El Real Oviedo atascó al Real Zaragoza y también sacó un punto de La Romareda (0-0) en un partido en el que el conjunto maño no fue capaz de producir ofensivamente como en partidos precedentes y además tampoco tuvo efectividad en las ocasiones de que dispuso.
El conjunto aragonés sigue sin ganar en casa después de cuatro encuentros disputados y parece empeñado en complicarse la vida desde el principio de temporada porque amaga pero no pega pues acumula cinco empates en ocho jornadas y sumando de uno en uno es difícil salir de la zona baja.
El conjunto zaragocista sigue siendo esta temporada como ese tipo de boxeador con mucho estilo, técnica y clase pero sin pegada, algo de lo que se están aprovechando todos los rivales a los se ha enfrentado y en este caso un Oviedo al que el punto no le sirve para meterse entre los seis primeros pero sí para seguir luchando por hacerlo.
A diferencia de otros encuentros el conjunto aragonés no pudo acumular ocasiones de gol porque la presión alta de su rival, unida al miedo a perder el balón y facilitar una ocasión a su oponente hizo que el esférico circulara despacio y sin velocidad.
Esto supuso allanar la labor del conjunto ‘carbayón’, que apenas sufrió porque casi no hubo ocasiones en su portería en la primera mitad, apenas un par y producto de disparos lejanos.
El equipo de José Angel «Cuco» Ziganda extendió una tela de araña casi impenetrable para los propietarios del terreno, pero también a costa de no acercarse al área zaragocista salvo en contadas ocasiones porque solo en el minuto 3 Borja Sánchez disparó desviado en una contra.
El conjunto aragonés fue el que tuvo la posesión del balón en los primeros 45 minutos pero no era capaz de encontrar un hueco en la presión foránea y su juego era atascado y lento además de previsible.
El equipo ‘blanquillo’ comprendió la lección y en la segunda mitad salió más decidido, con más velocidad en sus acciones, abriendo más el campo y poniendo más centros al área lo que llevó más sensación de inquietud al área de Joan Femenías.
Sin embargo, se fue diluyendo porque el Oviedo buscó discutirle la posesión y ya no amasó el balón tanto lo que le privó, con el paso de los minutos, de meter presión a su rival como había hecho al principio del segundo tiempo.
Aun así gozó de un par de oportunidades por medio de Sergio Bermejo y Jair Júnior pero, como ya es habitual, el punto de mira estuvo desviado.