El Real Valladolid acaba el año de la misma manera que lo inició. Con el equipo asentado en la zona media-baja de la tabla y aventajando en 5 puntos al descenso. Con unos números prácticamente idénticos y mismos defectos y virtudes. Le sigue penalizando la falta de gol, aunque rentabiliza al máximo los que consigue, y por contra encaja pocos.
Como decía,en enero la situación era envidiable Recién ascendido y con el presupuesto más bajo de la categoría el equipo marchaba alejado de la zona de peligro. Puro espejismo. Los pucelanos habían entrado en una dinámica negativa marcada por la ausencia de gol. Así encadenó una racha de 12 partidos hasta marzo, incluido la eliminación en Copa, en la que solo fue capaz de sumar una victoria, eso sí, frente a un rival directo como el Celta de Vigo. Para paliar esa escasez de gol llegó en el mercado de invierno Sergi Guardiola. Desde el principio sería titular para Sergio. Hasta el final de temporada logró 3 tantos que significaron 7 puntos.
A medida que avanzaba el año y se acercaba el final de temporada, los puestos de descenso estaban cada vez más cerca. Así hasta que en la jornada 32, coincidiendo con el empate a 2 frente al Getafe, el equipo caía puestos de descenso. El equipo mantenía el tipo merced a algunos empates y a una victoria agónica en Ipurúa.
La victoria en la jornada 34 frente al Girona supuso el empujón definitivo para conseguir la ansiada permanencia que quedaría certificada con el triunfo en Vallecas. Sobraba una jornada para celebrarlo con los aficionados. Un partido frente al Valencia que marcaría el verano futbolístico pucelano y en especial el de un jugador, Borja Fernández.
A primeros de junio estallaba el caso Oikos. Un caso de apuestas deportivas amañadas que implicaba a varios futbolistas y ex futbolistas.Uno de ellos Borja, el jugador pucelano, y uno de los partidos presuntamente amañados, el Valladolid-Valencia de la última jornada. A pesar de decretarse secreto de sumario, se empezaron a publicar filtraciones en diversos medios que señalaban directamente a Borja y a varios jugadores del Valladolid como participantes del amaño. Finalmente,una vez se levantó el secreto de sumario,se constató que de lo publicado contra los jugadores pucelanos no había absolutamente nada. Por Valladolid se siguen esperando disculpas y explicaciones…
En lo deportivo, el club encaraba el verano con la intención de lograr un equipo más competitivo con el objetivo de que esta temporada supusiera el asentamiento del equipo en la categoría. Así, los refuerzos deberían potenciar cada una de las líneas del equipo. De esta manera llegaron jugadores como Lunin, Porro, San Emeterio y Sandro, con la intención de dar un salto de calidad a la plantilla. A ellos se añadieron otros más jóvenes como Frutos, Javi Sánchez o Aguado con un perfil más secundario pero con vistas al futuro. En el capítulo de bajas, la más destacada sin duda fue la salida del canterano Calero al Espanyol. El de Boecillo dejaba un hueco en defensa con varios pretendientes. Finalmente el joven Salisú se ha hecho con el puesto a pesar de su inexperiencia.
Con estos mimbres y la posterior renovación del técnico ha arrancado la presente temporada. El equipo de momento ha calcado los números del año anterior a estas alturas de campeonato. Sigue siendo un equipo ordenado, luchador y solidario en el esfuerzo. Por contra le cuesta un mundo hacer un gol y por tanto sumar victorias. Aún así, ningún equipo como el pucelano rentabiliza sus goles en Primera División:16 goles para sumar 20 puntos.
El inicio de nuevo año presenta al igual que el anterior, una ocasión buenísima para poner tierra de por medio con un rival directo. Si en este 2019 el rival de aquella primera jornada fue el Rayo Vallecano, en esta ocasión es el Leganés el que visita Zorrilla. Un partido que sin duda marcará los objetivos para la segunda vuelta.
