mostró que esa ventaja no era suficiente para que Hamilton rebasara a Verstappen en igualdad de condiciones. Y es ahí cuando comienza el juego.

Vía Hugo Rodríguez Pereda

Del intento de undercut a la estrategia perfecta

Apenas habían pasado 20 vueltas cuando la ‘pit crew’ de Mercedes se preparaba en boxes para la entrada de alguno de sus coches. Todos pensábamos que iban a intentar el undercut con Lewis, pero no eran más que simples amagos, así uno tras otro. En la vuelta 25, Red Bull cae en su trampa y manda a su piloto a boxes. Mercedes asienta el primer golpe. Ahora podían aprovechar el menor desgaste que le dan al neumático para mantener al británico en pista 10 vueltas más y atacar entonces con gomas más frescas. Y así fue, en el 32º giro Hamilton monta los neumáticos más duros y empieza a volar sobre el asfalto húngaro. En apenas dos vueltas el inglés ya era una sombra del Red Bull y comenzaron las ofensivas, pero el holandés se seguía aferrando a su puesto con una magnífica defensa. Seguían sin poder adelantar e iban perdiendo la ventaja de las ruedas nuevas, necesitaban algo más.

Así pues, James Vowles (la cabeza detrás de las estrategias de los alemanes) y su equipo ponen en jaque a Red Bull con una inesperada parada en la vuelta 48. Aunque el movimiento necesitaba que Verstappen siguiese en pista, de otra forma, volverían a las mismas. Necesitaban las manos del pentacampeón. Y Hamilton dio la talla, una vuelta casi de clasificación desde que salió de los ‘pits’ (recortó en más de un segundo la distancia con el líder). Cerró el hueco lo suficiente como para que Verstappen no pudiese parar sin perder posición, la victoria ya no estaba en sus manos.

Jaque mate

Lo demás es lo que todos sabemos, un stint salvaje de Lewis para dar caza a su rival y adelantarlo sin que apenas pudiese defenderse. Jugada maestra que vale más que una victoria; repara las heridas de Alemania y sofoca las voces que decían que Verstappen y Red Bull podían disputarles el título. Además, una nueva demostración de que la Formula 1 es un deporte de equipo donde nadie gana sólo. Si los ingenieros que prepararon el set up, los mecánicos en alguno de los ‘pit stop’ o el ‘Hammer Time’ del piloto fallan, la estrategia no sale y los austriacos celebraban su tercer triunfo del año.

Imagen destacada vía Hugo Rodríguez Pereda.

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