El Atleti tiene a un jugador especial, a un futbolista diferente, de esos que marcan la diferencia. Su nombre es Joao Félix, y su trascendencia en la suerte del cuadro colchonero es cada vez mayor. En un día en el que el Cholo no pudo contar ni con Costa ni con Suárez, el ‘Menino de Oro’ sacó todo su repertorio. Dos goles del portugués y otro de Torreira sirvieron a los rojiblancos para salir airosos de su vista a ‘El Sadar’ (1-3).
A pesar de la dureza del marcador, Osasuna realizó un más que digno partido. Su arranque fue fulgurante, con una presión intensa que ahogó la salida de los madrileños. Enric Gallego pudo cambiar el rumbo del encuentro a los tres minutos, pero su cabezazo se marchó desviado. Los navarros volcaban gran parte de su juego por la banda de Jony, muy incisivo hasta que se le terminó la gasolina. La intensidad de los rojillos y la resaca de la jornada europea pasaron factura al Atlético en la primera mitad.
El cuadro de Simeone apenas había inquietado a Sergio Herrera cuando Vitolo se sacó un penalti de la manga al filo del descanso. El canario se internó en el área y supo esperar la llegada de Roncaglia, que lo arrolló por detrás como si de un tren de mercancías se tratase. Tan clara fue la pena máxima como la definición de Joao Félix, fuerte, potente y pegada al palo.
El golpe fue muy duro para los rojillos, que tras el paso por vestuarios aún seguían helados por el jarro de agua fría. Nada más volver al verde, el Atleti olió sangre y quiso hacer más grande la herida. Correa, en una jugada que parecía que no iba a ningún lado, forzó otro penalti del brazo de Oier. La historia se repetía, y Joao Félix volvía a mirar a los ojos a un Sergio Herrera que lo desafiaba detrás de los once metros. Esta vez, el disparo, muy similar al de la primera pena máxima, golpeó en el poste.
El Atleti, lejos de lamentarse por la oportunidad fallada, siguió cercando la portería navarra. En cinco minutos, primero Correa y después Vitolo fallaron dos ocasiones claras. El que no erró fue Joao, que se redimió del fallo en el penalti para firmar su doblete en el enésimo mano a mano al que se enfrentó Herrera.
Tras el segundo tanto del luso, el Atleti decidió guardar la ropa y se metió atrás, provocando el paso adelante de Osasuna. Arrasate metió todo su arsenal con Roberto Torres y Budimir, y los locales comenzaron a asediar la meta de Oblak. Primero fue el capitán, con un trallazo que el esloveno sacó de la misma escuadra. El siguiente en probar fue Budimir que, como buen delantero de área, no falló a su cita como el gol. Un centro con música de Rubén fue desviado por el croata, que demostró que el COVID no le ha quitado el olfato goleador.
En los últimos instantes, Osasuna hundió aún más al Atleti en su área. Pero los rojiblancos, en una de las pocas ocasiones en las que pudieron salir con peligro en el último cuarto de hora, mataron el partido definitivamente. El verdugo fue Lucas Torreira, que en una de sus poco habituales incorporaciones al ataque se sacó un control y un disparo magistrales para cerrar el encuentro.
Con esta victoria, el Atleti mantiene su imbatibilidad en la Liga y se coloca tercero con 14 puntos y dos partidos menos. El martes, los de Simeone tratarán de encarrilar su clasificación europea en su visita al Lokomotiv de Moscú. Osasuna, por su parte, frena su dinámica positiva con esta derrota, pero se mantiene en la zona media de la tabla con 10 puntos y un encuentro por disputar.