Crisis instaurada en el Algeciras CF
3 puntos de los 14 posibles hacen que el Algeciras decaiga al primer puesto de descenso
Balance agridulce el que hace el Algeciras CF de sus primeros 12 partidos. Algo más de un tercio de competición que anuncia a un ‘Guardián del Estrecho‘ que ha perdido el rumbo que marcaban las primeras sensaciones de la temporada, y éstas eran inmejorables para un recién ascendido.
Cierto es que ‘hay que saber de dónde se viene‘, pero si no sabes a dónde vas y sobre todo cómo vas, acabas yéndote a donde nunca debiste de salir. Pescadilla que se muerde la cola. Un club desahuciado, prácticamente abocado a desaparecer que vive, según la Junta de Socios celebradas en la última semana, un auge económico digamos aprovechable para asentarse en la categoría que quiere conservar.
Las voces experimentadas del algecirismo han virado el rumbo. Todo eran risas y buen-hacer, porque aunque no se ganaba, tampoco se perdía. Un equipo que dominaba el cuero a su antojo, hacía sufrir con balón a sus rivales y se llenaba de elogios por parte de terceros. El halago debilita y tanto que debilita. Muchas son las opiniones en el Club Decano del Campo de Gibraltar, que afirman que van apareciendo los fantasmas de 2014 y 2016. Queda mucho, pero al Algeciras no le sobran puntos.
Pero introduzcámonos en materia. Hablemos de números, toda vez que de posesión y buen juego no vive un club. Es el segundo equipo que más goles recibe de la categoría y marca poco para los que genera. Además en la mayoría de los partidos acaba con superioridad en la posesión del balón. Cuestión muy relevante, pero no gana partidos.
Lo que es evidente que falta un punto más de agresividad en ataque y muchísima más contundencia en defensa. Eso lo saben hasta los más ignorantes, dentro del equipo y fuera. ‘El fútbol nos está castigando demasiado’ ‘o te pones por delante y la que tengas la aprovechas o sino ellos la que tengan la van a aprovechar’ o ‘Tenemos que asumir con responsabilidad esta derrota y saber que ha sido el peor partido en casa hasta ahora pero hay que tener tranquilidad’. Todos son palabras de tranquilidad y de querer cambiar el rumbo del equipo. El Algeciras está acostumbrado a resucitar.
Un buen comienzo frente al Villarrubia que no se reflejó en el marcador, casi lo hace en Murcia donde se dieron mejores sensaciones, y se rubricó en casa contra el sorprendente Yeclano. Badajoz resultó demasiada hazaña aunque se dio muy y mucho la cara. En casa se vapuleó al Sevilla Atlético y la flechita roja ya era una realidad. Garrafal error haber desperdiciado la victoria en Cádiz por un fallo de énfasis. Cartagena resultó imparable para volver a dar casi la campanada contra el Córdoba. Desde este partido en casa, todo ha sido una caída libre.
En San Fernando se presentó el equipo en el minuto 35 de la primera parte cuando ya había encajado dos. Talavera endosó la más dolorosa derrota del primer cuarto de la temporada, baño de realidad que fue suficiente para sacar algo en el tan complicado campo del Villarrobledo. La última jugada contra el UCAM ha sido la gota que ha colmado el vaso y el enfermo está en la UCI. Defensa desguarnecida y contra de libro que Aketxe no perdona.
Algunas circunstancias extra deportivas de las que el Algeciras nunca se libra. La controvertida dimisión de Mané y algunas decisiones que el algecirismo critica no dejan en paz al de 1909.
Parece ser que se ha tocado fondo. ¿Será posible un repunte de esta plantilla que parece haber olvidado jugar al fútbol o simplemente un bache en lo que será el año de la permanencia con todas las letras? Lo que es evidente es que es muy pronto para aventurar resultados, aunque el algecirismo ya harto de ser equipo ascensor y con ‘el culo pelado‘ en batallas futbolísticas, te avisa para que no pierdas el rumbo. Como se dice en la provincia de Cádiz, Algeciras “estáte alikindoi”