La semana pasada en la Unión Deportiva Almería supuso todo un bofetón a mano abierta de lo que es la Segunda División. El enorme inicio de temporada en puntos, juego y sensaciones que despachó el cuadro indálico disparó la ilusión de una afición que, aunque mantiene a su equipo perfectamente situado, ha visto como la categoría de plata ha vuelto a jugar una mala pasada de las suyas.
Tras perder el liderato frente al Cádiz hace ocho días en un partido cuanto menos extraño en el que cayeron frente a un conjunto en inferioridad, les tocaba visitar Gijón. Llegaban a la ciudad bañada por el Mar Cantábrico para medirse a un equipo en crisis. José Carlos Lazo ‘calentó’ (seguramente sin pretenderlo) el partido y el cuadro indálico fue vapuleado por el asturiano. Además, Owona, uno de los pilares defensivos, sufrió una dolencia muscular que aún está pendiente de estudio, pero que apunta a varias semanas de ausencia.
Para rematar la semana tocaba visitar a otro conjunto en crisis como era el Deportivo. El Almería tampoco pudo aprovechar la situación que atraviesa la entidad herculina y que ha acabado en la destitución de Anquela. No obstante sumó un trabajado y sufrido punto, pero que salió muy caro. Lazo, Jonathan y De la Hoz tuvieron que ser sustituidos con molestias. Todos ellos de diferente carácter, pero que hace ser como mínimo duda para el regreso a la ‘normalidad’ de un partido por semana el próximo fin de semana frente al CD Lugo.
Quedan muchos días por delante para evaluar el estado de todos ellos. Pero los golpes sufridos esta semana deben servir como lección para el futuro. Y es que de los errores se aprende y de las caídas se levanta. Esa es la lección que se debe aprender en el cuadro indálico.