El Sporting lo intentó, pero no pudo vencer a un correoso Albacete. La tromba de agua que cayó esta noche en El Molinón, de época, terminó por diluir las esperanzas gijoneses de conseguir un tanto que ahuyentase los fantasmas de la última salida a Gran Canaria. Enfrente, el Albacete, colista de la categoría, supo defenderse y sacar un punto de un campo donde todavía no ha ganado nadie. Escaso botín para unos y trabajado empate para otros.
El partido comenzó con susto para los discípulos de David Gallego. Una indecisión en la zaga sportinguista hizo que el balón le llegara franco a Carlos Isaac, que no atinó a embocar a gol. A partir de ahí, el Sporting pareció rehacerse y buscó adelantarse en el marcador. En el minuto 12, de hecho, Djuka estuvo a punto de anotar el primero, pero Kecojevic sacó el balón en la línea después de que la lluvia lo ralentizara. Más tarde, cercana la media hora de encuentro, el Sporting tuvo otra. Un buen pase en profundidad de Manu hizo que Djuka pusiese un centro raso desde la derecha. Álvaro dejó correr la pelota en lo que pareció un intento frustrado de remate, y el esférico le llegó a Gaspar, que disparó alto.
El Sporting adoleció de la fluidez necesaria para llegar con claridad a la portería del Albacete, que frenaba las intentonas gijonesas mediante faltas. En ataque, el conjunto manchego estuvo prácticamente inédito, pero no pasó excesivos apuros en zona defensiva. La gran cantidad de agua que caía sobre el municipal gijonés hacía que el campo pesara y dificultaba la circulación de la pelota, sobre todo, en la medular.
Tras el empiece del segundo período, las ocasiones no se hicieron esperar. En el minuto 49, Djuka cabeceó un centro con música de Pelayo -hoy lateral diestro- que salió fuera a escasos centímetros del palo. El Albacete, por su parte, continuó resguardándose, esperando su ocasión a la contra. Garai dio entrada a hombres de refreso y metió en el campo al exsportinguista Álvaro Jiménez, jugador rápido y desequilibrante.
En el minuto 56, llegó la más clara para el Sporting. Gaspar condujo una contra que dividió a los centrales del Albacete y cedió el gol en bandeja a Álvaro, pero el delantero catalán, tras recortar a su par, se encontró con Tomeu. El rechace le volvió a llegar al nueve del Sporting, pero el portero mallorquín se echó encima rápidamente para repeler el balón. A partir de entonces, el partido entró en una espiral en la que la principal protagonista fue la lluvia. Y es que, después de muchos años, el agua hizo casi imposible la práctica del fútbol en El Molinón.
Aun así, hubo tiempo para una ocasión más. A cinco minutos de que se cumpliese el tiempo reglamentario, Djuka dejó correr un balón en largo de Pelayo, para después enganchar un voleón que despejó como pudo Tomeu. Después, no hubo tiempo para más.