Siempre se antoja complicada una visita a San Mamés, más si tenemos en cuenta la inestable situación que recuerda, continuamente, la irregular temporada de los de Simeone.
El guion del partido estaba claro una hora antes de que comenzara el encuentro: un Athletic realizando una presión asfixiante que resultaría efectiva cuando un pase de la muerte de Iñaki Williams lo introdujera Hermoso en la meta defendida por Oblak.
A valorar el esfuerzo de Iñaki durante todo el encuentro, pero es que lo de Raúl García no es normal: vaya partido se ha marcado para celebrar que ha entrado en el podio de jugadores españoles con más partidos de la historia de la Liga. Es incombustible el ex-colchonero y hoy ha vuelto a cuajar una actuación formidable, aunque en términos generales ha sido un partido soberbio de los de Marcelino, imprimiendo el ritmo que el asturiano quería imponer y siguiendo un guion idealizado para la ejecución del fútbol que el conjunto vasco adora.
En la segunda parte no iba a cambiar el partido, a pesar del cambio de sistema: Correa entró por un Reinildo al que se le vio nervioso y carente de ritmo, al igual que un Herrera que cometió una pena máxima absurda sobre Muniain. El ya citado Williams sería el encargado de trasnformarlo a lo «panenka».
El Atlético sigue sumergido en una crisis de juegos y resultados tremenda y cada vez se va acercando más la quinta plaza, la cual supondría un desastre tremendo para los colchoneros a nivel económico y como institución.