Salvación y condena en Balaídos
El Celta certifica matemáticamente su permanencia con un triunfo claro que deja hundido al Alavés
Partido a vida o muerte el que tenía por delante el conjunto vitoriano: la victoria del Levante en el día de ayer (2-1 frente a la Real) le dejaba colista de manera momentánea. No le quedaba otra que ganar. Por su parte, a pesar de no tener la salvación certificada, sí la tenía de manera virtual el Celta: tenía un colchón de ocho puntos sobre el Cádiz (32) a falta de estas cuatro jornadas finales. La victoria serviría para certificarla.
El partido comenzó de cara para los celestes que no tardaron en adelantarse en el marcador. La jugada nació de un saque de banda por la derecha y Denis ganándole la tostada a Ximo Navarro para poner un centro tenso al palo corto. Por ahí apareció Galhardo, anticipándose a Lejeune, para rematar de primeras y batir a Pacheco. Mazazo para el colista nada más comenzar que intentó replicar de inmediato. Cabalgada de Édgar por la derecha y su centro al área lo remató con la planta del pie Joselu. Se le echó encima Aidoó, dificultando su remate, y la pelota acabó en manos de Dituro.
Poco después, rozó el segundo el conjunto celeste. Aspas hizo de las suyas por la derecha y quiso replicar la jugada del tanto: pase raso al primer palo pero esta vez sí estuvo Lejeune rápido para rebañar le disparo a Galhardo. Y seguía insistiendo el conjunto gallego. Denis devolvió una pared excelsa a Aspas por la derecha y el ’10’ ya había visto a Galhardo en el punto de penalti. Buscó el pase atrás pero el lateral visitante, Ximo Navarro, se tiró a ras de suelo y corta la acción. Instalado en el área del Alavés, el conjunto vigués insistía en ampliar su ventaja. Estaba el Celta ganando las disputas en la medular de forma muy sencilla. Encontraba el equipo de Coudet mucho espacio en tres cuartos.
Estaba bien el Celta y tenía que llegar el gol del de Moaña. Tenía que marcar Aspas el suyo hoy, y se lo debió en gran parte a Denis Suárez, que se inventó un pase para romper dos líneas rivales y dejar solo a la estrella del Celta en el área. Estaba algo escorado a la izquierda pero no se pensó soltar de primeras un cañonazo a la escuadra corta. Decimoquinto gol para el ’10’, que va directo a por el Zarra.
Mucho más estirado el Alavés en el terreno de juego y subiendo mucho la línea de presión en el inicio del segundo tiempo en el que introdujo dos cambios. Sin embargo, las ocasiones las siguió poniendo el Celta. Primero, Brais controló escorado a la derecha, recortó hacia dentro en la frontal y buscó el palo largo con la zurda pero la pelota se perdió fuera por poco. Después, contragolpe con Galhardo entrando solo por la izquierda. Este le cedió la pelota a Aspas y Pacheco no se cedió en el uno contra uno. El de Moaña intentó engañarle de nuevo y cuando decidió tirar Pacheco la sacó con el pie. A la tercera, llegó el gol. Cervi fue quien remató el centro de Aspas en el corazón del área pero LaLiga le daba el gol en propia a Ximo Navarro. Parece que la pelota no iba directa a puerta y el lateral la desvió hacia dentro, engañando a Pacheco por completo. Tremendo el castigo que estaba sufriendo el colista.
Y como a perro flaco todo son pulgas, tras la expulsión llegó el cuarto. Es tremendo lo de Iago Aspas… Golpeó directamente a la barrera la falta provocada por él y la pelota le llovió en la frontal. El ‘Príncipe de las Bateas’ no se pensó dos veces engancharla de volea tal y como caída del cielo. Así lo hizo y así superó la barrera por bajo para batir a Pacheco, que no vio salir la pelota. Un Pacheco que evitó el quinto en el último suspiro. Pase espectacular de Nolito para Kevin, que entró solo en el área. El lateral superó con un caño a Pacheco pero la pelota dio en el palo. Este consiguió dejársela en el área pequeña a Galhardo y el extremeño se tiró rapidísimo con todo para taponar su tiro de primeras. El Alavés bajó los brazos, si es que los llegó a tener en alto en algún momento, y se dejó ir pensando en la jornada entre semana aunque esta derrota los dejaba muy tocados. Su rival con este triunfo certificaba su permanencia.