¡¡DERBI, DERBI, DERBI!!
La expectación estaba por todo lo alto en el Cerro del Espino ante la visita de un Castilla que pese a llegar en horas bajas siempre puede generarte más de una complicación por la calidad de sus jugadores.
Sin embargo, Nacho Fernández lo tenía claro, y no iba a cambiar su planteamiento fuera quien fuese el rival.
Así lo demostraron desde el primer minuto, doblegando al filial madridista a base de posesión y ataques proyectados mayormente por las bandas.
Precisamente de una jugada iniciada en la banda nació el primero del partido por obra y gracias de Germán Valera, quien recibió el balón en banda derecha para poner la directa en dirección a la portería rival, definiendo con un potente disparo elevado lejos del alcance de Belman.
Exploto de euforia el Cerro del Espino al ver como su equipo había materializado tan pronto el dominio que estaban mostrando. El gol, lejos de despertar a los hombre de Raúl, les sedó aún más, dejando el partido con un único equipo proponiendo su estilo.
Aún así no todas fueron buenas noticias para los colchoneros pues Valera, que había marcado el primero recibió un fuerte golpe que le dejó conmocionado y obligó a su entrenador a retirarlo en el 40 por Riquelme.
Antes, hubo una jugada como poco polémica cuando el delantero del Castilla cayó en el área, momento en el que en la grada se hizo un silencio sepulcral por lo que parecía un claro penalti.
El alivio llegaría al instante, pues el árbitro decretó que se había tirado y le mostró la cartulina amarilla, lo cual fue muy criticada por los once blancos.
No daría más de si la primera parte, por lo que iban a tener 15 minutos de descanso en el que Raúl iba a tener que cambiar muchas cosas si quería sacar algo de provecho del partido.
Algo les debió de decir el técnico en el descanso porque en la primera jugada de la segunda mitad el Castilla rozó el empate, llegando a haber dos largueros en la jugada.
Se empezó a nivelar poco a poco la balanza del partido gracias a la notable mejora del Castilla, que poco a poco empezaba a achuchar la portería rival.
La buena noticia para los locales era que no terminaban de encontrar el ángulo para disputar entre los tres palos, y que a la contra podrían tratar de cerrar el partido.
Ocasiones tuvieron como un mano a mano de Riquelme que erró de manera inexplicable, pues los defensas estaban bastante retrasados, pero su disparo salió muy centrado, fácil para Belman.
Entró el partido en los minutos finales de la manera más frenética posible, con un inicial gol anulado al filial blanco por falta en el salto del delantero.N o se demoró la respuesta rojiblanca por medio de Poveda, que puso el punto y final al choque culminando un mano a mano con una genial definición que culmina el gran momento en el que se encuentra.