Al filo de la navaja. Así circula la Real Sociedad por la Europa League. Le cuesta a los de Alguacil carburar fuera de España, donde camina con paso firme por La Liga Santander. Los donostiarras volvieron a pinchar, esta vez ante el AZ Alkmaar, en un partido que pudo ganar cualquiera, pero que terminó sin goles pese a que las ocasiones de ambos conjuntos fueron de gran calidad (0-0).
El arranque fue más frío de lo que esperaban los aficionados neerlandeses, que trataron de encenderlo con el lanzamiento de una bengala que acabó en el terreno de juego y que la seguridad tuvo que retirar. En lo futbolístico, Alguacil apostó por un once muy similar al que ganó el domingo en Cádiz. El técnico vasco introdujo tres cambios, aunque solo la baja de Silva incidió por encima del resto. La ausencia del canario se notó en la elaboración y en la circulación txuri-urdin, menos fluidas que de costumbre. Januzaj, su relevo en la mediapunta, ofreció en su lugar más mordiente en ataque. Suyas fueron las dos ocasiones más claras de los visitantes en el primer acto en dos disparos que se fueron desviados.
Los neerlandeses, prácticamente inéditos durante la primera media hora, metieron una marcha más para sorprender a la Real. Estuvieron a punto de conseguirlo a la media hora, cuando Koopmeiners, tras una gran jugada colectiva, estrelló su disparo en los guantes de Remiro. Sin tiempo para la tregua, Stengs probó fortuna con un zurdazo al que le faltó muy poco para completar una rosca casi perfecta. La posesión, medicina preferida de Alguacil, sirvió a los donostiarras para calmar la rebelión de los tulipanes y salvaguardar el empate hasta el descanso.
El descanso sirvió para espolear a los dos equipos. La fluidez del juego aumentó y el partido adquirió un ritmo vertiginoso. El amago de peligro visitante fue contrarrestado rápidamente por el AZ, que metió el miedo en el cuerpo a los visitantes con dos ocasiones casi consecutivas. De Wit fue el primero en golpear con un testarazo a bocajarro que Remiro despejó milagrosamente con el pie. El guardameta, dicho sea de paso, está a nivel de Selección. No se había recuperado la Real del susto cuando el travesaño escupió un misil teledirigido de Koopmeiners.
Los donostiarras pasaban por su peor momento en el partido y su técnico reaccionó dando entrada a Willian José y Roberto López. Precisamente el canterano tuvo la oportunidad más clara de su equipo en un disparo de falta que fue repelido por Bizot, mucho menos exigido que en el encuentro de ida. En los últimos compases, el intercambio de golpes subió la intensidad. El AZ pudo llevarse la victoria con un cabezazo de Aboukhal que se fue por centímetros. Como también pudo hacerlo la Real con una jugada de Merino que Portu no llegó a rematar y que dejó con la miel en los labios al elenco donostiarra.
El empate deja a ambos equipos empatados con siete puntos, a la estela de un Nápoles que gana terreno y se marcha hasta las nueve unidades. La parte positiva es que los vascos tienen ganado el golaverage frente a los neerlandeses. La negativa, que aún tienen que visitar San Paolo. Sea como sea, la clasificación se venderá cara y se decidirá en la última jornada.