El 2019 del Nàstic: cuesta abajo y sin frenos

EL Nàstic de Tarragona empezó 2019 en la zona de descenso de La Liga 1|2|3 y lo cierra en los infiernos del Grupo III de Segunda División B

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Cuesta abajo y sin frenos para el equipo grana

Por Sergi Peralta & Josep Santos

365 días de desesperación, desilusión, decepción. 2019 ha sido un año muy complicado para el Club Gimnàstic de Tarragona. Se ha pasado de la zona de descenso de La Liga 1|2|3 a la zona de descenso de Segunda División ‘B’. Siempre, en el farolillo rojo.

Si se analizan las dos mitades de temporada vividas, las sensaciones destacan por una cierta regularidad que no satisface a nadie. En total, se sumaron 40 puntos (10 victorias y 10 empates) en 41 partidos oficiales entre las competiciones de plata y bronce del fútbol español. La campaña en Segunda aportó un 57,5% de los puntos computables. Eso sí, se contabilizaron un total de 23 partidos, por solo 18 en la tercera categoría por excelencia. El registro goleador es completamente opuesto a lo que marcaría la normalidad de jugar un mayor número de encuentros: el equipo de Enrique Martín tan solo anotó 18 tantos, denotando una grave carencia ofensiva, mientras que los jugadores de Bartolo y Seligrat han anotado, de momento, 20.  

Revolución de invierno

El Nàstic comenzó 2019 con un objetivo muy claro: conseguir una salvación que se vislumbraba cada vez más difícil. La directiva del club confió en Enrique Martín Monreal para ello y adaptó la plantilla a su metodología. El mercado invernal fue una auténtica locura, como lo confirman sus diez altas y once bajas. Unos cambios encaminados a remontar los seis puntos que separaban al conjunto grana, el colista de la categoría, de la salvación, que en ese momento marcaba el Tenerife, con 19 puntos.

El club se despidió de jugadores que no acabaron de dar el nivel esperado en el primer tramo de temporada: Josua Mejías, Yassine Cadamuro, Raúl Albentosa, Javi Jiménez, David Rocha, Tete Morente, Ignacio Abeledo, Omar Perdomo, Nicolao Dumitru, Manu Del Moral y Manu Barreiro abandonaron la disciplina grana para incorporarse a otros clubes. Para sustituir tantas bajas, la dirección técnica trabajó para traer a jugadores con nivel para remontar la difícil situación y que, además, se adaptaran al sistema del técnico navarro, siempre fiel al dibujo con tres centrales y carrileros largos. Así, llegaron a Tarragona nombres interesantes como Pipa, Mikel Villanueva, Josema, Fabián Noguera, Ousseynou Thioune, Antonio Cotán, Berat Sadik o Miguel Palanca. Abdel Barrada y José Kanté fueron las cerezas del pastel y generaron mucha expectación entre los aficionados nastiquers. 

El Nàstic no pudo empezar el año nuevo de mejor manera y regaló a los suyos una victoria en el Nou Estadi el día de reyes. Fali, de falta, sorprendió a todo el mundo e hizo un gol que valió tres puntos contra el Córdoba, rival directo del conjunto grana. Pero el presente, que parecía que podía ser un punto de inflexión para aplicar eso de “año nuevo, vida nueva” y olvidarse del desastre de temporada hasta el momento, resultó ser solamente un espejismo para los granas, que encadenaron tres partidos consecutivos sin lograr marcar ni un solo gol y en los que solamente consiguieron sumar un punto.

Fali dio el primer triunfo de 2019 al Nàstic | Imagen: Twitter

El descenso administrativo del Reus dejó tres puntos en Tarragona, pero los aficionados se quedaron sin un derbi que se esperaba con muchas ganas. Después del encuentro suspendido, Luis Suárez, con la ayuda de Bernabé Barragán, logró rascar un meritorio punto de Riazor antes de reencontrarse con la derrota ante el Cádiz en casa (2-3) y en el Sadar (1-0).

Se hizo esperar la segunda victoria del año para los granas. No llegó hasta dos meses más tarde, el nueve de marzo, cuando un gol de penalti de Berat Sadik en el último minuto de añadido le dio a los de Enrique Martín los tres puntos contra el Albacete en el Nou Estadi. Fue el primer gol del ariete finlandés con la zamarra del Nàstic tras llegar a Tarragona en enero como uno de los fichajes estrella del club y con la idea de convertirse en el hombre gol del equipo. El tiempo se encargó de demostrar que no sería así y acabó como un error más para la dirección deportiva.

Los cambios en la plantilla realizados en enero evidenciaron una mejora en el equipo y cinco de los nuevos fichajes, Pipa, Villanueva, Noguera, Thioune y Kanté, se hicieron un hueco en el once de Enrique Martín, mejorando el nivel de los hasta entonces titulares. Estos cambios auparon al equipo, que empezó a competir mucho más los partidos, pero la mala dinámica que arrastraba la plantilla, sumada a la clarísima falta de gol, alejaban al Nàstic de una salvación que cada vez se veía más utópica. 

Adiós a la categoría de plata

Pese a que en invierno llegaron algunos jugadores que elevaron el nivel de la plantilla, también llegaron otros que, tras generar grandes expectativas, decepcionaron y nunca llegaron ni siquiera a hacerse un hueco en el once del equipo tarraconense. Se ha mencionado el caso de Berat Sadik, pero Abdel Barrada, del que se esperaban grandes hazañas tras todos recordar su paso por el Getafe, o Josema, que llegó incluso a enfrentarse a la afición públicamente en unas polémicas declaraciones, podrían ser también buenos ejemplos de los errores de la dirección deportiva.

Paradójicamente, el mal rendimiento de algunos de los jugadores provocó una de las mejores noticias de la temporada para el Nàstic, al obligar a Enrique Martín a apostar por los chicos del filial del club, que reivindicaron el buen trabajo que se está realizando en categorías inferiores tarraconenses. Hasta ocho jugadores de La Pobla de Mafumet llegaron a debutar con el primer equipo: Salva Ferrer, Roger Figueras, Sergi Cardona, Viti, Sun, Pol Prats, Sergio Montero y Brugui. La mayoría tuvieron apariciones testimoniales durante la temporada, pero algunos de ellos se establecieron en el primer equipo, ganándose un puesto en el once inicial y ofreciendo gran nivel. Salva Ferrer y Viti, que acumularon más de mil minutos con el primer equipo cada uno, podrían ser dos buenos ejemplos.

Tras la victoria contra el Albacete, el equipo no consiguió mantener la buena dinámica y encadenó tres derrotas consecutivas sin anotar un solo gol antes de reencontrarse con la victoria. Fue otra vez en el Nou Estadi y ante el Numancia (2-0). La victoria dejaba al Nàstic con veintisiete puntos, a siete de la salvación, a falta de nueve jornadas por disputarse. La tarea de llevar el equipo a la salvación se avecinaba tremendamente complicada, pero aún factible para un Nàstic habituado, en las últimas temporadas, a las salvaciones más épicas. Más aún con el regreso del amuleto grana en los finales de temporada, Ikechukwu Uche, un habitual a la hora de marcar goles importantes para la permanencia del equipo grana en Segunda División.

Finalmente, ni Uche, ni Enrique Martín, ni nadie pudo salvar al Nàstic del desastre y tras cuatro jornadas más sin conocer la victoria, el club descendió por los resultados de los rivales antes incluso de disputar su partido correspondiente a la jornada 38. Era aún principios de mayo y con cinco jornadas por disputar, el Nàstic ya sabía que la próxima temporada regresaría a la Segunda División ‘B’.

Enrique Martín no siguió al frente del banquillo grana tras la temporada 2018-19 | Imagen: Nàstic

Con el club ya descendido y sin presión en la espalda, el equipo disputó los partidos más entretenidos y emocionantes de la temporada, consiguiendo ocho puntos de quince posibles, los mejores números de la temporada. En el Nou Estadi se consiguió una victoria ante el Mallorca, que se estaba jugando el Play-off, en el 94; una auténtica locura de partido entre descendidos en Córdoba que acabó con un resultado de 4-3; se empató a tres con el Elche en Tarragona tras remontar un 0-3 inicial en solamente cinco minutos; en Santo Domingo se venció por la mínima al Alcorcón y, finalmente, se despidió la categoría con un empate a 1 en el Nou Estadi ante el Lugo.

Un empuje final que permitió al Nàstic no quedar como colista de la categoría al superar a otro club que no lo ha pasado precisamente bien este 2019, el Córdoba, que acabó como el equipo peor clasificado de La Liga 1|2|3 (sin contar al CF Reus) con treinta y cuatro puntos, dos menos que el Nàstic y once menos que el último descendido, el Rayo Majadahonda.

Éste año 2019 para el Nàstic en Segunda División se saldó con solamente cinco victorias, cuatro de ellas en el Nou Estadi (ante Córdoba, Albacete, Numancia y  Mallorca) y una en el municipal de Santo Domingo, y cinco empates. Un total de veinte puntos sumados que no sirvieron al Nàstic para evitar la amenaza de un descenso que parecía inevitable tras los milagros conseguidos en los dos años anteriores.

#ADNàstic y la búsqueda del ascenso

Fruto del descenso, y siguiendo la estela del último mercado invernal, la plantilla del Nàstic vivió una reestructuración total. De hecho, el número de bajas fue tan elevado (21) que, en lugar de enumerarlas a todas, es más sencillo nombrar los jugadores que optaron por seguir vistiendo la camiseta grana: Pol Valentín, Bernabé Barragán y Javi Márquez, estos dos últimos asumiendo galones como capitanes. 

A pesar de los malos resultados, Pipa vio recompensado su buen hacer recibiendo ficha con el primer equipo del Espanyol, por lo que jugaría en la máxima categoría del fútbol estatal. Por su parte, Mikel Villanueva, Fabián Noguera, Fali, Abraham Minero, Sebas Coris y Luis Suárez pudieron seguir compitiendo en Segunda División. La nota curiosa en el apartado de despedidas llegó desde tierras andaluzas: Isaac Becerra, Mohamed Djetei e Imanol García hicieron las maletas rumbo a Córdoba junto al técnico Enrique Martín. 

Después del estrepitoso fracaso de la anterior campaña, era necesario presentar un Nàstic nuevo y fresco. O, quizás, no tan nuevo como parecía. La directiva decidió apostar por recuperar la identidad que se había perdido en los últimos años: el ADN Nàstic. Por esta razón, confió en Xavi Bartolo (entrenador) y Sergi Parés (director deportivo) para liderar el proyecto grana 2019-2020. La dupla llegó a Tarragona después de efectuar sus labores profesionales en los despachos del eterno rival, el CF Reus, la anterior campaña, siendo reconocidos por su eficiencia a pesar de las dificultades que se encontraron en el camino.

Xavi Bartolo, centro de las críticas. | Foto: gimnasticdetarragona.cat
Xavi Bartolo iba a liderar el nuevo proyecto del #ADNàstic| Foto: gimnasticdetarragona.cat

No se podría hablar de “ADN Nàstic” si no se confiara en el fútbol base. Un total de cinco jugadores que hasta entonces habían formado parte de La Pobla de Mafumet se incorporaron a las órdenes de Bartolo. Son los casos de Roger Brugué «Brugui», Víctor Martínez «Viti», Salva Ferrer (quien acabó siendo traspasado al Spezia Calcio por 500.000€), Cheikh Kane Sarr y Pol Ballesteros. Otros, que llegaron a debutar en Segunda, como Pol Prats o Sergio Montero, seguirían vinculados con el filial a las órdenes de Albert Company.

Junto a ellos, la directiva trabajó contracorriente para recuperar el tiempo perdido y empezar cuanto antes la búsqueda del tesoro: el ascenso. Dos de las primeras incorporaciones fueron consideradas la crème de la crème de la categoría. Damián Petcoff llegó a Tarragona procedente del Badajoz y siendo considerado uno de los mediocentros más consistentes y destacados de la anterior campaña. Junto a él, se incorporó al bloque grana el central David Goldar tras un breve paso por Cornellà. El gallego no tardaría en asumir galones en el eje de la defensa y, en consecuencia, en convertirse en uno de los favoritos de la grada del Nou Estadi. 

La defensa terminó de apuntalarse con hombres de calidad, como el incisivo lateral izquierdo Javi Bonilla o cesiones de renombre como Bruno Perone, del Extremadura, o Juan Rodríguez, procedente del Real Sporting. 

El ataque fue la otra línea remodelada por completo. Con el objetivo de paliar el déficit goleador —el Nàstic fue el equipo con menos tantos en su haber de la temporada anterior, con tan solo 30—, el proyecto grana consiguió seducir a Pedro Martín, pichichi del grupo III de Segunda División ‘B’, para liderar la ofensiva. Y junto a él, escuderos que hacían babear, como el excanterano del PSG Romain Habran Jr., la promesa valencianista Lolo Plá, un veterano curtido en mil batallas como Jonathan Pereira o Ferran Giner, quien daba inicio a su segunda etapa como jugador del Gimnàstic de Tarragona. Nada hacía vislumbrar un arranque tan dubitativo.

Bronce oxidado

Las expectativas eran muy altas. Por esto, la derrota en la primera jornada contra la UE Llagostera-Costa Brava dolió. Una pintada en las afueras del Nou Estadi donde se podía —y aún se puede— leer “Puta Llagostera” dio la bienvenida a los pupilos de Oriol Alsina, pero los tantos de Nahuel Arroyo, Sascha Andreu y Oriol Lledó se encargaron de silenciar la ciudad de Tarragona. Un pequeño descalabro, se podría pensar. 

Un empate a dos en la inauguración del Estadi Johan Cruyff hacía augurar que, poco a poco, el equipo iría encontrando su lugar, pero un recién ascendido como el Andorra se encargó de dar un baño de realidad. Segunda derrota consecutiva en casa, segundo descalabro abultado en casa. Y esta vez ni siquiera fue un partido competido, pues los visitantes dominaron con claridad.

En La Almozarra se consiguió la primera victoria de la temporada, pero el Nou Estadi debería esperar hasta el 20 de octubre para saborear las mieles del triunfo. Tras los dos primeros meses de competición, el balance no se ajustaba en absoluto a lo esperado: solo dos triunfos en nueve jornadas. El equipo siguió inmerso en la irregularidad, hundiéndose en la zona de descenso, hasta que la directiva decidió cambiar el rumbo. Xavi Bartolo fue destituido y Toni Seligrat se encargó de tomar el timón del barco

Toni Seligrat en rueda de prensa. | Foto: @NASTICTARRAGONA
Toni Seligrat intentará redirigir el rumbo del Nàstic de cara a 2020 | Foto: @NASTICTARRAGONA

Seligrat consiguió su objetivo: 2 a 0 contra el Ejea en casa y tres puntos sacados de El Prat de Llobregat. Parecía que, de una vez por todas, el Nàstic había dado con la corriente correcta y se disponía a navegar directo a la parte alta. El juego aún no terminaba de convencer, pero los resultados dejaban con buen sabor de boca. Sin embargo, todo había sido una ilusión. Villarreal B, Atlético Levante y Hércules se impusieron al conjunto grana sin dar ni un solo respiro. Sin conceder ni un solo tanto. 

Y así se llegó al parón de Navidad. Con parte del público reclamando la dimisión de la directiva encabezada por Josep Maria Andreu y con el Club Gimnàstic de Tarragona anclado en la decimoséptima posición. Más que un sueño, el regreso a Segunda División ‘B’ estaba resultando una pesadilla. El objetivo ha pasado de ser el ascenso a la permanencia. Parece que, un año más, el Grinch ha conseguido entrar al Nou Estadi y arruinar la Navidad.

Los protagonistas del año

Bernabé Barragán: empezó como suplente de Isaac Becerra y ha terminado con el brazalete de capitán. Uno de los líderes del vestuario, ha sorprendido a propios y extraños con su seguridad bajo palos.

Pipa: llegó en el mercado de invierno en calidad de cedido y su buena recta final de temporada le ha garantido una ficha con el primer equipo del Espanyol. Uno de los hombres más desbordantes del último Nàstic de Segunda.

Salva Ferrer: revelación. Pasó de ser una joven promesa a una realidad. Su buen desempeño desembocó en su marcha del club para seguir progresando en Italia. Eso sí: dejó 500.000€ en las arcas.

Javi Márquez: capitán. Su regreso a los terrenos de juego tras superar una lesión ha garantizado solidez al centro del campo grana. Un seguro de vida que aporta la experiencia a un joven e inexperto equipo.

Luis Suárez: peleador. Referencia en ataque de la primera mitad de año del Nàstic. Quizás le faltaba un poco de gol, pero peleaba cada balón como si fuera el último del partido. 

David Goldar: capitán en la sombra. Como pivote o defensa central, el gallego se ha convertido en una de las voces del vestuario, liderando la zaga a base de contundencia y seguridad.

Roger Brugué “Brugui”: calidad y desborde. El joven canterano se ha afianzado en el primer equipo y, poco a poco, se ha convertido en un fijo en el once grana por su valentía, aportando por un fútbol dinámico y atractivo.

Pedro Martín: referencia ofensiva. Principal señal de la voluntad de iniciar un ambicioso proyecto. Fue pichichi de la temporada pasada y lleva cinco goles en su haber en la presente.

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