Las lágrimas de dolor de Advíncula son las del rayismo

Un penalti tan absurdo como innecesario del peruano le costó al Rayo casi todas las opciones de llegar al play-off. Sus lágrimas tras el partido denotan el dolor por su error

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Abatido, acompañado por su compañero Esteban Saveljich y llorando. Así entró a los vestuarios Luis Advíncula después de cometer un penalti, a los 87 minutos, que impidió al Rayo Vallecano celebrar una victoria que hubiera sido vital para poder jugar promoción.

Hace un mes, Advíncula representó la sonrisa de miles de personas que soñaban con la vuelta al fútbol. Él tuvo el honor de marcar el primer gol en la Liga española después de tres meses de parón por la crisis sanitaria de la COVID-19, entrando en los libros de la historia futbolística nacional. Un mes después, un error suyo, el del chico sonriente y bailarín que se muestra activamente en redes sociales, condenó a su equipo en el momento de máxima ilusión, cuando la afición rayista soñaba con la promoción.

Toda el objetivo de la temporada resumido en una acción. Un penalti sobre un futbolista de Las Palmas en el momento más crítico de todo el curso. Mirada al cielo, angustia por dentro y lágrimas por fuera. Esa fue la estampa que reflejó el estado de ánimo de Luis Advíncula sobre el césped del estadio de Vallecas en los minutos finales del partido contra Las Palmas.

Tras el pitido final, y con las manos secándose las lágrimas, solo Miguel Ortiz, delegado del equipo, y sus compañeros Saúl García y Esteban Saveljich, acudieron a consolarle. También Kirian, jugador de Las Palmas. El único resultado válido para el Rayo era ganar a Las Palmas para seguir dependiendo, con ciertas opciones, de jugar promoción en la última jornada.

Suplente de inicio, es el señalado

Advíncula comenzó el partido en el banquillo. Su técnico, Paco Jémez, apostó por una defensa de tres y decidió no alinearle de inicio. Lo sacó a los 73 minutos, con el marcador favorable 2-1, y con la intención de contener las embestidas de su rival y defender el resultado.

Un error garrafal suyo, con un penalti en el momento más importante, condenó a su equipo. Fue el episodio final de una temporada del Rayo para olvidar plagada de asuntos extradeportivos y despropósitos deportivos.

Ahora, las únicas opciones del Rayo para entrar en promoción pasan por una carambola bastante complicada. Debe ganar al Racing y esperar que el Fuenlabrada pierda en Riazor con el Deportivo y el Elche pierda o empate en casa con el Oviedo.

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