Al Real Murcia le restan para acabar la temporada tres partidos. Independientemente de lo que pase -todo apunta a que jugará en la Segunda RFEF- en el club ya solo hay un plan posible: hacer borrón y cuenta nueva. Aunque se diese el milagro, que nadie espera, de entrar finalmente a la Primera RFEF el plan seguirá invariable. Todo el mundo es prescindible en esa intención de acabar con todo y construir desde cero.
Además de los jugadores, donde ni siquiera los que tengan contrato tiene asegurado continuar, otro de los sentenciados es José Luis Rodríguez Loreto. Nadie en el Real Murcia culpa al técnico del fracaso de la temporada por no acceder a Primera RFEF. Pero lo cierto es que la apuesta por él tampoco ha sido una buena solución. La intención pasa porque llegue un director deportivo que reemplace a Julio Algar y con plenos poderes, incluido la contratación de un entrenador.
Desde el Consejo de Administración han entendido -por fin- que solo así podrá haber posibilidades de éxito deportivas. Después de la tirante relación entre Julio Algar y Adrián Hernández se ha visto la importancia de la sintonía entre esos puestos, ambos clave, para un buen proyecto deportivo. A partir de ahí llegará el momento de construir una nueva plantilla que, si como todo apunta, compite en Segunda RFEF sea capaz de pelear por una de las 10 plazas de ascenso que habrá a Primera RFEF en la campaña 2021-2022.