Fede Valverde, un ‘box-to-box’ moderno

El uruguayo se ha ganado la confianza de Zidane en los últimos encuentros

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Si hay algo importante en el fútbol y en el deporte en general, es la confianza en uno mismo. Precisamente este es una de las características que define a Fede Valverde. El futbolista uruguayo aterrizó en Madrid en 2016, con tan sólo 16 años, y con la idea clara de triunfar vestido de blanco.

El futbolista ha ido quemando etapas a velocidad de crucero desde que llegase a España, y tras tan sólo una temporada en el Castillas, fue cedido al Deportivo de la Coruña. En el conjunto gallego, a pesar de no tener una gran continuidad en el once, maravilló a todo el cuerpo técnico, hasta el punto de que uno de los preparadores físicos del conjunto se refirió a él como ‘el centrocampista del siglo 22’.

Pero como mencioné al principio, más allá de sus capacidades futbolísticas, lo que destaca de Fede es su perseverancia. El año pasado fue su primera temporada como futbolista del primer equipo merengue, y tan solo participó en diez partidos, de los cuales solo en seis partió como titular. El balance global de la temporada se cerró con 800 minutos en toda la temporada, números bastantes pobres para un futbolista joven que necesita progresar.

Sin embargo, no siguió el camino que otros canteranos del Real Madrid han seguido al no contar con las oportunidades esperadas, como son los casos de Llorente o Morata, y de la mente de Fede nunca salió la idea de triunfar con el escudo del Madrid en el pecho.

Con este empeño, sumado a su gran potencial físico y futbolístico, era cuestión de tiempo que llegase su oportunidad de demostrar que realmente es un futbolista más que apto para la medular merengue. A mediados de octubre, el uruguayo ya ha disputado 262 minutos, la gran mayoría de ellos repartidos entre los últimos cinco encuentros.

Las bajas en el centro del campo merengue, entre las cuales se pueden contar a Modric, Kroos, Isco o James, han dado lugar a un hueco en el once para Fede. De hecho, fue titular en el derbi ante el el Atlético en el Wanda, en el cual firmó una actuación más que aceptable, y desde entonces parece ser un jugador fijo para Zidane.

En el partido frente al Granada volvió a ser titular, y en esa ocasión demostró ante su público el gran potencial que posee. Demostró ser un deportista con unas grandes aptitudes físicas pero también con una técnica destacable con el balón en los pies. El Bernabéu es un público capaz de reconocer cuando tiene entre manos una joya por pulir, y así se lo hizo saber al uruguayo, al que despidieron con una gran ovación.

Es cierto que aún tiene 20 años y le queda mucho camino por recorrer y mucho que demostrar. Pero si sigue trabajando como hasta ahora y la suerte le sonríe, quién sabe dónde estará su techo.

Por @diegoaguado97

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