En esta lluviosa tarde de diciembre se enfrentaban en Butarque dos conjuntos con la necesidad de ganar si o sí. Por un lado, encontramos al Leganés, posicionado como último en la clasificación liguera. Si los de Aguirre no ganaban hoy, lo tendrían muy difícil para salir en algún momento de los puestos de descenso. Por otro lado, el Celta de Vigo. Su situación era mejor que la de los locales, pero, aun así, estaban en estado crítico, antepenúltimos, y, por lo tanto, en puestos de descenso.
Comenzaba el encuentro de manera intensa, se notaba que ambos conjuntos se estaban jugando algo similar a una final. El equipo pepinero imponía una presión intensa en el campo del Celta. Eran los locales los que asustaban primero. En primer lugar, con un disparo desde fuera del área de Braithwaite y, en segundo lugar, en la jugada siguiente, con un remate al travesaño.
En el minuto 15 llegaría un momento crucial para el Leganés. Falta en la frontal del área, en la que Óscar no fallaba y colaría el balón a Rubén Blanco por su escuadra izquierda. 1-0 para los locales.
Los ataques de los de Javier Aguirre no cesaban. El público pepinero estaba totalmente volcado con su equipo. En el lado contrario, el Celta de Vigo no estaba encontrando la manera de jugar de forma cómoda sobre el terreno de juego.
Poco a poco, el juego de los visitantes iba siendo más fluido y la presión de los locales menos intensa. A pesar de esto, el Leganés tenía todas sus líneas bien colocadas. Al conjunto de Óscar García le estaba constando pisar área rival, únicamente habían realizado una ocasión de peligro en los primeros 30 minutos.
Las llegadas del Leganés llegarían a buen puerto, ya que, Óscar Rodríguez, autor del primer gol, pegaría un zapatazo desde fuera del área para hacer el segundo de los locales. Muy destacable la figura de Óscar en estos primeros 45 minutos.
Terminaba la primera parte con sensaciones muy distintas para cada equipo. Por una parte, el Leganés estaba realizando una de sus mejores actuaciones en lo que lleva de temporada, y así lo reflejaba el electrónico. Por otra parte, el Celta estaba persiguiendo sombras de jugadores pepineros. Tenían muchas dificultades para llegar a la portería local.
Volvía a rodar el esférico sobre el verde en la segunda mitad y las sensaciones eran algo distintas en cuanto a la primera parte. El Leganés seguía presionando y el Celta parecía haber subido sus líneas. El conjunto vigués no estaba dispuesto a darse por vencido.
En el minuto 55 llegaba el tercero de los locales a través de un disparo desde fuera del área de Rodrigues, el balón salió disparado con mucha fuerza impactando con el palo y posteriormente, introduciéndose en la portería de Rubén Blanco. El encuentro parecía estar decidido.
El Celta no agacharía los brazos y, un remate de Araujo en el minuto 64 le valía para materializar el primero del conjunto visitante. Llegados a la mitad de la segunda parte, los papeles habían cambiado, el Leganés se encontraba replegado en su campo esperando algún fallo del Celta para iniciar la contra y, por otro lado, el equipo de Óscar García estaba más animado por su primer gol e intentaba aproximarse a la portería de Cuellar con la finalidad de acercarse en el marcador.
Llegaba una mala noticia para el conjunto vigués, ya que, el colegiado mostraría la segunda tarjeta a el ‘toro’ Fernández y este, sería expulsado. El Celta de Vigo se quedaba con diez hombres en el campo.
Iago Aspas, a falta de diez minutos para el final, apretaba el resultado en el marcador tras un remate desde el corazón del área. El delantero imponía el 3-2 en el electrónico. En estos momentos se respiraba la tensión desde Butarque. El conjunto visitante estaba apretando como nunca en este encuentro, mejorando mucho la imagen que habían mostrado en la primera mitad.
Finalmente, el Leganés se hacía con tres puntos que sabían a esperanza para seguir creyendo en salir de los puestos del descenso.